Ataques homófobos
Los lectores escriben sobre las agresiones a personas LGTB, la importancia de los traductores, la impunidad de las compañías aéreas y las formas del amor
Mis amigos y yo sufrimos un ataque homófobo hace una semana. Uno espera que cuando le ocurra algo así la situación esté desequilibrada: que sean más (eran tres frente a cuatro), que sean mayores (veintipocos frente a treintañeros bien entrados) o que sean más inteligentes. Actuamos como quien oye llover frente al odio gratuito. Quizás lo que más me descuadró es que, como profesor de universidad, esos chicos que querían acorralarnos como a conejos en una madriguera me recordaban a los jóvenes que a diario intento que crezcan, aprendan y disfruten. A lo lejos, viendo que el juego no había surtido efecto, me llamaron “bujarrón”. Quizás sí eran inteligentes; la palabra “maricón” ha dejado de tener ese efecto de insulto. Tuve que consultarlo: “Hombre que somete sexualmente a otro”. ¿Quién estaba intentando someter a quién?
Juan Antonio Becerra González. Sevilla
Traductores
Caminar por los puestos de la Feria del Libro es percatarse del papel relevante de los traductores. Somos algo más del 20% del mercado editorial en España y aún seguimos sin aparecer en las cubiertas de la mayoría de libros. De la misma manera que nos quedamos con los nombres de nuestros novelistas favoritos, deberíamos hacerlo también con aquellos traductores que han conseguido que descubramos y admiremos a un escritor extranjero. Me gustaría decirles a aquellos lectores entusiastas que recorren las casetas en busca de novedades literarias que el ver al traductor en la cubierta supone ver a un editor, a un corrector y a un maquetador, entre otras tantas personas, preocuparse de cuidar cada detalle de un libro. La literatura bien traducida comienza con detalles así.
Rafael Accorinti. Madrid
Mentiras y burlas de altura
La semana pasada perdí una conexión en Ámsterdam debido al retraso de mi vuelo procedente de Atenas. A quienes tuvimos que pernoctar en Ámsterdam —nos habían reubicado en un vuelo a la mañana siguiente— no nos permitieron acceder a nuestro equipaje, pero nos prometieron un kit de noche que estaría disponible en el mostrador de la compañía, donde no solo nos dijeron que no disponían de ese kit, sino que también nos miraron con condescendencia. Lo ocurrido es un ejemplo afortunadamente insignificante, pero ilustrativo, de la impunidad de estas compañías, que se aprovechan de que dependemos de ellas. A las autoridades competentes: pongan ya a las aerolíneas en su sitio.
Alba Carmona. Birmingham (Reino Unido)
Amor en tiempos de guerra
En tiempos de desgracias y desesperanza deberíamos cuestionarnos la forma en la que amamos o recibimos amor. En estos tiempos en que las mezquindades sacan lo peor de los seres humanos se necesita una respuesta amorosa más intensa y enérgica, más real y sin tantos adornos. Necesitamos un amor estético a lo Kant, que se aleje de la mera ornamentación vacía y sin significado, que sea un amor auténtico con un significado real y nutra nuestros deseos de seguir viviendo en este mundo injusto.
Diego Luis Balmaseda. Barcelona
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