Doy las gracias a mi oncólogo
La empatía en los médicos, el ataque de Hamás y la respuesta de Israel, la ultraderecha en la UE y el apoyo superfluo a las causas en las redes son los asuntos que abordan los lectores en sus misivas
El otro día, mi oncólogo no tenía buenas noticias que darme, estaba más serio que de costumbre, pero sin dramatismo me explicó la situación. Aunque las opciones estaban claras, no decidió por mí, yo tuve la última palabra, lo que muestra un gran respeto hacia mí como paciente. Mostró gran empatía, me lo explicó todo muy bien y me dedicó todo el tiempo que necesité para resolver mis dudas. Siempre me mira a los ojos cuando me habla, me anima. Al irme, me cogió la mano y me deseó suerte. Mi vida está en esas manos y me siento afortunada de que sean las suyas, inmejorable profesional y excepcional persona, reúne todas las cualidades que necesitamos encontrar al otro lado de esta dura situación. Es un profesional con una calidad humana inigualable. Creo que no es consciente de todo el bien que nos hace a sus pacientes, es muy modesto, pero no sabe que no siempre encontramos profesionales que reúnan al mismo tiempo conocimiento y trato humano. Gracias, Alejandro, sé que estoy en las mejores manos.
Teresa González. Sevilla
No más guerra
Ya es un baño de sangre lo sucedido entre Hamás con su ataque y la respuesta de Israel. El único dato racional que se extrae es la muerte de inocentes. Este comportamiento inhumano tan solo conduce a más odio, rencor y venganza para masacrar a la otra parte sin miramientos y sin principios humanistas. Es el momento de la diplomacia sin excepción, es la ONU la que tiene el deber y la obligación de sentar a todas las partes a dialogar y dar una oportunidad a la paz y a la palabra como arma para sofocar las guerras. Obvien las diferencias religiosas, aparquen egoísmos, ideas unívocas y la sinrazón por la racionalidad. La solución es la convivencia entre diferentes. Todo por la paz en el mundo.
Victorio Martínez Armero. Móstoles (Madrid)
Ultraderecha en la UE
Lentamente, los partidos de ultraderecha van llegando a los gobiernos en diferentes países de la UE. Pensábamos que no podría pasar. En sus campañas usan la inmigración, la delincuencia, la inseguridad y la inflación como un todo producto del extranjero. También ponen el foco contra las instituciones de Europa culpabilizándolas de permisividad. Es fácil despertar esos miedos entre la población, pero las soluciones que proponen son peligrosas: vulneran los derechos humanos, la imparcialidad de la justicia y el uso correcto de las fuerzas de seguridad. Son caminos que conducen a Estados totalitarios, a un empobrecimiento de la UE y a un escoramiento peligroso de sus instituciones. No se auguran buenos años para la unión de los europeos, sí un retroceso en la libertad de los países que conforman los ideales que hicieron nacer a la Unión, con todos sus logros y también con sus fallos.
Antonio María de Régil. Madrid
No vamos a mejor
Suena el despertador. Miras el móvil: hay un incendio en tu tierra. Te entristeces y subes una historia a Instagram mostrando tu superfluo y volátil apoyo. Vas a trabajar, lo comentas en el trabajo a la hora del desayuno, en la llamada de tu madre... Al día siguiente, suena el despertador, miras tu móvil: prohíben la purpurina. Retuiteas lo bien o mal que te parece. El incendio ya no existe. La selección natural no nos está haciendo mejores.
Itahisa Texenery García. Santa Cruz de Tenerife
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