Falta calidad humana
Nací en plena posguerra, viví años de lucha, esfuerzo y carestía hasta que llegó la democracia. Viví con lágrimas de emoción las primeras elecciones, emoción que he mantenido a lo largo de los años. Pero desde hace tiempo me duele el corazón al ver la falta de calidad humana de ciertos servidores públicos. Desde el más alto hasta el más bajo, pasando por todos los estamentos. Lo último, saltarse las normas para vacunarse. Sigo creyendo en el ser humano, pero a veces cuesta.
Eulalia Riquelme Sánchez. Madrid
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