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Juan Daniel García Treviño: “No me siento encasillado en los papeles de malandro”

El actor mexicano no para de trabajar tras el éxito de ‘Ya no estoy aquí’. Su última película, ‘Adolfo’, acaba de triunfar en la Berlinale. Y su próximo papel es un filósofo

actor mexicano Juan Daniel García Treviño en el centro de Coyoacán, en Ciudad de México, el 24 de febrero de 2023.
El actor mexicano Juan Daniel García Treviño en el centro de Coyoacán, en Ciudad de México, el 24 de febrero de 2023.Nayeli Cruz

Después de rodar Ya no estoy aquí, Juan Daniel García Treviño estuvo un tiempo sin trabajo como actor. La primera película que había protagonizado tuvo un despegue tardío tras el estreno en 2019. Pero el drama dirigido por Fernando Frías, que sigue a Ulises, un joven que pasa los días con su pandilla bailando cumbia rebajada y debe huir de Monterrey por la violencia, al final tomó vuelo. Y los trabajos empezaron a llegarle a García Treviño. Primero fue Manto de gemas, de la boliviana Natalia López Gallardo; después, La civil, que fue ovacionada en Cannes; también El norte sobre el vacío; tuvo una participación en la serie Narcos y un protagónico en Adolfo, la opera prima de Sofía Auza, que acaba de ganar el Oso de Cristal en la Berlinale. “Todo lo que me ha llegado en la vida, desde la soldadura hasta hasta la actuación ahorita, ha sido así”, cuenta el actor a EL PAÍS.

García Treviño (Monterrey, 23 años) habla con la confianza que sedujo al equipo de casting que lo seleccionó para interpretar a Ulises en Ya no estoy aquí entre decenas de adolescentes de las barriadas de la periferia de Monterrey. El viernes por la tarde esperaba recostado en un banco junto a su novia, Sasha González, de 25 años, también actriz y cantante. Llevaba un gorro de lana, camiseta y pantalón negro, tenis blancas y un collar que le hizo su pareja con cuero, una perla negra y conchas de Tahití. Los dos, de gafas oscuras, pasaban desapercibidos entre los vendedores, músicos y escolares que hay a esa hora en el centro de Coyoacán, al sur de Ciudad de México. La entrevista, en realidad, debía ser el día anterior, pero García Treviño no había podido ver la película que estaba promocionando, Manto de gemas, y prefirió entrar a la sala para no hablar sin saber.

–¿Eras de las entrevistas de ayer? Porque ayer tenía entrevistas. Una disculpota... Bueno, no, porque ¿qué me iban a preguntar si no la había visto?

Juan Daniel García Treviño
Juan Daniel García Treviño posa para un retrato durante la entrevista con EL PAÍS.Nayeli Cruz

En Manto de gemas, que se estrena el 9 de marzo en salas comerciales, García Treviño interpreta a Adán, un joven a quien su madre intenta rescatar del narco. “Construir el personaje de Adán fue mi primer reto de actuación”, explica y señala la distancia con el personaje que le llegó después, el de El Puma, que interpreta en La civil. “No tienen nada que ver. El Puma es un güey malo, de sangre fría, que ya no tiene otro camino. Adán es un chavito. Tiene una familia que lo respalda, que lo cuida, que quiere saber de él, y al mismo tiempo tiene cerca gente que no es buena y el güey no sabe qué hacer”, dice. Después continúa: “Yo no tuve eso. En lo personal, yo, Juan Daniel, no tuve eso. Tuve que buscar lo bueno, porque lo malo siempre estuvo y era lo fácil, ¿sabes? Siempre pensé más arriba. Me juntaba en las pandillas, pero ni siquiera me drogaba. Hice las cosas bien y se me dieron”.

El actor se instaló en Ciudad de México después de rodar Manto de gemas. “Dejé de hacer muchas cosas por venirme y apostarle a algo que no sabía si iba a pegar”, cuenta el intérprete, que también es músico y en estos años ha trabajado delante y detrás de cámara. Según enumera, ha sido coach de actores, ha asistido en trabajos de producción y fotografía, incluso ha probado ser manager, hasta que dijo: “Órale, esto es lo que tengo ahora, a esto le estoy apostando, pues vamos a hacer lo mejor”. “Y me empezó a ir chido”, dice. Además de las producciones audiovisuales que ya ha estrenado y de la obra de teatro en la que debutó en 2022 (El corrido del Rey Lear, escrita y dirigida por Fernando Bonilla), cinco proyectos en los que ha trabajado están en postproducción: Azul, Perdidos en la noche, Wetiko, No voy a pedirle a nadie que me crea y la serie Ugly.

“Nunca supe cómo reaccionar”

Las respuestas de García Treviño son laberínticas. Entra y sale de su historia sin detenerse demasiado en cuestiones personales y de repente se pierde. Toma un sorbo del café de olla que ordenó y sigue. Cuando lo bueno llegó, cuenta, se sintió “raro”. Había ganado un Ariel por Ya no estoy aquí, la película había aspirado a los Oscar y al Goya, los largometrajes en los que participaba se estrenaban en festivales internacionales. Pero a veces, se hacía “chiquito”: “No me sentía preparado para lo que estaba haciendo. Por cuestiones familiares y económicas, tampoco me sentía cómodo donde estaba. Tenía un Ariel, ¿de qué me servía? No entendía muchas cosas que estaba viviendo”. “Nunca supe cómo reaccionar, siempre me dejaba sorprender por todo. No logro tener expectativas de nada nunca, nunca, nunca”, agrega.

Juan Daniel García Treviño en su papel de Ulises, en un fotograma de cinta mexicana 'Ya no estoy aquí'.
Juan Daniel García Treviño en su papel de Ulises, en un fotograma de cinta mexicana 'Ya no estoy aquí'.

En esa época, le decían que tenía que trabajar su acento porque si no solo le iban a dar “papeles de malandro”. “No tenía el tiempo ni el recurso para pagarme un curso de acento. Necesitaba trabajar porque tengo gente que depende de mí”, cuenta. Nunca lo entrenó, pero ha ido cambiando. “La banda del cine tiene un acento muy neutro. Y yo, no sé, a veces siento que soy como una fotocopiadora, que voy grabando todo lo que me va sucediendo”. La lectura también lo ha ayudado, agrega. “En las películas que he trabajado, el acento nunca fue un problema”, concluye. Además, no le importa que le den esos papeles: “No me siento atacado por la gente que dice: ‘¿Te están encasillando?’. No me siento encasillado, más bien así se han presentado los personajes, pero vendrán otros”.

“Mis personajes a mí no me identifican. Yo no hago ni hacía lo que hacen mis personajes, ni me los dan porque venga de allá [de Monterrey]. Si me dan un texto lo abordo y lo preparamos”, afirma. “Soy nuevo y estoy probando de todo. Los personajes me dan eso. Ahora voy a interpretar un personaje que es filósofo y ahí me tienes, leyendo libros. Me gusta indagar en cada personaje, en el texto, siempre estoy preparándome”, dice García Treviño. El intérprete nunca estudió actuación. Antes y durante el rodaje de su primera película, sin embargo, recibió un entrenamiento actoral intensivo. Y durante la pandemia siguió aprendiendo de Marco Aguilar y Bernardo Velasco, directores de BM Casting, la agencia que se encargó de la búsqueda y entrenamiento del elenco de Ya no estoy aquí. “Todo el tiempo me estaba hablando de teoría de cine, de [el director de teatro Ludwik] Margules”, recuerda.

En Adolfo, la última película que estrenó, García Treviño interpreta a Hugo. “Es un chavo que está inseguro porque no sabe quién es. Hugo no tiene mamá, vive en el campo. Lo único que tenía era a su papá, pero su papá nunca estuvo orgulloso de él. De pronto un día su papá se suicida y a un lado del cadáver Hugo solo encuentra un cactus y un papelito que dice: ‘Busca un lugar para Adolfo”. La película, que acaba de ganar el Oso de Cristal en una categoría dedicada al público juvenil del Festival Internacional de Cine de Berlín, sigue a dos jóvenes que deambulan por Ciudad de México en busca de un sitio para el cactus. “Hugo se queda pensando por qué no fue una flor, por qué su padre le dejó algo que tiene espinas, que es duro, que no dice nada”, señala.

García Treviño en el centro de Coyoacán.
García Treviño en el centro de Coyoacán.Nayeli Cruz

La película, dice el actor, “es muy bonita”. “La gente ha visto mis películas allá y ve que esta es súper diferente. No es este México derrotado o violento. Es una historia de tres personajes existiendo y la gente agradeció eso”, ha explicado. Antes de viajar a la capital alemana al estreno del filme, donde vio las salas llenarse, el actor había contado en su cuenta de Instagram, donde tiene 112.000 seguidores: “Este es mi primer festival fuera del país. Muero de felicidad y de nervios por ya ver esta película que marcó mi vida”. García Treviño también contó que el filme lo ayudó “a entender muchas de las dudas” que tiene “en la relación” con su padre, que falleció el año pasado.

“Me queda muy claro que las películas o proyectos, lo que sea que te llega la vida, te llega por algo. Te quiere decir algo. Me miro ahora y digo: ‘Güey, mira lo que pudo haber pasado si no hubieras salido de ahí”, explica. Habla de su infancia y adolescencia en esa ciudad del área metropolitana de Monterrey, donde intenta regresar cada dos o tres meses, donde están sus amigos y donde nadie le pregunta por las películas. “Yo soy el que tengo que integrarme a la plática”, avisa. Allí también prepara, con La Tuna Records, proyectos musicales, que son su “hobby máximo”. Por ahora, sin embargo, no tiene pensado regresar a instalarse allí: “Ahorita estoy enfocado en la actuación y en seguir haciendo películas”.

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