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editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Observatorio transversal

Solo una visión poliédrica de los efectos del cambio climático permitirá controlar sus peores efectos en la vida colectiva

Vista del pantano de Vadiello en la provincia de Huesca, el domingo.
Vista del pantano de Vadiello en la provincia de Huesca, el domingo.JAVIER BLASCO (EFE)
El País

España cuenta desde hace dos semanas con un organismo de nueva creación, el Observatorio de Salud y Cambio Climático (OSCC), destinado a aportar análisis e información sobre los impactos que la crisis climática tiene sobre la salud. Los expertos llevan tiempo pidiendo que se preste atención a las afecciones que sobre la salud tienen las temperaturas extremas, y que se atienda a los problemas de enfermedades hasta ahora consideradas tropicales —y que empiezan a darse en nuestro país— o la contaminación atmosférica, entre otros retos. Las distintas afecciones que la crisis climática proyecta sobre la salud obligan a abordarlas desde una perspectiva interdisciplinar, trabajando conjuntamente profesionales del ámbito sanitario y social junto con los de otras disciplinas que pueden parecer ajenas, pero que no lo son: urbanistas que diseñan ciudades resilientes, gestores de movilidad para combatir la contaminación atmosférica, directivos de empresas obligados a adecuar los horarios de trabajo, o gestores educativos que deben ajustar calendarios y prácticas escolares.

El observatorio difícilmente podrá abordar sus objetivos si no cuenta con la colaboración de Aemet y sus predicciones de temperaturas y fenómenos extremos; así como con la aportación de la investigación necesaria para conocer más y mejor la crisis climática y sus afecciones sobre la salud (por eso están representadas múltiples instituciones como la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, el CSIC o el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas). Esta visión poliédrica es un enorme reto interdisciplinario y de coordinación política y administrativa.

El segundo desafío será hacer efectiva la llamada gobernanza multinivel: sus informes, recomendaciones y conocimiento tienen que ser útiles y llegar a las autonomías y los municipios, y a los encargados de gestionar los servicios de salud o los planes de actuación ante olas de calor, entre otros. Misión del Observatorio es revisar y actualizar los indicadores en materia sanitaria y cambio climático, recogiendo todos los riesgos para la salud que provocan las alteraciones de temperatura. Debe también crear un sistema integrado de alertas, de forma que puedan ser conocidas por los profesionales implicados y el conjunto de la ciudadanía, algo fundamental para cumplir su tercera función: la promoción de una cultura de la autoprotección, especialmente necesaria en el caso de los grupos más vulnerables.

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Con la creación de este observatorio se aborda la crisis climática como fenómeno transversal y se ponen en marcha políticas integrales de adaptación. Para su éxito será determinante que sus estudios y recomendaciones lleguen con rapidez y agilidad tanto al sector privado como a los gestores de lo público en municipios y comunidades autónomas.

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