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LUIS DONALDO COLOSIO
Columna
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Colosio Jr. vs. Movimiento Ciudadano

El que Colosio Jr. aparentemente juegue contra los intereses de su partido no puede más que prender las alarmas

Luis Donaldo Colosio Riojas, en Ciudad de México, en una fotografía de archivo.
Luis Donaldo Colosio Riojas, en Ciudad de México, en una fotografía de archivo.Moisés Pablo (Cuartoscuro)
Viri Ríos

Ya van varias veces en que Colosio Jr. sugiere que le gustaría jugar del lado de la alianza PAN-PRI. En julio del año pasado dijo que al PRI-PAN “le hacía falta más Movimiento Ciudadano (MC)”. Y hace unos días, en plena campaña electoral, lo hizo de nuevo. En entrevista con Azucena Aresti de plano sugirió que Jorge Álvarez Máynez declinara.

Los apagafuegos aparecieron de inmediato. Miembros de MC comenzaron a compartir en redes un video donde Colosio Jr. supuestamente hablaba mal “del PRIAN”. El propio Máynez entró con sus mejores extinguidores. Argumentó que, a lo mejor, lo que Colosio Jr. realmente pudo haber querido decir es que el PAN-PRI debía declinar en favor de MC.

El problema es grave porque a las declaraciones de Colosio Jr. se suman a múltiples desaires y empujones que le ha dado a MC.

Como presidente municipal de Monterrey, Colosio Jr. permitió que grupos de interés obtuvieran la renuncia de Laura Ballesteros como secretaria de desarrollo urbano sostenible. Entregar la cabeza de Laura no fue cualquier cosa. Ballesteros es senadora de MC y actualmente la principal vocera de la campaña de Máynez.

Además, como miembro del partido, Colosio Jr. rechazó competir por la presidencia. “No quisiera ser yo el que divida una oposición” fue su argumento. Su decisión de facto supuso poner al PRI-PAN por encima de su propio partido. Colosio Jr. tenía los números y el conocimiento no para unirse al PRI-PAN, sino para hacer que éste se le uniera. Lo dejó pasar. Le dio pena ser él quien atacara a sus contrincantes.

El que Colosio Jr. aparentemente juegue contra los intereses de MC no puede más que prender las alarmas. MC no ha hecho más que cuidarlo, esperarlo paciente y generosamente a que madure. Lo vuelven compadre. Lo suben a todos los pedestales. El sueño de MC es que un día Colosio Jr. salga del invernadero y sea su flamante candidato presidencial.

El problema es que Colosio Jr. parece querer otra cosa y sentirse más cómodo ayudando a ganar al PRI-PAN que a consolidar a MC.

Independientemente de ello, demográficamente, el barco de popularidad de Colosio Jr. puede ya haber zarpado. Para la próxima elección presidencial, la mayoría de los votantes habrán nacido sin recuerdos tangibles de Colosio padre. Haga usted, lector, la prueba. Pregunte a una persona de más de 60 años y a una de menos de 20 años quién es Colosio padre. La primera persona con alta probabilidad lo recordará como un mártir del proceso de democratización mexicana. La segunda preguntará con cierto desgano si era “un señor priista”.

Mercadológicamente, MC también tiene un problema con Colosio Jr. porque será bastante difícil vender como nuevo un candidato que representa algo tan viejo.

Ante ello, tal parece que el gran reto de MC, si realmente quiere convertirse en la segunda fuerza opositora más importante de México, es comenzar a cultivar perfiles nuevos, sus escuelas de cuadros que han estado mayormente abandonadas y dejar de buscar influencers y celebridades ya hechas para crear las propias. En política no hay atajos.

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