La culpa es siempre de los ciudadanos
Culpar a los ciudadanos de lo que pasa es un vicio irritante en cualquier gobernante. Es, además, despreciable cuando lo que se reprocha es aspirar a la felicidad. Se nos culpó de vivir por encima de nuestras posibilidades en la crisis de 2008. Se nos culpa ahora de la nueva ola de la pandemia por haberlo pasado “mejor de lo que deberíamos” en Navidad. Es solo cuestión de tiempo que seamos responsables del cambio climático por, qué sé yo, haber volado demasiado. Como si los Gobiernos fueran solo testigos. Como si no tuvieran más herramienta que un altavoz. Como si hacer reproches a los ciudadanos no fuera lo opuesto a gobernar. El Gobierno debería decidir si su labor consiste en buscar culpables o en impedir el desastre.
José María De la Torre López. Encinarejo (Córdoba)
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