Recuperar la normalidad
Los lectores escriben sobre las fiestas de los jóvenes, las mascarillas en los colegios, la conciliación y homenajean a Alfonso Sastre y Mario Camus
El tiempo apremia, y los jóvenes intentan recuperar esa normalidad que hace tiempo, por fuerza mayor, les quitaron. Nadie se atrevía a aventurar que quizá nunca volvería del todo, que era posible que la mascarilla hubiera llegado para quedarse. Este fin de semana hubo varios macrobotellones al aire libre. Hace meses me habría parecido moralmente mal secundarlo, pero ahora no puedo criticarlo. Hemos pedido a los jóvenes que esperen a la vacunación de sus abuelos, después a la de sus padres y finalmente a la suya propia. Y han cumplido. No puedo pedirles que esperen eternamente, porque la vida y, con ella, la juventud corren. Aunque menos, siguen falleciendo pacientes por covid en los hospitales, sigue habiendo secuelas permanentes, y sigue inundándonos el sufrimiento. Y aunque no puedo criticar las imágenes, elijo no participar. Porque, aunque se pasen los días y siga limitado, prefiero y deseo que al menos nosotros, los de casa, sigamos todos vivos.
Juan Sánchez Cano. Ávila
Eso no es libertad
Con el regreso a las aulas, vuelve también la mascarilla obligatoria en ellas. Se trata de una realidad que a ninguno nos fascina, pero que debemos cumplir. En Cáceres, unos padres negacionistas se han negado a llevar a sus hijas con mascarilla a la escuela. Me parece una falta de respeto hacia los alumnos y el profesorado, que tanto unos como otros pasan horas con la mascarilla. El hecho de no querer llevar mascarilla por pensar que no existe el coronavirus tras los infectados que ha habido y los fallecidos me parece vergonzoso. Una cosa es tener libertad y otra cosa muy diferente es no tener respeto por los demás.
Elena Guasch Olivé. Gavà (Barcelona)
Educar y conciliar
“Respeta sus tiempos”, y tienes que dejar a tus hijos gritando y chorreando lágrimas en un cole nuevo, en un entorno totalmente desconocido porque es lo que toca. “La mejor extraescolar es jugar”, pero cuando sean adultos, si no saben dos idiomas no se comen un rosco. “Disfruta de ellos, tírate en el suelo y juega”, pero hay que hacer jornadas laborales interminables y el poco tiempo que intentas rascar para estar con ellos lo haces a medias porque hay que organizar, poner lavadoras y cocinar. Nos llegan mensajes sobre crianza respetuosa que no hacen más que hacernos sentir culpables e insuficientes a quienes criamos a nuestros hijos con todo el amor y respeto, pero en el mundo real.
Patricia Cárcamo Carbayo. Las Palmas de Gran Canaria
Dos maestros
Con muy pocas horas de diferencia se nos han ido Alfonso Sastre y Mario Camus. El teatro y el cine español están de luto. De vidas muy distintas, a Sastre se le marginó durante el franquismo y hasta en la democracia, mientras que Camus estuvo siempre presente en la primera línea de nuestro cine, si bien fue tras la muerte de Franco cuando alcanzó el justo premio a su inmensa labor de director y de adaptador de excelentes textos literarios. De Sastre se deberían conocer sus todavía no representadas obras de teatro, y de Mario Camus hay que seguir viendo sus imprescindibles películas. De Escuadra hacia la muerte a Los santos inocentes, estamos en lo mejor de nuestra memoria cultural.
Miguel Revuelta Iturrieta. Madrid
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