Cómplices
Arde el campo de refugiados de Moria y, pese a la retahíla de noticias y reacciones por parte de numerosas ONG clamando justicia, asilo y protección para las 13.000 personas ahí hacinadas, la Unión Europea se sigue mostrando ineficaz en lo que a política migratoria se refiere. Sobre nuestras espaldas recae el peso de aquellos que buscan cobijo en nuestro continente y se arriesgan a morir en el intento por cruzar el Estrecho o pernoctan en un campo de refugiados que no garantiza unas condiciones mínimas de salubridad o infraestructura. Nuestra inacción y quietud nos señala como cómplices de un silencio que deja morir. ¿Qué más esfuerzos necesita hacer la realidad para llamar nuestra atención?
Nahia Varela Molina. Bilbao
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