El apareamiento homosexual y Milei
El presidente argentino es el premiado número 17 del Instituto Juan de Mariana, todos ellos hombres. Un vistazo a su web es iluminador
Como es sabido, no hay sobre la faz de la tierra mujeres destacadas en la lucha por la libertad, si hacemos caso a los premios que concede el Instituto Juan de Mariana, que este año ha decidido distinguir a Javier Milei por sus aportaciones a la causa. El presidente argentino prevé volver a Madrid en junio para recibirlo y no es descartable que de nuevo pase la factura a su maltrecho erario público, como en su viaje reciente para azuzar a Vox e insultar a Pedro Sánchez. Luchar tan denodadamente por la libertad es una cosa, pagarlo de su bolsillo es otra.
El esfuerzo de buscar a esas mujeres libertarias —si lo hubo— fue en vano, a juzgar por la lista de los 17 galardonados por su “defensa ejemplar de las ideas de la libertad” hasta la fecha: todos ellos hombres, incluidos tan destacados amantes de la verdad como Federico Jiménez Losantos.
Al Instituto Juan de Mariana le ocurre como a la CEOE: para sus mejores fotos solo encuentra hombres, lo cual en este caso viene a ser un alivio. Duele la foto tan masculina con el adalid de la libertad, carajo, pero más habría dolido ver a empresarias en tal compañía. Carajo.
Un vistazo rápido a la web de este instituto es iluminador: encontraremos una extraña diatriba sobre la homosexualidad, “un fenómeno que continúa generando algunas controversias políticas” y en la que el autor se pregunta “de qué sirve el apareamiento sin reproducción”; hallaremos un artículo titulado Begoña Gómez, crimen y castigo; y otro, El fraude Karl Marx (IV). Lo que me recuerda una cita de Milei cuando, preguntado en noviembre por la homosexualidad, aseguró que “si querés estar con un elefante, es un problema tuyo y del elefante”.
Lo más nocivo de la visita de Milei no ha sido su desprecio del socialismo que votan legítimamente millones de personas en España y que él considera cancerígeno; o del presidente del Gobierno y del Rey, a quienes ni siquiera pidió saludar. Sino la contaminación de su discurso contra la justicia social, esencia de nuestro Estado de bienestar y de sobra recogida en el espíritu de la Constitución cuando, en su Artículo 1, define a España como un “Estado social y democrático de Derecho que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”.
En la estela de Milei no solo está Vox, sino Isabel Díaz Ayuso, que también agita la bandera contra la justicia social al asegurar que es “un invento de la izquierda que promueve la cultura de la envidia y el rencor”. Lo grave de la ultraderecha, ya sabemos, es lo rápido que contagia a la derecha.
El año que viene, al menos, el proverbial Instituto podrá premiar a una mujer.
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