La mala educación y la violencia
Los lectores escriben sobre las faltas de respeto en el Parlamento, el sentimiento de identidad de las comunidades autónomas y el enfrentamiento ideológico
Pedro Sánchez ha sido investido presidente del Gobierno de nuevo y la mala educación sigue abonando las calles de nuestra patria con un lenguaje tabernario, bravucón y temerario, junto con amenazas y violencia contra quien no opina como ellos. El PP y Vox no deben escurrir el bulto; son responsables directos en mayor o menor grado del comportamiento violento, de las algaradas y del desprecio de los manifestantes a los medios de comunicación. El debate de investidura estuvo repleto de falta de respeto institucional e insultos desde la bancada de las derechas y los ultras, aunque no faltaron desde la tribuna de invitados. El PP y Vox han vuelto a demostrar lo poco que les importa España, y menos las españolas y españoles, sobre todo al abandonar Vox el hemiciclo en pleno debate. Pedro Sánchez dibujó una España real y dejó patente que el Gobierno de coalición viene a negociar y razonar con la palabra para mejorar la vida de las españolas y españoles.
Victorio Martínez Armero. Móstoles (Madrid)
Mejor sin burlas
Quisiera pedir al recién investido presidente del Gobierno, más bien suplicarle, que no se burle explícita y abiertamente del líder de la oposición, porque cuando lo hace se mofa también de los millones de ciudadanos que lo votaron. Que no se carcajee de manera estentórea e impúdica de él, porque lo hará también de la parte de la población que depositó su confianza el 23 de julio en su propuesta. Si de verdad cree en la concordia, le imploro que deje de incendiar con esos comportamientos más propios de la barra de un bar que del Congreso, que degradan el debate político e inflaman la convivencia.
Carmen Gil Martínez. El Puerto de Santa María (Cádiz)
Diversidad plurinacional
Como andaluz, envidio el sentimiento colectivo que tienen otras comunidades autónomas. Me resulta gracioso que digan que España se vende a vascos y catalanes, cuando Andalucía lleva años vendida a partidos generalistas que no hacen de nuestra identidad virtud sino negocio. Hay mucho de complejo de inferioridad, creado por una tradición histórica de no tomar en serio nuestro acento, de frivolizar con nuestra identidad, de estereotiparnos y abocarnos a un fatal destino de laxitud y poco intelectualismo. Como si por ser la mejor feria solo pudiéramos ser feria. Mientras nuestros dirigentes revalorizan suelos, corrompen costas y venden nuestro sol, la mayoría de los andaluces se instala cómodamente en el sentimentalismo centralista en lugar de aportar, tan bien como podríamos, a una diversidad plurinacional de la que obtendríamos mucho más beneficio.
Jesús Galeote. Málaga
Los otros
España se rompe por enésima vez. Eso dicen las derechas que llevan días pidiendo tomar las calles como lo hicieron antes las izquierdas. No sé si vivo en España o en algún subproducto, perdí la cuenta de cuántas veces se ha roto. Frente a los unos buenos o los unos malos, estamos los otros, los que cada día vemos esto como un espectáculo donde se manejan marionetas mientras debemos ir a trabajar pase lo que pase, gobierne quien gobierne.
Isidro Carmona. Madrid
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