El dilema de Sheinbaum: ejercer el poder de las reformas planteadas por el presidente
López Obrador tendrá un mes de mayoría calificada, ¿cuánto podrá hacer en los 30 días de septiembre?
¿Qué hará Claudia Sheinbaum con todo el poder? Es la pregunta que más se ha repetido en las últimas horas. La portada del semanario político Proceso no necesita mayor explicación, detrás de la nueva presidenta electa, el presidente López Obrador con una tímida sonrisa y las manos detrás, el titular es “El poder total”. México votó decidido por la continuidad, por un proyecto de gobierno ya trazado que Sheinbaum juró mantener, esta promesa de campaña le ha bastado para superar por 32 puntos a la oposición … ¿Y ahora?
¿Qué tanto perpetuará el eco de su predecesor? López Obrador llegó con legitimidad total, pero sin mayoría calificada en el Congreso, su gobierno siempre tuvo un freno de mano que le impidió hacer reformas estructurales a diestra y siniestra, lo obligaron a idear leyes secundarias que encontraban vacíos legales, que interpretaban la ley a su conveniencia, que hacían para lo que les alcanzaba. Sheinbaum no necesitará de esto, la nueva presidenta electa podrá hacer realidad sin pretexto alguno el México que imaginó su antecesor, ¿lo hará? Diría el clásico, no tengo el turbante puesto, sin embargo, es tonto pensar que ella “es una calca”, “un títere”, o algún otro adjetivo que por ahí ha circulado en algunas columnas de opinión o comentarios en redes sociales. Sin embargo, vale la pena detenernos en esas propuestas desde Palacio Nacional que no lograron concretarse por no tener “el poder total” ¿en qué se convierten ahora? ¿En una camisa de fuerza para los próximos seis años o en ideas a olvidar en el escritorio de pendientes?
Fue en 2022 cuando el presidente impulsaba la Reforma eléctrica que buscaba limitar la participación privada en el sector. Era una de las principales apuestas de López Obrador, su rechazo supuso la primera gran derrota parlamentaria de su gobierno.
La Reforma Electoral, que pretendía crear un nuevo organismo para sustituir al INE, fue rechazada el 7 de diciembre de 2022 al no obtener mayoría calificada. No se quedó ahí, llegó el Plan B de la reforma electoral: mandó otro proyecto que, por tratarse de cambios a la ley secundaria, no necesitó de dos terceras partes de la cámara y sí fue aprobado en febrero de 2023, aunque el 22 de junio de ese año la Corte invalidó completamente el plan por violaciones graves al proceso legislativo.
Y por último, el paquete de reformas enviado el 5 de febrero pasado, el día de la Constitución, en su último intento por instaurar su proyecto de Cuarta Transformación.
20 propuestas que incluyen, entre las más polémicas: revertir las reformas al sistema de Pensiones; garantizar la continuidad de programas como Jóvenes construyendo el Futuro y Sembrando Vida; una nueva Reforma Electoral (otra vez); una reforma para que jueces y magistrados se vuelvan cargos de elección popular y eliminar los organismos autónomos, entre otras. Este paquete quedó “congelado” al concluir el periodo de sesiones del Congreso, pues Morena no las subió al pleno para evitar que la oposición se las rechazara.
La respuesta de Sheinbaum, cuando se presentaron fue la lógica, dijo que “abrazaría” cada una de las reformas hechas por el presidente. Sin saber lo que ocurriría el domingo 2 de junio, parece que está obligada, al menos en un inicio, a dar trámite a los encargos de un presidente que quiere marcar de esta forma su legado. López Obrador tendrá un mes de mayoría calificada ¿cuánto podrá hacer en los 30 días de septiembre? Ayer dijo que lo hablaría con la presidenta electa. La herencia del poder trae cláusulas en letras de oro, es ahí donde podremos medir si los próximos seis años traen o no piloto automático, ya veremos 100 días después.
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