Un parón para la mujer

Todos los trabajadores están afectados por la pandemia, sea por la posibilidad de contagio, por la incertidumbre de su situación económica, por el parón de actividad o por el escenario de inestabilidad en general. Pero entre todos ellos, el bloque que conforman las mujeres se demuestra ya como especialmente vulnerable ante una realidad que impone nuevas cargas a una franja laboral de sobra ya tensionada. Según un amplio informe elaborado en Estados Unidos por McKinsey, las trabajadoras sufren mayor agotamiento, mayores posibilidades de ser despedidas y de ver estancadas sus carreras que los hombres. Una de cada cuatro está contemplando hacerse a un lado y abandonar la fuerza laboral por completo, señala esta consultora, que ha preguntado a 40.000 personas en 317 compañías en EE UU.

El propio secretario general de la ONU, António Guterres, ha advertido de que la covid-19 “podría borrar a una generación de frágil progreso hacia la igualdad de género”. Los datos ofrecidos por la organización internacional muestran con detalle cómo las mujeres en todo el mundo han asumido mayores tareas de limpieza, cuidado y educación de los hijos, cocina y compras que los hombres. Las mujeres, además, están más expuestas a contagios por ser mayoría en las tareas sanitarias y de cuidados y más expuestas al paro e inestabilidad por ser mayoría en profesiones vinculadas al turismo y el comercio, dos de los sectores más golpeados por la crisis. La violencia machista durante los confinamientos, además, es la “pandemia en la sombra”, tal y como la ha calificado la ONU.

Un estudio publicado por la revista médica BMJ Global Health ha calculado que solo el 3,5% de los organismos que toman decisiones sobre el coronavirus son paritarios. En España, la situación no es mejor. La carga familiar y del hogar, mayoritariamente asumida por las mujeres en unas condiciones difíciles por el cierre de escuelas y la falta de ayudas a la conciliación, ha ahondado una brecha de género cuya superación era una ambición compartida por Gobierno, Unión Europea y múltiples organizaciones.

Esta es la foto de una situación frágil para las mujeres. Una señal de alerta para que algo tan prioritario como la lucha por la igualdad no pase en estos días a segundo plano, una vez más, mientras las fuerzas se concentran en la lucha por los recursos sanitarios y la vacuna y por la recuperación económica tras la pandemia. Luchar para que esa mitad de la población tan castigada históricamente por la discriminación no quede descolgada del futuro laboral, económico y de derechos humanos debe ser obligación de todos. Retroceder en este ámbito será perder para todos.