_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Bolsonaro puede haber matado y robado a la vez

¿Cómo vivir bajo el dominio de un presidente sospechoso no solo de haber propagado el virus, sino también de haber retrasado la vacunación en nombre de una trama de corrupción?

Eliane Brum
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, en una comparecencia la semana pasada.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, en una comparecencia la semana pasada.UESLEI MARCELINO (Reuters)
Más información
Manaos plantea incógnitas a la inmunidad de rebaño

Hasta la semana pasada, los brasileños sabían que Jair Bolsonaro había ejecutado un plan para propagar el coronavirus y asegurar así la “inmunidad de rebaño”, supuestamente en nombre de la economía. Esta parte del plan, revelada por EL PAÍS, está ampliamente documentada. El viernes, el horror adquirió proporciones aún mayores. Dos testimonios en la Comisión Parlamentaria que investiga la actuación del Gobierno durante la pandemia denunciaron una trama para sobrefacturar la compra de la vacuna india Covaxin en un contrato de 325 millones de dólares, que priorizaba una inmunización controvertida en 2021 habiendo sido descartadas otras mucho más sólidas en 2020. Bolsonaro sabría del chanchullo, presuntamente orquestado por el líder del Gobierno en la Cámara de Diputados, Ricardo Barros, un personaje vinculado a otros casos de corrupción.

Desde entonces, cada madre, cada padre, cada hijo e hija, hermana y hermano se han visto sumidos en la pesadilla de que sus seres queridos podrían haber muerto para que los bolsillos de unos pocos se llenaran de dinero público. La denuncia del diputado Luis Miranda, que es incluso bolsonarista, y de su hermano, Luis Ricardo Miranda, funcionario que coordina la división de importaciones del Ministerio de Sanidad, ha inoculado en la población la sospecha de que los ataques de Bolsonaro a las vacunas de Pfizer y otros laboratorios tendrían el objetivo de beneficiar a la india para poder enriquecerse ilícitamente. En este caso, la corrupción habría alcanzado lo innominable, al retrasar la vacunación. Según un estudio del epidemiólogo Pedro Hallal, se podrían haber evitado más de 400.000 muertes si el Gobierno de Bolsonaro hubiera aplicado medidas de prevención. Solo el retraso en la vacunación habría acabado con 95.000 vidas. Que el eje de las nuevas denuncias sea la controvertida vacuna india, de Narendra Modi, compañero de exterminio de Bolsonaro, agrava todavía más el escenario.

Ricardo Barros, señalado como coordinador de la trama, da la dimensión del abismo de Brasil: ha sido una figura estratégica de la base aliada de casi todos los gobiernos desde el fin de la dictadura cívico-militar: Fernando Henrique Cardoso, Lula, Dilma Rousseff, Michel Temer y ahora Bolsonaro. Michel Temer lo nombró ministro de Sanidad, y Barros se mostró uno de los más violentos enemigos del sistema público. Que semejante criatura sea líder del Gobierno es la prueba absoluta de que la bandera anticorrupción de Bolsonaro es otra de sus grandes mentiras.

Es fácil morir en Brasil. Para quienes sobreviven, es muy difícil vivir. Si Bolsonaro sigue en el poder, habiendo ejecutado de forma demostrable un proyecto de exterminio y siendo ahora sospechoso de robar vidas por dinero, ¿qué quedará del país? El impeachment es solo el primer acto de justicia. Y tiene que ocurrir ya.

Traducción de Meritxell Almarza.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_