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‘La civil’, otra madre en busca de su desaparecida

El filme de la directora Teodora Mihai muestra el recorrido de una mujer que inicia ella misma una investigación por el secuestro de su hija. La película, ovacionada en Cannes, se estrena en México el 19 de mayo

Película la Civil
La actriz Arcelia Ramírez y la directora Teodora Mihai en la presentación de la película 'La civil', en la Cineteca Nacional, este lunes.CLAUDIA ARÉCHIGA

Hace tres horas que Cielo espera en la comisaría de un municipio del norte de México. “Hay personas que llevan más, señora”, se excusa un oficial cuando la mujer se queja, ya desesperada, porque hace seis días desaparecieron a su hija. Pagó más de 150.000 pesos a los secuestradores y todavía no sabe nada de Laura, si está bien, si está viva. “¿Cómo sabe que la secuestraron?”, le pregunta el agente al otro lado del mostrador, “¿cómo prueba que no anda con ellos?”.

—Mi hija no es una criminal.

—Son preguntas de rutina, señora.

La directora rumana Teodora Mihai sigue la búsqueda de esta madre en La civil, su primer largometraje de ficción. “Empecé el proyecto hace siete años y todavía, lamentablemente, las desapariciones forzadas siguen siendo una herida profunda”, señala Mihai (Bucarest, 41 años). En México, hay casi 100.000 personas desaparecidas y no localizadas. “No sé dónde está la salida”, añade la cineasta, “hay que debatir eso y ver dónde está la raíz”. “Soy narradora, no soy política ni militante, mi lugar en el mundo es conmover”, agrega tras la proyección del filme en la Cineteca Nacional, en Ciudad de México, este lunes. La película, una coproducción entre México, Bélgica y Rumania, fue ovacionada durante casi 10 minutos en Cannes hace un año y este 19 de mayo se estrena en el país.

El actor Álvaro Guerrero y la actriz Arcelia Ramírez, en un instante de 'La civil'.
El actor Álvaro Guerrero y la actriz Arcelia Ramírez, en un instante de 'La civil'.cortesía

Mihai llegó a México en 2014 para hacer un documental. Antes había filmado otro, Waiting for August, sobre los desplazamientos forzados en en Rumanía, y ahora quería entender cómo es ser adolescente en este país del norte de América: “Que puede salir de casa a la mañana y no volver a la noche. ¿Cómo es ser padre en esas circunstancias? ¿Y un niño creciendo de ese modo?”. Así llegó a Míriam Rodríguez. Tras el secuestro de su hija en el Estado de Tamaulipas, la mujer había iniciado su propia investigación y había conseguido que el cuerpo de la joven fuera hallado y los responsables, encarcelados. Pero los criminales se fugaron y Rodríguez fue asesinada en 2017. Antes de eso, sin embargo, la cineasta y la activista habían iniciado un diálogo.

Por la seguridad de Rodríguez y de su equipo, Mihai había preferido dejar atrás el documental y escribir un filme de ficción: “Necesitaba la libertad de volver la historia metafórica. Para mí, lo importante no era apuntar el dedo a un Estado ni a una persona porque lamentablemente hay muchas miriams, hay muchas mujeres que están buscando”. La civil no transcurre en un Estado concreto —solo se hace referencia a la ciudad ficticia de Santa Teresa, un guiño a 2666 de Roberto Bolaño—, ni en una fecha determinada, ni menciona a grupos delincuenciales reales. Cielo tampoco es Míriam Rodríguez, aunque el personaje está inspirado en “es esa fuerza, esa rabia, esa audacia”, dice la actriz mexicana Arcelia Ramírez, que interpreta a la protagonista. “Es una responsabilidad enorme darle voz a tantas mujeres en una situación inadmisible”, asegura la intérprete, que ha trabajado en películas como Te llevo conmigo o Como agua para chocolate.

Ante la pasividad de las autoridades, que no hacen nada por encontrar a su hija, Cielo comienza su propia investigación. Su exmarido, interpretado por el actor mexicano Álvaro Guerrero (Amores perros), tampoco la toma en serio cuando su hija desaparece. “Cálmate, debe ser una broma”, le dice a Cielo, “teatro para joderme”. La madre de Laura toma el coche y empieza a recorrer las calles del municipio, a observar, a preguntar. Intercepta a militares, visita la morgue, se acerca a otras víctimas. Se pone en riesgo porque ya no tiene nada que perder. La historia, en este punto, recuerda a la de Rodríguez, que se hizo pasar por encuestadora, por trabajadora de salud y por funcionaria electoral para obtener información.

La actriz Arcelia Ramírez interpreta a Cielo en 'La civil'.
La actriz Arcelia Ramírez interpreta a Cielo en 'La civil'.cortesía

También a los cientos de madres y padres que empapelan ciudades con los rostros de sus hijos desaparecidos, tocan puertas, salen, ellos mismos, a cavar. Desde que hay datos, a partir de 1964, más de 99.800 personas han sido registradas como desaparecidas y no localizadas en México, según información oficial. Una de cada cuatro son mujeres. En los últimos meses, las desapariciones de María Fernanda Contreras, de Debanhi Escobar y de Yolanda Martínez en el Estado de Nuevo León, al norte del país, han puesto en evidencia los fallos del sistema. Este lunes, fue encontrado el cuerpo de Martínez, de 26 años, madre de un hijo de tres, tras más de un mes de búsqueda. Cuando su padre pedía ayuda a las autoridades para que buscaran a su hija, la respuesta que le daban era que la joven se había ido por voluntad propia.

En la película, Cielo consigue nombres y direcciones, y convence a un teniente para que la ayude. Se sube al vehículo militar, cubre su rostro con un pasamontañas, interroga. La protagonista de La civil cruza, a partir de ese momento, ciertos límites que la hacen un personaje complejo. “Empieza con una enorme sumisión, abnegada, a la sombra del exmarido que la abandonó”, señala Ramírez. Después, “se encuentra con su propia fuerza”. En un país donde la impunidad roza el 100%, la madre acepta que si ella no busca a su hija, nadie lo hará. La actriz aclara: “Ella no tendría por qué haber vivido todo eso. Ni involucrarse con esas instancias”.

Durante 145 minutos, la directora sigue con la cámara a la protagonista, que aparece en cada una de las escenas del filme. Capta la desesperación que activa cada llamada, el terror de las amenazas, el alivio de descubrir en la morgue que el cuerpo hallado no es el de su hija, y también la desolación. “Quería tratarlo con sensibilidad y matices, desde el guion hasta el montaje”, afirma Mihai, que continúa: “La relación de una madre con una hija o un hijo es universal y una de las más fuertes, perder un hijo es uno de los miedos más grandes de cualquiera”. La protagonista del largometraje confronta a uno de los sospechosos por la desaparición de su hija con ese sentimiento. “Si tienes una madre sabes lo que es amor”, le dice y él la amenaza.

—¿Me va a pasar algo a mí?

—Dios sabe.

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