Alemania y el petróleo ruso
El Gobierno de Scholz ha impulsado medidas alternativas que permiten activar nuevas sanciones por parte de la UE
El sexto paquete de sanciones que prepara Bruselas contra Vladímir Putin incluirá el corte del suministro de petróleo ruso. Alemania ha asumido el papel de motor de la medida al acelerar de forma notable los plazos previstos para reducir su dependencia tanto del gas como del petróleo y rebajar así los ingentes ingresos que obtiene Putin por esa vía. La decisión allana las reticencias de otros países con una alta dependencia, como Italia, Austria, Grecia o Eslovaquia, y puede forzar a Hungría a aceptar el acuerdo. Es también una respuesta rotunda al corte del gas que Putin ha impuesto a Polonia y Bulgaria por no pagar en rublos.
El giro en la opinión del Gobierno alemán se produce a cambio de algunas condiciones de carácter técnico, como la necesidad de que la desconexión respecto al petróleo sea gradual y no inmediata. El Ejecutivo presidido por Olaf Scholz ha preparado el terreno. Cuando Putin invadió Ucrania, Berlín importaba el 35% del petróleo que necesita Alemania de Rusia; ahora la proporción se sitúa en el 12%. Lo mismo ha sucedido con el gas, que ha descendido del 55% al 35%.
El mayor escollo interno se halla en la refinería de Schwedt, propiedad de la petrolera estatal rusa Rosneft. Abastece a una parte significativa del este de Alemania, incluida la capital, Berlín; es la mayor fuente de empleo de la ciudad y funciona con el tipo de petróleo que suministra Rusia. Scholz deberá enfrentarse no solo a un problema técnico, sino al descontento social, que puede ser utilizado por una extrema derecha que en el Parlamento regional es el segundo grupo en escaños.
El giro de Scholz refuerza las posibilidades de un inmediato sexto paquete de sanciones. Solo desde el comienzo del conflicto el régimen de Putin ha ingresado 63.000 millones de euros procedentes de la exportación de hidrocarburos; 9.100 millones corresponden a la compra de combustibles fósiles por Alemania y otros 6.900 por Italia. La unidad seguirá siendo lo que dé fuerza a las medidas de la UE contra Putin, y esta vez ha sido Alemania quien la ha garantizado.
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