Trato injusto
Los lectores opinan sobre la calidad del servicio bancario, el coste de la vivienda, los incendios forestales y las declaraciones de un consejero madrileño respecto a las medidas de ahorro energético
Tras más de una hora de espera en la sucursal de mi banco, en un barrio de Pamplona, con solamente una persona atendiendo al público, he llegado a la siguiente conclusión: me temo que las entidades bancarias, en su conjunto, se han convertido en instituciones privadas que obtienen sus pingües beneficios con el dinero confiado a ellas precisamente por los clientes a los cuales menosprecian con su pésimo servicio.
Mi banco no es una excepción. Obtuvo el ejercicio pasado unos notables beneficios calculados en millones de euros. Esa fortaleza financiera, por desgracia, no parece suficiente para mejorar la calidad de su servicio. Ahora, tan solo hay una persona en ventanilla para una población aproximada, con los barrios colindantes (Mendillorri, Lezkairu y Ripagaina), de unas 30.000 personas, sometiéndoles a la penitencia de largas esperas mientras el personal de la oficina, deduzco yo, se dedica en sus cubículos a invertir en fondos, valores y seguros el dinero de quienes pacientemente esperamos a que nos atiendan.
Carlos Remón Sanjuán. Pamplona
Nadie controla el precio de la vivienda
La vivienda es lo que más ha subido: un 8,5% hasta junio. Cuando un Gobierno entra al poder, y este actual es muy capaz, tiene que hacerse cargo de tareas incómodas y espinosas. Una de ellas atañe al control de la especulación de bienes de primera necesidad como la vivienda. Cada año vemos cómo la vivienda sigue subiendo su precio, gracias a la especulación de agentes que juegan, invirtiendo en bienes básicos para las personas. ¿Cuándo los gobiernos tendrán el valor de controlar la inversión en viviendas? A los lobbies europeos y mundiales de la vivienda se les debe obligar a invertir en otras cosas que no sean de primera necesidad. ¿O es que Europa es incapaz de acordar un frente común contra la especulación salvaje de este lobby cruel y sin escrúpulos?
Luis Mariano Moreno Ecija. Getafe (Madrid)
Arde España
Es triste ver cómo arde España. Es triste ver desaparecer devorados por las llamas inmensos bosques y árboles centenarios y ver llorar a sus vecinos impotentes. Pero es más triste ver que en muchas zonas de España no hay ni siquiera pequeños arbustos que puedan arder. Es más triste ver que hay zonas inmensas en la Península en las que no hay ni un solo árbol al alcance de la vista para poder salvarse de un posible incendio. Es más triste ver enormes zonas desertizadas de nuestro país donde sus habitantes ya no sufrirán por los incendios terribles y desoladores de todos los veranos, pues hace tiempo que sus tierras ya no tienen árboles para arder, ni ellos lágrimas para llorar.
Joaquín Fernández Sánchez. Cuenca
¡Por Dios! ¡27 grados!
Acabo de escuchar cómo el consejero de Economía, Hacienda y Empleo de la Comunidad de Madrid, Javier Fernández-Lasquetty, visitaba una tienda de muebles para comprobar que, con 27 grados de temperatura, se pasa calor. ¿No tiene nada mejor que hacer? Le recuerdo que este pequeñísimo sacrificio es consecuencia de manifestar nuestra solidaridad con Ucrania, donde es evidente que están bastante peor que nosotros con 27 grados. Hay acciones que evidencian la talla personal de algunos políticos.
Pilar Vera Guerrero. Madrid
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