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Pensándolo bien
Columna
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Colosio desafía a MC

El dirigente de Movimiento Ciudadano hace un guiño al PRI y al PAN, porque entiende que dentro de seis años la única manera de vencer a Morena será mediante una candidatura unida

Dante Delgado y Luis Donaldo Colosio Riojas, en Ciudad de México, en 2018.
Dante Delgado y Luis Donaldo Colosio Riojas, en Ciudad de México, en 2018.Moisés Pablo Nava (Cuartoscuro)
Jorge Zepeda Patterson

Nadie va a declinar, eso es más que obvio. Ni Máynez dejará su candidatura presidencial, que le está dando los 15 minutos de celebridad que quizá nunca vuelva a tener, ni Alito Moreno, presidente del PRI, va a renunciar al fuero que le garantiza su plurinominal en el Senado, recurso que lo blinda de la eventualidad de ir a la cárcel.

La atención mediática que ha recibido el asunto, como si en verdad tal declinación fuese posible, tiene que ver más con la necesidad de sacudir el aburrimiento que dejan nueve meses de campaña de facto entre dos candidatas sobre las cuales ya se ha dicho todo.

Y, sin embargo, el análisis de la manera en que han reaccionado algunos personajes ayuda a entender lo que nos espera con Movimiento Ciudadano, una organización llamada a desempeñar un protagonismo creciente en México.

Lo más significativo tiene que ver con Luis Donaldo Colosio. Fue él quien metió el ruido al insistir, en dos ocasiones estos últimos días, sobre la necesidad de que el tercer lugar en intención de voto decline en favor del segundo para estar en condiciones de competir el próximo 2 de junio en contra de Claudia Sheinbaum, clara puntera en la lucha por la presidencia. No mencionó a Xóchitl Gálvez o a Jorge Álvarez Máynez por nombre, pero en la práctica constituye un exhorto a Máynez, su compañero de partido, a tirar la toalla en favor de la abanderada del PRI y del PAN. En ninguna encuesta Máynez, que ronda el 10% de las tendencias en el mejor de los casos, se acerca a Xóchitl que fluctúa entre los 20s y 30s %.

Para efectos de los intereses de Movimiento Ciudadano el planteamiento de Colosio es un despropósito. Un suicidio en términos tácticos y estratégicos. A largo plazo, MC está en la tarea de construirse de cara al ciudadano como la tercera vía: ni el regreso al pasado que encarnan el PRI y el PAN, ni la polémica opción obradorista del cambio. Por lo demás la coyuntura le favorece porque intenta beneficiarse del hartazgo de muchos ciudadanos respecto a los tiempos polarizantes que vivimos. Justo en los debates presidenciales y de la Ciudad de México, sus candidatos han insistido en mostrar a los oyentes la belicosidad de las otras dos fuerzas, enzarzadas en mutuas recriminaciones.

En ese sentido, estos comicios son una oportunidad de oro: MC intenta conseguir 10 o 12% de los votos nacionales. Parece cosa menor, pero en términos políticos tendría un impacto mayúsculo. Primero, porque con una cifra similar en las cámaras puede llegar a convertirse en el fiel de la balanza que, en la práctica, decida el triunfo o la derrota de los proyectos de las dos grandes fuerzas políticas, particularmente en reformas constitucionales que exigen dos tercios de los votos legislativos. Ni que decir el enorme poder político que eso representa.

Segundo, porque con una votación de entre 10 y 15 %, MC puede dejar atrás las ligas menores de los partidos morralla y convertirse en una fuerza en sí misma. Si además está en la tarea de atraer el voto de las generaciones jóvenes, eso constituiría una base importante para las disputas de mañana. No es un mal cálculo. Si Morena resulta seriamente erosionado tras un segundo periodo en el poder, MC confía que en 2030 podría ser más atractivo que PRI y PAN como una alternativa al partido oficial.

En suma, MC no va a renunciar a eso para darle mejores oportunidades a Xóchitl Gálvez y al PRIAN. Ni siquiera a cambio de las muchas prebendas que estos puedan prometerle en pago a la declinación de Máynez. Se trataría de promesas peregrinas, porque tal declinación no asegura el triunfo de la oposición: en este momento ni sumados segundo y tercer lugar alcanzan a Sheinbaum, aunque ciertamente hace más competitiva la disputa.

El tema de fondo es la actitud de Colosio. Por joven que sea, no puede ignorar el escenario descrito arriba. Y tampoco podemos atribuirlo a una imprudencia del momento porque lo reiteró dos días más tarde. ¿Por qué entonces una declaración tan contraria a los intereses de su partido político?

Los más escépticos interpretarán tales declaraciones como un mero juego propagandístico para mantener en Máynez en portadas de medios y noticieros. Cosa que ha sucedido, pero cuesta trabajo creer que Colosio arriesgue un centímetro de su capital político prestándose a la provocación.

Otros lo atribuirán a los roces internos entre los distintos polos de liderazgo que detentan Dante Delgado, el dirigente nacional, los dos gobernadores de MC, Samuel García y Enrique Alfaro, y el propio Luis Donaldo Colosio, presidente municipal de Monterrey. Algo podría haber de eso, pero no explica las razones por las cuales Colosio escogió este asunto para marcar una diferencia.

A mi juicio tendría que ver con un cálculo político del joven alcalde. Recordemos que Colosio fue la primera carta jugada por la dirigencia de MC para la actual campaña presidencial. Sin embargo, él declinó la oferta quizá con razón. Aunque hijo del político asesinado hace 30 años, en realidad comenzó su carrera de manera tardía y asumió que aún no era su momento. Pero nadie ignora que es la gran apuesta de MC para lanzar una candidatura exitosa a la presidencia, por la reverberación nacional que arrastra el apellido Colosio.

Lo que ahora está haciendo, al hablar de la declinación de Máynez, es un guiño al PRI y al PAN. Entiende que dentro de seis años la única manera de vencer a Morena será mediante una candidatura unida; asume que con una oposición dividida no le alcanzaría. Sabe que Máynez no va a renunciar, pero le interesa que los partidos de la Alianza tomen nota de su punto de vista. Es el único de los dirigentes de MC que exhorta a la unidad de la oposición y a “votar sin miedo en contra de la 4T”. El resto de los cuadros del partido, incluyendo a Máynez, parecerían estar más cercanos a Morena que al PRIAN, como bien puede observarse en el desempeño de sus candidatos en los debates.

En suma, lo que revela la actual polémica sobre una declinación que no va a suceder es un tema de fondo. Un desajuste significativo entre MC, una fuerza política que será protagonista en los próximos años en la relación con el gobierno de la 4T y los cálculos de Colosio, su principal promesa para aspirar a la silla presidencial. Para MC Colosio es una pieza clave, pero una pieza. Para Colosio MC es un vehículo, pero no el único. Intereses mutuos que convergen la mayor parte del tiempo, aunque no siempre, como podemos ver hoy, y quizá mañana.

@jorgezepedap

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