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Balance de la compra de medicamentos de la ONU en México: un 49% sin adjudicar y dudas sobre la continuidad

El Gobierno valora los ahorros y una menor concentración de laboratorios pero critica la lentitud del proceso

Jon Martín Cullell
Compra medicamentos ONU Mexico
Un grupo de personas se manifiesta contra la escasez de medicamentos oncológicos, en junio en el aeropuerto de la Ciudad de México.Manuel Velásquez/El País

Encargar a la ONU la compra de medicamentos no ha sido la cura tantas veces prometida para el desabasto en México. “Vamos a obtener medicinas de buena calidad a bajos precios, y sin corrupción. Vamos a resolver el problema del abasto”, declaró el presidente, Andrés Manuel López Obrador, en julio de 2020. Un año después, el balance del experimento se queda corto: un 49% de las claves que se necesitaba no han sido adjudicadas y la Secretaría de Salud, que ha criticado la lentitud del proceso, ha tenido que adquirir el resto de urgencia.

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La responsabilidad se la reparten el Gobierno y la UNOPS, la agencia de la ONU especializada en logística. Un calendario apretado, una compra demasiado ambiciosa, capacidades desbordadas y una mala comunicación entre las dos partes han enfangado un camino que no acaba aquí. Los medicamentos todavía tienen que llegar a los hospitales y a los enfermos. El volumen de piezas amenaza con tensar al máximo una infraestructura de distribución de reciente creación, mientras las protestas de los padres de niños con cáncer elevan la presión sobre el Ejecutivo. Con todo, las autoridades han presentado como victorias los ahorros conseguidos y la menor concentración de proveedores, pero incluso estos logros son cuestionados por los expertos y la industria farmacéutica.

Más claves desiertas que con Peña Nieto

El Gobierno encargó a la UNOPS una compra abultada: 2.034 claves o tipos de medicamentos -155 oncológicos- y de material de curación. Cinco meses después de la apertura de ofertas, el Gobierno anunció por fin que la agencia internacional apenas había logrado adjudicar 1.038 claves, un 51% del total requerido. La gran cantidad de categorías desiertas obligó a la Secretaría de Salud a encontrar el resto a contrarreloj mediante adjudicaciones directas, menos transparentes que las licitaciones públicas al no existir competición abierta. El secretario Jorge Alcocer aseguró esta semana que se logró comprar otras 804 claves. La suma llega a un 90% del total al que se aspiraba.

Si se deja fuera la adquisición de urgencia del Gobierno, el resultado de la UNOPS es malo comparado con los precedentes. Aunque la adquisición para el segundo semestre de 2019, que llevó a cabo la Secretaría de Hacienda, se saldó con un 62% de categorías desiertas, la de 2018, pilotada por el IMSS y la última de la Administración de Enrique Peña Nieto, dejó solo un 9,2% de claves sin adjudicar.

Razones inmediatas: precios, inhabilitaciones

El Gobierno ha señalado la existencia de precios no razonables y que algunas ofertas no cumplían “los requisitos mínimos de seguridad en la evaluación técnica”. La UNOPS se precia de examinar las ofertas rigurosamente, gracias a un observatorio regional de precios y a un panel de expertos. “Investigamos a más de 500 empresas, para asegurarnos de que no fueran corruptas”, dice una fuente de la agencia. La inhabilitación por el Gobierno de algunos de los más importantes laboratorios del país ha añadido otra dificultad. Uno de los inhabilitados es PISA, principal fabricante de oncológicos en México.

Además, la industria señala que el gran número de claves rebasó las capacidades de un organismo que nunca había enfrentado una compra de este tamaño. Enrique Martínez, director de Inefam, un centro de análisis vinculado al sector, cree que el paquete era demasiado ambicioso y que las autoridades deberían haber sido más selectivas. “En promedio las compras de los últimos años tenían 800 claves de medicamentos”, apunta. “Debieron hacer un piloto con menos claves”.

Pese a las explicaciones de las autoridades y las opiniones de los expertos, saber por qué se declararon desiertas tantas claves se topa con la ausencia de información pública. “Como no es público el fallo, no se puede saber qué llevó a declararse desiertas estas claves. No tenemos información, pero creo que es una combinación de expectativa de precios demasiado bajos que no eran acordes al mercado y la reticencia de contratar a ciertas empresas”, señala Pablo Montes, analista del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

Un proceso plagado de retrasos y mala comunicación

El proceso arrancó a contrapié desde el principio. El calendario propuesto por el Gobierno era demasiado apretado, han señalado a este periódico fuentes de la agencia internacional. Normalmente, las compras consolidadas se ponían en marcha en la primera mitad del año, pero la UNOPS inició la investigación de mercado en septiembre. No pudo antes porque firmó el convenio con el Gobierno a finales de julio. Desde entonces, todas las metas que se marcó la agencia se han ido retrasando. La firma de contratos con los proveedores tuvo lugar entre mayo y junio, cuando estaba planeada para marzo y abril. La entrega de los encargos, prevista para mayo, se retrasará a septiembre u octubre, ya que los laboratorios tardan entre tres y cuatro meses para producir un medicamento, según la Cámara farmacéutica (Canifarma).

Los retrasos no se deben únicamente a un calendario difícil de cumplir. La comunicación entre el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y la UNOPS no ha sido fluida, reconocen fuentes conocedoras del proceso. A principios de año, Salud cambió el volumen que se debía comprar de piezas ya negociadas, lo que obligó a la UNOPS a sentarse otra vez con los laboratorios.

Logros engañosos: ahorros y combate a la corrupción

Pese a los tropiezos del nuevo modelo, el Gobierno se aferra a los ahorros, una prioridad para una Administración que abandera la austeridad, y a la menor concentración de proveedores, que el presidente López Obrador asociaba a la corrupción. Por un lado, la adquisición de la UNOPS ha dejado ahorros por 11.880 millones de pesos, según Alcocer. Por el otro, las 10 empresas que más contratos obtuvieron sumaron el 38%, frente al 80% en el sistema anterior. Además, destaca el Gobierno, las que dominan ahora no son las mismas que antes, gracias a la entrada de empresas extranjeras.

Sin embargo, estos supuestos logros son engañosos. Al hablar de la concentración, el Gobierno compara el sistema anterior, en el que un puñado de empresas distribuidoras agrupaba los productos de varios laboratorios, con el actual, en el que solo se cuentan los laboratorios. “No puedes comparar peras con manzanas”, señala Rafael Gual, presidente de Canifarma. Pese a que el Gobierno buscaba la apertura a laboratorios extranjeros para combatir la corrupción y conseguir precios más competitivos, alrededor del 98% de las claves ha sido asignado a empresas mexicanas, según Gual, por los mejores costos de transporte y fabricación.

En cuanto a los ahorros, los datos publicados hasta ahora por la UNOPS, que no dan a conocer el gasto por pieza adjudicada, impiden corroborarlos. El cálculo del Gobierno tampoco incluye el costo de los retrasos ni el de la distribución, que antes de 2018 formaba parte de las ofertas y suponía entre el 8 y el 10% del precio final, según la asociación de distribuidores Andis.

La distribución, ¿próxima crisis?

Firmados los contratos, el próximo desafío será la distribución. Hasta esta semana, se habían entregado 25,8 millones de piezas, el 1% de los 2.624 millones adquiridos. Si a las ya entregadas se suman los 197 millones en tránsito, el porcentaje sube hasta el 8%. Por los tiempos de producción, es probable que a principios de otoño empiece a llegar el grueso de la compra consolidada. El riesgo de atasco es real, dicen los analistas. “Los operadores logísticos actuales quizás lleguen a distribuir 30 millones de piezas mensuales. Este país requiere entre 140 y 150 millones de piezas”, señala Enrique Martínez. El secretario Jorge Alcocer dijo el martes que “la última milla, que a veces es la más pesada, (...) estará supervisada de manera meticulosa”.

La UNOPS prevé arrancar este verano la compra multianual que cubrirá los tres próximos años. La agencia contará con más tiempo esta vez, por lo que sus responsables esperan evitar que se repitan los retrasos. No obstante, el descontento del Gobierno con la marcha del proceso ha creado incertidumbre sobre la continuidad de modelo. El secretario de Salud afirmó que, al ser notificado de las claves no adjudicadas, su dependencia fue capaz de adquirir más rápido y más barato que la UNOPS. “Fue posible comprar de manera más eficiente, en 37 días el sector logró adquirir desde el Gobierno federal lo que al organismo internacional le tomó 10 meses”, declaró. “No sabemos si van a seguir con la UNOPS, si ellos mismos descalifican el mecanismo que pusieron”, dice Rafael Gual, de Canifarma.

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Jon Martín Cullell
Es redactor de la delegación de EL PAÍS en México desde 2018. Escribe principalmente sobre economía, energía y medio ambiente. Es licenciado en Ciencias Políticas por Sciences-Po París y máster de Periodismo en la Escuela UAM- El PAÍS.

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