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Columna
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Jordan Bardella: facha pero moderno

El delfín de Marine Le Pen fue una de las figuras destacadas de un evento que reunió el pasado domingo en Florencia a los principales líderes de la ultraderecha europea

El presidente del Reagrupamiento Nacional, Jordan Bardella. en la sede de campaña de Marine Le Pen para las presidenciales de 2022, en París.
El presidente del Reagrupamiento Nacional, Jordan Bardella. en la sede de campaña de Marine Le Pen para las presidenciales de 2022, en París.eric hadj (eric Hadj)
Carla Mascia

El pasado domingo, Matteo Salvini congregaba a la crème de la crème del fascismo europeo en la florentina Fortezza da Basso para lanzar la campaña del grupo Identidad y Democracia de cara a las elecciones europeas del próximo junio. “Un día histórico” para el “renacimiento de Europa”, tuiteó el líder de La Liga, jubiloso por ese reencuentro “entre amigos”. La estampa era dantesca: estaban, por citar solo unos cuantos, el estonio Martin Helme, racista asumido, al que se le conoce por la famosa frase “If you are black go back”; el búlgaro Kostadin Kostadinov, adepto de la teoría del gran reemplazo de la civilización europea por “africanos y asiáticos”, convencido anti LGBTI y antivacunas, y que considera que los gitanos son una plaga; el rumano George Simion, otro ilustre oscurantista que quiere “liberar a Europa” porque ésta, se supone, busca cargarse a los padres y a las madres y prohibir la carne para reemplazarla por el consumo de... cucarachas —sí, ese es el nivel—.

Entre todos estos grandes humanistas, también estaba, fiel a la cita, el muy desdiabolizado presidente del Reagrupamiento Nacional (RN), Jordan Bardella. El defensor de los judíos franceses no se podía perder esta concentración medieval y menos aún el discurso de Salvini sobre la influencia del “Goliat Soros” ―elevado por la extrema derecha antisemita a máximo símbolo del millonario judío que conspira contra las naciones―, aunque, curiosamente, esa parte no la mencionó en sus tuits ni en sus declaraciones. No hubiese quedado muy bien. Qué hubiera pensado Benjamín Netanyahu, al que el RN ha demostrado un apoyo inquebrantable desde el inicio de la guerra en Gaza. Así que preguntado por Le Monde por la retórica antisemita de algunos de sus socios, el brazo derecho de Marine Le Pen contestó que desconocía esos discursos y se quedó tan ancho. Aunque no sé si esto debería extrañarnos tratándose de una persona que es capaz de negar el antisemitismo de Jean-Marie Le Pen.

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Al centrar su discurso en el tema de la identidad y la teoría del gran reemplazo defendida por Éric Zemmour, Bardella reafirma la estrategia del monstruo de dos cabezas promovida por el RN. Mientras Marine es la cara visible y amable de la pseudo desdiabolización del RN, la que habla de los temas sociales, de feminismo e incluso de ecología, Bardella se encarga de seducir a los votantes más ultras para los que el RN se ha vuelto demasiado blando, conformista. Un electorado cada vez más convencido de que las “hordas de migrantes que invaden Francia” vienen a cometer francocidios. La palabra, acuñada por Zemmour, se prestaría casi a la risa si no fuera que existe gente que está totalmente persuadida de que la amenaza es real. Esta semana, la sobrina de Le Pen y compinche de Zemmour, Marion Maréchal, publicaba un tuit en el que alertaba de que “unos islamistas fichados como terroristas tenían planeado diezmar a todo un pueblo de Bretaña, en plena noche”, pero que “por suerte, fueron interceptados a tiempo”. “Es indignante. Aterrador. Francia acoge, alimenta, subvenciona. Y éste es el agradecimiento”, comentaba un tuitero. “En lugar de informarnos, los medios de comunicación han preferido evidentemente guardar silencio”, escribió otro, con una evidente carga conspirativa.

La estrategia del joven halcón de Le Pen, hijo de una inmigrante italiana, parece funcionar. Su popularidad no deja de crecer en las encuestas. Su imagen de hombre moderno y dinámico, de emprendedor un poco al estilo de Macron, con el que busca constantemente el parecido, de defensor de la IA y del mundo tech, se desmarca del polvoriento ideal tipo del dirigente RN. Su discurso sigue siendo el discurso rancio de toda la vida.

Sobre la firma

Carla Mascia
Periodista franco-italiana, es editora en la sección de Opinión, donde se encarga de los contenidos digitales y escribe en 'Anatomía de Twitter'. Es licenciada en Estudios Europeos y en Ciencias Políticas por la Sorbona y cursó el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Antes de llegar al diario trabajó como asesora en comunicación política en Francia.
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