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EDITORIAL
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

EE UU, ante su guerra interior

Biden puede aprovechar el empuje de sus primeros meses para ser ambicioso en el control de armas

El País
Marcha el viernes en Chicago contra el asesinato de Adam Toledo.
Marcha el viernes en Chicago contra el asesinato de Adam Toledo.DPA vía Europa Press (Europa Press)

Una cadena de asesinatos múltiples en los últimos dos meses en Estados Unidos nos recuerda estos días la silenciosa guerra interior que se libra en las calles de ese país. El último, esta semana, ha sido el provocado en Indianápolis por un exempleado de FedEx de 19 años, que ha dejado ocho muertos. El uso sin control de armas de fuego, algo inconcebible en cualquier otra democracia, ha dejado en los últimos años una media de más de 100 muertos al día. En lo que va de 2021 han perdido la vida a tiros casi 400 menores de edad. La pandemia no ha reducido las cifras.

El horror cotidiano de los tiroteos abruma, además, porque llega sumado a nuevos ejemplos de violencia policial con armas de fuego, especialmente contra minorías, que han dejado nuevas imágenes de injusticia racial como la de niño latino de 13 años muerto a tiros de la policía de Chicago con las manos en alto tras una persecución en un callejón. La envenenada relación de los policías locales con parte de la población es una cara más del problema de las armas.

Nada de esto es inevitable, como demuestra cualquier otra democracia avanzada del mundo. Si finalmente hay un cambio de tendencia, deberá empezar al máximo nivel, en Washington. El presidente Joe Biden debe aprovechar el impulso de sus primeros meses en la Casa Blanca para abrir un parteaguas en un debate perverso, en el que se usan argumentos que oscilan entre el cinismo y el absurdo mientras mueren inocentes. El reciente anuncio de algunas medidas para combatir “la epidemia de salud pública de la violencia por armas” augura, al menos, un cambio de lenguaje. Pero las palabras no van a ser suficientes. Son mayoría los estadounidenses que apoyan una regulación más estricta de las armas. Es precisa una hoja de ruta sobre la mesa, realista, a largo plazo y sin retórica vacua. EE UU debe iniciar ya la desescalada en este nivel de violencia social, civil y policial que genera víctimas mortales y que daña tan seriamente su autoridad moral en el mundo.

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