En los años 80 apareció una nueva Naranja Mecánica . Marco Van Basten, Ruud Gullit, Frank Rijkaard, los hermanos Koeman y compañía, siempre bajo la dirección técnica de Rinus Michels, alcanzaron la gloria que se le negó a la generación de Johan Cruyff.En la Eurocopa de 1988, que se jugó en Alemania, el equipo holandés dio muestra de todo su talento. A pesar de caer en el primer partido por 1-0 ante la URSS, se recuperaron frente a Inglaterra, a la que derrotaron por 3-1 con un hat-trick de la figura Van Basten.En la semifinal, les tocó medirse a la siempre difícil Alemania, subcampeona del Mundial de 1986 y anfitriona. Pero eso no amilanó a los oranje , que se llevaron el triunfo a dos minutos de final con un gol de Van Basten, cobrándose las cuentas pendientes del Mundial del 74.La final era ante la URSS, contra quien habían perdido en el primer partido. Sin embargo, esta vez a los holandeses no se les escapó el título. Ruud Gullit puso el primer gol a los 32 minutos y, a los 54, Van Basten selló el triunfo batiendo a Dassaev con una volea de museo. Era el primer título continental de Holanda.