_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Oración

Con Luis de Góngora me acuesto, con Baudelaire, me levanto, con el Viaje a Ítaca y con don Antonio Machado. Amén

Juan José Millás
La poeta Louise Gluck, tras anunciarse su premio Nobel.
La poeta Louise Gluck, tras anunciarse su premio Nobel.KATHERINE TAYLOR (REUTERS)

Cuando leo un poema genial en sueños, me despierto y salgo de entre las sábanas como el ahogado al aire. Ya en la vigilia, busco en todos los libros, sin hallarlos, los versos que me abrieron los ojos. Busco el poema que soñé como busca a Dios quien sabe que no existe. Poema soñado, sálvame, ven a mi encuentro, rescátame de este océano de prosa podrida que es la vela. Santificado sea tu nombre Sylvia Plath, venga a nosotros tu reino, Emily Dickinson, la estrofa nuestra de cada día dánosla hoy, Jorge Manrique, ruega por nosotros, los insomnes, Vicente Aleixandre. Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo, Gil de Biedma, y no nos dejes caer en la tentación, Pedro Salinas. Creo en los sonetos de Lope de Vega y en las rimas de Bécquer y en la desesperación de Espronceda. Perdónanos, Shakespeare, nuestras deudas. Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, danos una metáfora. Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, revélanos un ritmo. Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, sácate un endecasílabo de la chistera. Salve, Szymborska, mater misericordia, vida y dulzura, esperanza nuestra, salve. En aquel tiempo escribió Louise Glück a sus lectores: “Recuerdo mi infancia como un largo deseo de estar en otra parte”. Y dijo Dios hágase el poema, y el poema se hizo carne y habitó entre nosotros. En el principio era el caos y reinaba la oscuridad y el espíritu de Dios aleteaba sobre los dáctilos y sobre las tinieblas. Idea Vilariño, ven a nuestras almas, que por ti suspiran. Creo en Rilke, en Verlaine y en Rimbaud, además de en Lorca, Huidobro, Cernuda y Octavio Paz, Borges y Pizarnik. Con Luis de Góngora me acuesto, con Baudelaire, me levanto, con el Viaje a Ítaca y con don Antonio Machado. Amén.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_