Gracias, barrendera
Sin duda, Pablo, el hijo de la barrendera de Logroño, con afirmaciones como “no todos somos vándalos” y con su acción al ponerse junto a una pandilla de adolescentes a limpiar su ciudad tras una noche de disturbios, es un joven admirable. Pero no me cabe duda que su madre, la anónima barrendera, es la responsable de la educación de Pablo. Sin duda, le ha sabido transmitir el orgullo por el trabajo tan digno de su madre. Reconozcamos su esfuerzo. Gracias Pablo y, sobre todo, gracias, amiga barrendera. Hay esperanza.
José Antonio Martínez. Madrid
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