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López Obrador rechaza la nueva ley antimigrante de Texas: “Siempre vamos a estar en contra de estas medidas”

México anuncia que buscará que las nuevas disposiciones, que permiten la detención y deportación exprés de quien no acredite su situación migratoria, no entren en vigor el próximo año

Una familia de migrantes cruza el río Bravo hacia la ciudad de Eagle Pass, en Texas (EE UU), el pasado 6 de octubre.Foto: Reuters | Vídeo: EPV
Elías Camhaji

México expresó su condena contra la nueva ley que criminaliza la migración irregular en Texas. El paquete de medidas anunciadas por el gobernador republicano Greg Abbott esta semana, conocidas como SB4, permite a las autoridades preguntar a cualquier persona sobre su situación migratoria en cualquier parte del Estado y abre la puerta a que quien no pueda demostrar que tiene papeles sea detenido o, incluso, expulsado del país. El presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha rechazado la legislación, catalogada como la más dura que se ha aprobado en décadas en Estados Unidos y prevista a entrar en vigor a partir de marzo próximo. “Nosotros vamos a estar siempre en contra de estas medidas”, señaló el mandatario en su conferencia de prensa de este martes.

La polémica ley estatal califica como un delito “la entrada ilegal” a territorio estadounidense con penas de cárcel o deportaciones exprés. El gobernador Abbott anunció en la ciudad fronteriza de Brownsville que Texas empezará a financiar un nuevo muro con México y aumentará las penas contra las redes de tráfico de personas, al aumentar el castigo mínimo de dos a diez años de cárcel contra los coyotes o traficantes. “Texas es el primero y único Estado en la historia de nuestro país en construir su propio muro fronterizo”, presumió el político republicano poco antes de firmar el decreto de ley, el lunes.

“Decirle a nuestros paisanos y a los migrantes que vamos a estarlos defendiendo, que el gobernador de Texas actúa de esa forma porque quiere ser candidato a vicepresidente”, aseguró López Obrador. El presidente dijo que la Secretaría de Relaciones Exteriores ya trabaja en la respuesta formal de México y en una estrategia jurídica para evitar que entre en vigor. Las campañas rumbo a las elecciones del próximo año en EE UU han implicado un aumento de los reproches contra México y de los discursos de mano dura contra la migración, uno de los talones de Aquiles de la Administración de Joe Biden. “Va a perder”, agregó el mandatario.

La posición de Abbott contra la inmigración ya había sido objeto de controversia al sur de la frontera. El gobernador instaló este año un “muro flotante” en el río Bravo, con boyas, cuchillas y dispositivos diseñados para hundir a quienes pretendan cruzar a nado a territorio estadounidense. El Gobierno de Biden ganó la batalla legal bajo el argumento de que las autoridades estatales de Texas carecen de facultades para adoptar tales medidas y una corte ordenó que las boyas fueran retiradas, en un fallo que fue ratificado por un tribunal de apelaciones a principios de diciembre.

López Obrador perfiló un argumento similar para el caso de la nueva ley antimigrante: que Texas se está extralimitando y está asumiendo medidas que corresponden solo al Gobierno de Biden, como el control de fronteras. “Está usurpando funciones”, dijo. El apoyo de Biden, que también busca la reelección en 2024, será también clave para impugnar las medidas. A las puertas de una nueva batalla legal con Texas, en Washington se habla de que el mandatario estadounidense está valorando endurecer su política migratoria para contrarrestar las críticas de sectores conservadores y aumentar sus posibilidades de mantenerse en el poder.

Abbott asegura que la política de “puertas abiertas” de la actual Administración ha provocado un caos en los Estados fronterizos y defiende el combate a la migración como una medida de último recurso. Arizona, por ejemplo, optó por militarizar su frontera en los últimos días para contener los flujos migratorios, a pesar de tener un Gobierno demócrata. Esta misma semana, se suspendió en dos puertos fronterizos de Texas la entrada de trenes que cruzan los límites entre ambos países, lo que también desató las tensiones diplomáticas.

El gobernador texano aboga porque vuelvan las acciones emprendidas por el Gobierno de Donald Trump, el favorito a la candidatura republicana a la presidencia. Trump aseguró en un mitin el pasado fin de semana que los inmigrantes “están envenenando la sangre de nuestro país”, en declaraciones que han sido tildadas como racistas y que hacían referencia a la llegada de más personas de Asia y África a través de la frontera sur.

López Obrador calificó el nuevo embate de Abbott, a quien llamó “malo de malolandia” y “señor de malas entrañas”, como una medida “inhumana y politiquera”. El presidente mexicano dijo que al gobernador texano “se le olvida que Texas era de México” y que “hay más de 40 millones de mexicanos en Estados Unidos”. Cuatro de cada diez habitantes del Estado son hispanos, según datos oficiales. “No le va a funcionar”, vaticinó el mandatario mexicano, en el último episodio de una saga de enfrentamientos que se han prolongado durante meses con los sectores más conservadores del Partido Republicano. México también elegirá a un nuevo presidente el próximo año.

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Sobre la firma

Elías Camhaji
Es reportero en México de EL PAÍS. Se especializa en reportajes en profundidad sobre temas sociales, política internacional y periodismo de investigación. Es licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales por el Instituto Tecnológico Autónomo de México y es máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.
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