_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Qué han hecho los británicos por nosotros

La madre del libre comercio está a punto de ser devorada por sus propios hijos, los políticos oportunistas que la han conducido al callejón sin salida del Brexit. ¿Cómo es posible?

Víctor Lapuente
Momento de la retirada de la bandera de Reino Unido del interior del Consejo Europeo en Bruselas.
Momento de la retirada de la bandera de Reino Unido del interior del Consejo Europeo en Bruselas.Olivier Hoslet (AP)

Como los miembros del Frente Popular de Judea frente a la posible marcha de los romanos en La vida de Brian, nos deberíamos preguntar hoy: ¿Qué han hecho los británicos por nosotros? Bueno, la revolución industrial (el mayor motor económico de la historia) y el fútbol (el mayor entretenimiento del mundo). Ah, sí, eso sí nos lo han dado. También el pensamiento científico moderno, la democracia parlamentaria, amén de echarnos una mano cada vez que algún tirano ha intentado dominar el continente europeo. Bueno, pero aparte de eso, ¿qué han hecho los británicos por nosotros?

Los británicos han contribuido, más que ningún otro pueblo, a la concepción moderna de la libertad. A que los intercambios de ideas, bienes, servicios y personas no se basen en el privilegio. Es importante recordar que Gran Bretaña es la madre del libre comercio ahora que está a punto de ser devorada por sus propios hijos, los políticos oportunistas que la han conducido al callejón sin salida del Brexit. ¿Cómo es posible que la nación más libre se haya cerrado así?

A diferencia de otras zonas climáticas más benignas, el comercio libre ha sido el propulsor del desarrollo económico en el norte de Europa desde la Edad Media. En esas tierras dejadas de la mano de dios y del Imperio Romano no hay árboles donde nace oro ni los bancos más ricos están en el mar. No, ahí los bancos más importantes siempre han estado en Londres y los puertos de esas frías aguas, financiando a los mercaderes que recorrían el mundo en busca de las riquezas que la naturaleza les había hurtado.

Pero si el libre comercio ha sido la base de la prosperidad del norte de Europa desde la Liga Hanseática hasta la UE, también ha sido la fuente de sus principales conflictos, desde las guerras napoleónicas y sus bloqueos comerciales hasta las batallas políticas contemporáneas en Westminster. La relación comercial con Europa es la principal causa de defunción política en el Reino Unido, habiéndose llevado por delante la carrera de innumerables ministros y primeros ministros, incluyendo a Margaret Thatcher, David Cameron y Theresa May. Y esta sangría seguirá, porque, saliendo del mayor logro del libre comercio mundial, el mercado único de la UE, el Gobierno británico está en el lado erróneo de su propia historia. No es que sean euroescépticos. Es que son antibritánicos.

@VictorLapuente

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_