Salir perdedor

Yo sí perdí, y lo peor de todo es que siempre salgo perdiendo, siempre voy al revés de los interesados. Es cierto que pierdo más con unos que con otros, lo cual tampoco es alivio de nada. Y pierdo desde este mirar comprometido con la democracia que entiendo única, aunque también sea mejorable. La democracia y tantas y tantas otras cosas que llevan doliendo hace tempo. Duelen en este presente y todo apunta a que tal vez sigan doliendo. Quizá sea cuestión de sensibilidades, de empatía, de solidaridad... O quizá sea cuestión de mirar hacia otro lado para no hacerse doler por lo que no depende de ti. Y ahí es cuando, para mí, todo se confunde, si cabe, aún más. ¿Qué depende de mí? ¿Qué depende de ti? ¿Y de ellos? ¿Qué depende de ellos? ¿De los que ganan? ¿De los victoriosos? ¿Acaso de pende de ellos que yo sea siempre el perdedor?

Manuel I. Nanín. O Carballiño (Ourense)

Pactos de gobierno

Por enésima vez se vuelve a escuchar aquello de que gobierne la lista más votada, apelando a España, a los españoles y la estabilidad. Recordemos que en España, para gobernar es necesario tener mayor apoyo parlamentario y no votos, al no ser un sistema mayoritario. Ningún partido que llega a gobernar toma medidas para cambiarlo. Podrían rebajar el número de escaños a 300 para tenerlo más fácil. Aunque como hicieron en Castilla-La Mancha, la jugada les puede salir mal.

Isidro Carmona, Madrid

Buena reacción de los patriotas

Los insultos continuos, las mentiras, los bulos, Txapote, etcétera han despertado a una izquierda que se ha rebelado frente a esa ignominia en la que el PP se pasó de frenada. También las andanzas de PP y Vox en censuras o actitudes claras contra los derechos de demasiada gente han provocado una reacción lógica. No sé quién gobernará pero me siento satisfecho con esta reacción de los patriotas. De los que pagamos aquí los impuestos, de los que creemos que todos los seres humanos tenemos los mismos derechos o de quienes amamos la cultura y apreciamos que se hable y respeten distintas lenguas, como en el resto del mundo. O sea, aquellos que no necesitamos llevar ninguna bandera en la solapa pero la sentimos en nuestras acciones diarias y sin armar ruido.

César Moya Villasante, Madrid

Queremos que el país cuente con todos

Como filóloga con incapacidad permanente hace tiempo que me dio por la electrónica —hasta me compré un soldador—. Esa ha sido mi manera de sentirme útil cuando el cuerpo no responde y hay que tener a la mente “entretenida”. El domingo, mirando los resultados de las elecciones, caminaba como si estuviera sana, pues tenía claras las mentiras, el miedo a revivir de dónde vengo y venimos —mi familia es de golpe en el pecho; solo de golpe—. Las personas que no quieren seguir siendo “incapacitadas”, queremos el voto. Y los políticos deben dejarse de playas y fotos. Queremos un país que cuente con todos, queremos una democracia, que estando enfermas, se siente mucho más. Queremos seguir con la investigación, queremos palabra, pese a saber que todos mienten. Queremos no sentirnos turistas en nuestro país.

Yasmina Galán Pons, Alicante