La peatonalización de los hermanos Marx
La vía urbana de prioridad invertida será considerada como una vía urbana con la prioridad invertida
Desde que peatonalizaron Consell de Cent, en Barcelona, muchos tuiteros han compartido fotos y vídeos en los que comparan cómo era esa calle antes y cómo ha quedado. De los coches y el ruido habituales se ha pasado a una calle peatonal, verde y agradable, que se ha convertido en un símbolo y en un ejemplo de que el centro de las ciudades no tiene por qué ser solo para los coches.
Ayer me acerqué a la salida del trabajo al eje de Consell de Cent para ver cómo iban las obras, jueves entre 18:00 y 19:00, y ver tb el tráfico... recordemos que hasta hace dos días habían cuentas que afirmaban que era un desastre de pacificación, caos... Spoiler: no lo es 👇 pic.twitter.com/s0rsrLxc7P
— Carlos Torres (@shibabcn) May 5, 2023
Ayer pasé por la calle Consell de Cent de Barcelona. Jamás me imaginé que algún día estaría sentado ahí disfrutando de ver a la gente pasear. ¡Es que mirad cómo era ese mismo punto! Esto es lo que se castigó en las urnas el domingo pasado. Incomprensible y deprimente. 😓 pic.twitter.com/JOEhD9aGGz
— Antonio Rguǝz 🍿 (@madridete) June 4, 2023
Al menos hasta la semana pasada, cuando una jueza de Barcelona ordenó revertir esta peatonalización porque el procedimiento mediante el cual se ordenó no era el correcto: se tendría que haber modificado el Plan General Metropolitano mediante una votación con mayoría en el pleno. La lectura de la decisión de la jueza y de las alegaciones del Ayuntamiento sonaban un poco a Groucho y Chico Marx en Una noche en la ópera: “La vía urbana de prioridad invertida será considerada como una vía urbana con prioridad invertida”. Pero, en fin, es verdad que las cosas hay que hacerlas bien.
Casi todos los tuiteros recibieron la noticia con sorpresa y enfado, igual que los vecinos que venían de aguantar dos años de obras. Los partidarios de la peatonalización consideraban que esta decisión era una insensatez y confiaban en que pudiera revertirse la orden de revertir la obra. Los contrarios a la peatonalización —o, al menos, a Ada Colau— también estaban enfadados, pero sobre todo por otra cosa: se preguntaban si el coste de todas las obras lo iba a pagar la exalcaldesa.
En una decisión inaudita, delirante, un juzgado de Barcelona ordena desmantelar esta actuación. https://t.co/OhgwaMcUdB pic.twitter.com/9IV8cNGqwv
— Mobility Behaviour 🎓 (@davidlois_UNED) September 7, 2023
Visto en Consell de Cent
— 𝘼𝙕𝙐𝙇 (@MaikelBlau) September 7, 2023
¿Cuál será la excusa esta vez?
¿Que no lo usa nadie, que afecta al correcto funcionamiento de los establecimientos, que no se respetaron las leyes dentro del plano general de urbanismo?
Ni un paso atrás a la reivindicación del espacio público y área verde pic.twitter.com/zVMI6nY1Os
Cuando me encadene a un árbol de Consell de Cent para que no la desmantelen. pic.twitter.com/XU5m1qhHcO
— Agustín Blanco (@AgusBB99) September 7, 2023
La cuenta que no tuiteó nada fue la de Barcelona Oberta, la asociación de comerciantes que ha llevado el tema ante los tribunales y de la que forman parte empresas y entidades como El Corte Inglés, Diagonal Mar y L’Illa. Es raro, porque deberían estar contentos y orgullosos de lo que, imagino, en su opinión, es un logro para los barceloneses. Sin embargo, y en el momento de escribir estas líneas, la cuenta de la asociación solo ha nombrado la calle en un tuit desde 2014, y fue para anunciar una jornada castellera. Es como si no estuvieran muy seguros de que los tuiteros fueran a aplaudir su campaña contra la peatonalización, y como si tuvieran claro que le habían dado una patada a Ada Colau en el culo de los vecinos.
De hecho, y al día siguiente de conocerse la noticia, Gabriel Jené, presidente de la asociación, aseguró que no pedirá la ejecución de la sentencia, aunque sí se opondrá a la apelación. Un poco como Groucho y Chico, también, que después de liarse con cada párrafo de su contrato, decidían que no merecía la pena discutir “por una tontería como esta” y cortaban lo que no les gustaba, que al final era casi todo.
Jené también afirmó que sacar coches del centro les quita clientes. Esta es una queja habitual de los comerciantes cuando hay peatonalizaciones, pero no se sostiene, si tenemos en cuenta lo que ha ocurrido en otras ocasiones. Como, por ejemplo, en Portal de l’Àngel, también en Barcelona, peatonal desde hace unos 50 años y donde, como mucho, los comerciantes se podrán quejar del precio del alquiler de los locales.
Estas medidas suelen ser polémicas porque damos por hecho que la forma prioritaria, casi única, de moverse es el coche. Pero años después lo que nos sorprende es que alguien viera normal que pasaran coches por Portal de l’Àngel, por la plaza Real o, ya en Madrid, en medio del parque del Retiro. Seguro que tanto entonces como ahora se podrían haber hecho mejor las cosas. Pero solo hace falta pasarse por las hemerotecas o por esas cuentas de Twitter que recuerdan cómo eran plazas y calles de ciudades de hace décadas y darnos cuenta de que nadie, o casi nadie, echa de menos el humo, el ruido y los coches.
#TalDiaComAvui 14 de desembre de 1973. #Barcelona crea la 1a #Superilla a Portal de l'Àngel.
— José Luis Muñoz Díaz (@JoseLuisSTAP) December 13, 2022
500 comerciants s'oposen a que els clients no puguin arribar en cotxe a la botiga.
Una enquesta d'un gran magatzem afectat mostra el #veïnat àmpliament a #favor de #restringir cotxes pic.twitter.com/o7ffHB9Xd2
Arc de Triomf i passeig Lluís Companys. pic.twitter.com/TnxWPab76q
— Històries de Barcelona (@historiesdebcn) September 22, 2021
Cuando el Ayuntamiento de Madrid creía que la gente no iría al Retiro si se cerraba al tráfico #Ecoilógico https://t.co/eEy4KyvKVc pic.twitter.com/DWG8euJP1M
— Clima y Medio Ambiente (@elpais_eco) September 1, 2023
Una vez se quitan los coches ya nadie quiere que vuelvan a pasar.
— Alejandro Cencerrado (@AlejandroCence2) February 17, 2023
El miedo al cambio es la única barrera.
Puerta del Sol de Madrid, 1970. pic.twitter.com/D7OUlO8vaq
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