La mujer en la Iglesia católica
El Papa ha decretado lo que las mujeres pueden hacer de forma regulada: leer en misa y distribuir la comunión. El paso no es un gran avance, pero reconoce la labor que ya venían desempeñando de hecho. En este sentido, es bienvenido, pero escaso. Lejos aún del diaconato, que les permitiría impartir bautizos o bendecir matrimonios. La Iglesia católica, con más de 1.000 millones de seguidores en todo el mundo, entre los que se encuentra un servidor incondicional, vive cierta expansión y debería actualizarse para ser motor de igualdad, aunque nos queda mucho camino por delante. La revisión del documento que decía que solo los hombres podían ejecutar los ministerios de la iglesia no deja de ser un precedente importante. Sin embargo, seguimos lejos de ordenar a las mujeres como sacerdotes, y no creo que nuestros ojos lo vean.
Vicente Segarra Orero. Valencia
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