Leguina y Pulgarcito

El exsocialista y expresidente de la Comunidad de Madrid Joaquín Leguina, de 82 años, ha sido trending topic en X tras conocerse que había fichado por el PP de Isabel Díaz Ayuso como consejero de la Cámara de Cuentas regional, con una remuneración, según el documento de retribuciones de altos cargos, de 100.556,52 euros. En conversación con Abc, destacaron varios tuiteros, admitió que no sabía muy bien en qué consistía el trabajo. En Antena 3 presumió de haber aceptado el cargo sin conocer “las condiciones económicas” del puesto en esa “institución independiente” y prometió “enterarse a fondo” de qué va una vez se incorpore. ¿A quién no le han puesto alguna vez un contrato de 100.000 euros delante para aprender?

En el cuento, los pájaros se comían el rastro de migas de pan de Pulgarcito, pero en las redes sociales los tuits son siempre piedras, un material sólido, terco como la hemeroteca. Recopilando esos mensajes, uniendo los puntos, es decir, repasando qué ha dicho Leguina sobre Ayuso y Ayuso sobre Leguina, el fichaje se entiende mucho mejor.

22 de abril de 2021, plena campaña electoral. Tras invitar a la candidata del PP a visitar la fundación Alma Tecnológica, que realiza terapias con caballos, el socialista Leguina declara: “Merece la pena apoyar a Ayuso”. Los populares madrileños lo celebran en su cuenta de X a través de Almudena Negro, política del partido y “periodista” —así se define en su bio— esporádica en La Razón, quien tuitea, a su vez, una entrevista del medio a Leguina: “Si me pregunta”, afirma este antes de que nadie lo haga, “creo que Ayuso va a ganar las elecciones”. En la misma red, el entonces líder del PP, Pablo Casado, confiesa su “emoción” por el apoyo del único socialista que ocupó la presidencia de Madrid.

En mayo, el PSOE suspende de militancia a Leguina, que se hace el sorprendido y gira por los medios ayusistas para mostrar su indignación. Tuitea el programa de Federico Jiménez Losantos la reacción del suspendido, que afirma que el secretario de organización de su partido, Santos Cerdán, “tiene un apellido definitivamente descriptivo”. Mientras algunos socialistas, como Miguel Sebastián, se preguntan en la red social cómo no se le había expedientado antes, en Telemadrid se cuestiona la sorpresa del PSOE por el apoyo de Leguina a la dirigente popular. Tuitea Hugo Pereira Chamorro, de ESdiario, un extracto de la tertulia del canal público autonómico, donde afirma: “Lo que sería inaudito sería que Leguina no le diera el apoyo a Ayuso. Es que la Comunidad de Madrid va como un tiro. ¿Cómo no la va a apoyar si es buenísima?”.

Uno de los primeros en solidarizarse en redes con el socialista tras su suspensión de militancia es otro político versátil, Toni Cantó, ex de UPyD —que en paz descanse—; ex del partido antes conocido como Ciudadanos, y excandidato frustrado —por una treta audaz, pero no lo suficientemente legal para formar parte del censo— en las listas del PP de Madrid. Cantó, expresidente, también, de la fallida Oficina de Defensa del español —el “chiringuito”, como él mismo lo llamó, era él y se extinguió con él— llega a proponer en Twitter a Leguina como candidato de la moción de censura contra Pedro Sánchez.

El idilio entre el díscolo del PSOE y la baronesa del PP continuó en público —uno presentaba a la otra; la otra alababa al uno—, hasta el punto de que muchos tuiteros, como @desegoviaatienza, se preguntaban, ya mosqueados: “¿Cuándo le caerá a Leguina un carguito por los servicios prestados al PP?”. Quizá el nombramiento se demoró más de la cuenta, pero al final, Ayuso siempre cumple. Alfonso Javier Ussía, que entre artículos abogando por la reinvención del periodismo, “ese nido de piratas”, escribió en The Objective que la baronesa popular “ni disimula ni pretende hacerlo; por eso arrasa y quizá por eso terminará como la primera presidenta del Gobierno del país”, cobra un sueldo anual de 88.070 euros como “asesor” de Ayuso. Todo listo para que Leguina empiece a controlar las cuentas de la Comunidad de Madrid.