Mucha suerte, Madrid
Ojalá funcione el plan para atajar el brutal rebrote alumbrado al fin por Isabel Díaz Ayuso por polémica que sea su trayectoria
Mucha suerte a Madrid. Ojalá funcione el plan para atajar el brutal rebrote alumbrado al fin por su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, por polémica que sea su trayectoria. Con este buen deseo no bastará, desde luego. Bastantes expertos se han mostrado escépticos sobre su eficacia, al considerarlo tardío e insuficiente.
Una incógnita enorme es la utilidad de las restricciones a la movilidad diseñadas geográficamente en múltiples áreas sanitarias: ¡hasta 37! Sus perímetros confunden a los afectados, como sucedió en las calles limítrofes entre Barcelona y l’Hospitalet —una acera en cada ciudad—, lo que dificulta cumplir la norma.
Otra es el coladero de excepciones al imperativo de no moverse: ¡hasta once! Hay licencia para ir a trabajar fuera, al cole, a cuidar a mayores, al banco, a los tribunales, a renovar permisos, a pruebas oficiales... En realidad, para todo, salvo el ocio.
Y otra es la naturaleza de los espacios que se acotan, abren los bares y los bingos, aunque con límites de aforo y horario, pero cierran los parques, algo muy duro para los chavales de núcleos urbanos, como los del sur madrileño, ultradensificados.
El retraso que detectan los expertos tiene que ver con la tardanza pasada de la Comunidad en hacer los deberes. El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, reconocía este domingo en Abc que “no hay profesionales para reforzar los centros de salud”: ¿nada se previó? Añadía que ahora tenían 800 rastreadores "y el objetivo en octubre es alcanzar 1.500”: si el Ejército tarda cinco semanas en formarlos, ¿no podrían haberse preparado todos los necesarios desde el 21 de junio, al acabar el estado de alarma? El Gobierno madrileño protesta por los 180 casos de positivos detectados aterrizados en Barajas. Una gota en el océano de sus 100.000 contagios en los últimos 50 días.
Todo eso son solo datos. Pero claves para que se cumplan las normas, tan vaporosas que exigen más confianza de los ciudadanos del sur. La melló Ayuso al imputar los contagios al “modo de vida de los inmigrantes” (14/9). Y al aceptar la dimisión (7/5) de su directora general de Salud Pública, Yolanda Fuentes, opuesta a la fase 1 de la desescalada, para la que Madrid no estaba lista. Y cuyo consejero de Justicia, Enrique López, desautorizó (17/9) los “confinamientos selectivos” anunciados la víspera por el viceconsejero de Sanidad, Antonio Zapatero: el desconcierto.
Eso “es lo que haríamos a nivel nacional” (Pablo Casado, 2/5). Pues Ayuso “ha sido un icono para toda España” (ídem, 2/5). Eso.
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