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Cuentos para que los niños comprendan y aprendan sobre los niños con discapacidad

Los relatos cortos son una herramienta ideal para reordenar las emociones cuando el daño cerebral u otras patologías llegan a una familia

Cuentos niños con discapacidad
Los cuentos pueden facilitar el proceso de duelo que supone asumir la discapacidad para toda la familia.BRIAN MITCHELL (Getty Images)

Érase una vez una ardilla, un botón, una superheroína o un cuadrado en un mundo de círculos. Da igual; cualquier personaje, por extraño que parezca, es perfecto para protagonizar historias capaces de remover las emociones de niñas y niños que se enfrentan a situaciones tan delicadas como puede ser la llegada de un caso de discapacidad a la familia. Cada vez son más las asociaciones familiares que trabajan en el desarrollo de estrategias para trabajar con menores, especialmente en el ámbito del daño cerebral provocado por accidentes cerebrovasculares, una patología que afecta a población joven, aumentando en las dos últimas décadas en un 25% entre personas de entre 20 y 64 años.

“Los talleres de gestión emocional para familias afectadas por un daño cerebral son un recurso maravilloso para que los más pequeños entiendan la nueva situación en casa y adquieran herramientas para afrontar la nueva realidad”, afirma Julio Agredano (Madrid, 52 años), presidente de la Fundación Freno al Ictus, entidad privada que tiene como misión extender el conocimiento del ictus en la sociedad y, a la vez, abordar acciones de investigación científica. En este sentido, Freno al Ictus, en colaboración con la ONG Coloria, la Fundación Gmp y la escritora de literatura infantil Susanna Isern (La Seu d’Urgell, Lleida, 46 años) acaban de presentar la iniciativa Un final para el DCA, un proyecto que tiene como epicentro el cuento El Desafío de Ardilla. Es un relato sin final que ofrece a los menores la posibilidad de utilizar la imaginación para cerrar la historia y, de paso, expresar su propia perspectiva sobre la nueva realidad familiar.

“La llegada de un daño cerebral es algo difícil de asumir para cualquiera, algo que, obviamente, se agrava en el caso de los niños y las niñas”, explica Isern. A juicio de la autora, el cuento es una herramienta versátil que puede utilizarse tanto por parte de los profesionales que trabajan con menores como en casa: “En cualquier caso, es un instrumento muy valioso para que cada uno cree su propio final y después ponerlos todos en común. Es ahí donde surgen las emociones, las preocupaciones y se da pie a que sean compartidas”.

A pesar de lo novedoso de concebir el cuento como un ente abierto donde los lectores desempeñan un papel protagonista, existen precedentes que utilizaron las historias como catalizador de las emociones que se desencadenan cuando la discapacidad entra por la puerta de casa. En la primera década del siglo XXI, la psicóloga y pedagoga Silvia Sanz (Madrid, 42 años) puso en marcha una iniciativa que combinaba la creatividad con el apoyo en los procesos comunicativos de personas con discapacidad y sus familias: “La idea era utilizar las técnicas habituales de los talleres de escritura creativa como excusa para trabajar aspectos relacionados, por ejemplo, con la empatía a través de la caracterización de personajes, o con la accesibilidad al espacio físico mediante la utilización de descripciones”.

Para Sanz, el uso de los relatos puede ser el medio para que los niños y las niñas puedan comprender aspectos relacionados con la discapacidad, pero también es de enorme utilidad para las familias, ya que puede facilitar el proceso de duelo que supone asumir la discapacidad de uno de los progenitores o de algún hermano o hermana: “No obstante, lo ideal es que los cuentos muestren la diversidad sin que se convierta en un monotema”.

La misma visión comparte Elena Djukic, responsable de la librería madrileña La Mar de Letras, referente de la literatura infantil en la capital: “Los cuentos resultan un complemento utilísimo para acompañar a los niños y niñas a comprender ciertas situaciones, emociones y sentimientos siempre y cuando no los utilicemos como ‘libros para’, en los que en lugar de disfrutar de una buena historia que contenga un aprendizaje, la narración les aleccione. Los libros deben ser un complemento y no una herramienta, ya que la finalidad principal debe ser siempre que disfruten de la historia”.

La editorial Kalandraka, Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural en el año 2012, lleva desde 1998 siendo punta de lanza en la producción de literatura infantil, primero en gallego y, actualmente, en todos los idiomas oficiales de España, portugués, italiano e inglés. “Editamos diferentes títulos en los que está presente la discapacidad, como los incluidos en la colección Makakiños, en colaboración con la Asociación BATA, que trabaja con niños y niñas con Trastorno del Espectro Autista en Galicia”, explica Paz Castro (Pontevedra, 47 años), responsable de Comunicación de Kalandraka. “Sin embargo, en ningún caso son libros creados ad hoc con el propósito de abordar un asunto complejo o con el objetivo de que los docentes trabajen con ellos en el aula. Entendemos que no se debe convertir la obra literaria en subsidiaria de los ‘valores’ o los ‘contenidos transversales’. Intentar disfrazar el didactismo de obra literaria es un fraude a las lectoras y los lectores”.

Los especialistas recomiendan

Portada de 'Por cuatro esquinitas de nada'.

'Por cuatro esquinitas de nada'– Jerome Rullier (Editorial Juventud, 2004)

A partir de 3 años. Un libro sobre la diferencia, la exclusión y la amistad, con un protagonista cuadrado que no lo tiene nada fácil para jugar con sus amigos Redonditos.
Portada de 'El desafío de la ardilla'.

'El Desafío de Ardilla' – Susanna Isern (Coloria, 2024)

A partir de 4 años. Algo ha cambiado en la familia de Ardilla y ella no termina de entender qué es lo que está pasando. El final de la historia está en la mano de cada lector.
Portada de 'Ainhoa revoltosa'.

Ainhoa Revoltosa – José Carlos Andrés (Editorial NubeOcho, 2023)

A partir de 4 años. Ainhoa descubre que el motivo de sus continuas caídas no se debe a que sea torpe, como todo el mundo le dice, sino a que sus músculos son débiles.
Portada de 'Mi Lazarilla, Mi Capitán'.

'Mi Lazarilla, Mi Capitán' – Gonzalo Moure (Editorial Kalandraka, 2020)

A partir de 5 años. Maravillosa historia de amor entre un padre y su hija, donde la capacidad de ver más allá de las limitaciones visuales marca el argumento. Premio Fundación Cuatrogatos 2021.

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