Ucrania, más cerca
La OTAN sale fortalecida de la reunión en Vilnius y ofrece a Kiev una perspectiva de integración aunque sin plazos
La cumbre de la OTAN celebrada en la capital de Lituania, Vilnius, a 300 kilómetros de Rusia, ha superado cualquier expectativa, con la inesperada luz verde de Turquía al ingreso de Suecia y la consolidación de la posición de Ucrania como futuro socio de la alianza, en la que se le da una perspectiva de integración, aunque en ningún caso antes de que acabe la guerra. Mientras tanto, sale reforzada por un paquete de ayudas financieras a largo plazo, junto a compromisos de seguridad rubricados por el G-7. Pese a la decepción que esa oferta parece haber provocado en el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, el acuerdo estrecha sustancialmente el vínculo de la Alianza con Kiev, con la creación, además, de un Consejo OTAN-Ucrania que sentará periódicamente en una misma mesa a todos los aliados con Kiev.
Lleva razón el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, al declarar el carácter histórico de la cumbre y los pasos avanzados como los mayores esfuerzos europeos de defensa desde los tiempos de la Guerra Fría. La OTAN está creciendo a marchas forzadas en número de socios y en la consistencia de su edificio institucional. Con los planes de defensa que están en marcha Europa contará con una fuerza aliada de reacción de 40.000 soldados, ampliable hasta 300.000, desplegados o preparados para movilizarse en un mes. España se ha comprometido a mandar 800 soldados más, con lo que se duplica su contingente en la región. Deberá también acrecentar sus esfuerzos para cumplir con el mínimo del 2% del PIB dedicado a defensa, que ahora solo cumplen 11 países y del que España se halla muy lejos (1,26%). La cumbre ha concluido, además, que ese nivel de gasto sea en adelante un suelo, no un techo.
La cumbre no ha olvidado del todo la atención al flanco sur de la Alianza, aunque el protagonismo de la guerra de Ucrania ha desplazado el debate sobre los riesgos peculiares de la región, en la que además también se refleja la acción desestabilizadora de Rusia con la intervención militar directa a través de las fuerzas mercenarias de Wagner, reconocidas en cuanto a financiación y también a dependencia del Kremlin por el propio Putin. La llamada OTAN de 360 grados que enuncian los comunicados abarca todos los ámbitos de la vida afectados por la seguridad, pero también toda la geografía europea, en la que el flanco mediterráneo destaca por sus numerosos desafíos y peligros de desestabilización. La Alianza también está ampliando su visión global de la defensa por el lado asiático. La participación como invitados en la cumbre de cuatro países de esta zona (Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda) no se debe únicamente a su compromiso en los esfuerzos en favor de Ucrania.
La seguridad de la región del Indo-Pacífico y del continente europeo se hallan conectadas, según explícita e intencionada referencia del comunicado de la cumbre, por las ambiciones y las políticas coercitivas de Pekín que desafían los intereses, la seguridad y los valores comunes. La claridad del lenguaje respecto a la evolución de China no puede gustar en Pekín, a pesar de la declaración de buenas intenciones respecto al diálogo y a la ausencia de cualquier referencia a la tensión alrededor de Taiwán. No falta un reproche explícito a la solidaridad de Pekín con Moscú y a su coordinación de esfuerzos para erosionar el orden internacional, especialmente con su bloqueo del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En el fondo, Ucrania ha ocupado a la cumbre incluso cuando la cumbre ha dirigido su mirada a la geografía más lejana.
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