‘Baby Blues’ o psicosis puerperal: estos son los efectos del posparto en algunas mujeres
Las expertas inciden que la sociedad no cuida la maternidad ni da valor suficiente a la etapa tras dar a luz; para ellas, la falta de empatía y seguimiento a la madre reciente puede precipitar que la viva en soledad
El posparto es el tiempo que transcurre tras dar a luz hasta que la reciente madre se va recuperando física y emocionalmente de todas las alteraciones que le han sobrevenido y en el que afronta su nuevo rol y diferentes rutinas. Su duración depende de cada una de ellas. Verónica Fernández López, asesora de familia y educativa, responsable de Microescuelas; y Paula García Otero, técnica de Farmacia y asesora de lactancia, entienden que hay que romper con la desinformación y los tabúes y hablar más de la cuestión. Juntas, y dando visibilidad al tema, con datos, formación y acompañamiento, llevan a cabo un taller tanto presencial como online: Posparto: Una realidad oculta.
Fernández afirma que con la práctica del taller ponen de manifiesto ciertas cuestiones que la mayoría de las veces pasan desapercibidas o son obviadas por el entorno de la mujer, e incluso, pueden ser escondidas por las propias puérperas por diferentes motivos: “Se dan cambios físicos, mentales, hormonales y emocionales de gran magnitud en el posparto que provocan que muchas mujeres puedan sentir un desequilibrio emocional, y hasta les sorprende a ellas. Por este desconocimiento, pueden no aceptar la nueva realidad y sentirse culpables o tristes”.
Esta profesional afirma que muchas mujeres ni siquiera se atreven a compartir sus experiencias entre iguales ni en su entorno por miedo a ser juzgadas. “La mujer puede desear verdaderamente la llegada de su hijo. Sin embargo, esto también causa que se pierda un estilo de vida adquirido, una estructura familiar, libertad, tiempo...”, prosigue Fernández. “Algo que, en mayor o menor grado, supone un duelo que la mujer, consciente o inconscientemente, debe atravesar”.
Por la repercusión que generan en madre y/o bebé en el embarazo y tras el parto, la profesional identifica tres casos especiales:
- Baby blues: consiste en episodios de melancolía o tristeza que ocurren entre los dos y los cuatro días posteriores al parto y que suelen desaparecer pasadas dos o tres semanas del mismo. Aunque se da con frecuencia, no afecta al cuidado del bebé ni de la propia madre.
- Psicosis puerperal: aunque mucho menos frecuente, resulta de mayor gravedad y se hace urgente la atención psiquiátrica. Los síntomas más representativos son los delirios y las alucinaciones, pudiendo hacer peligrar la vida de la madre y del recién nacido.
- Depresión posparto: no existe consenso sobre el término. Según algunos especialistas forma parte de la depresión mayor —síntomas durante al menos seis meses que afectan a todo el entorno de la paciente—; otros la denominan depresión perinatal, prenatal o posnatal. Puede ocurrir durante el embarazo y tras el parto y manifestarse en cualquier momento durante el primer año tras dar a luz.
Vivir la etapa con miedo y soledad
García señala que, en general, desde la sociedad no se cuida la maternidad y no se da valor suficiente a la etapa de posparto. Y añade que la falta de empatía y seguimiento a la mujer pueden precipitar que lo viva en soledad. “El reajuste físico y emocional al que la mujer debe hacer frente tras el parto puede hacer que afloren sus miedos e inseguridades”, aclara la sanitaria.
Esta asesora de lactancia también habla del acto fisiológico y normal que es el de que la madre no quiera separarse de su bebé y que puede provocar choques en la familia al no comprenderse. Para la experta, la familia debe estar al lado de la mujer, cuidar y proteger la díada madre-bebé, ayudando a fortalecer el vínculo. Y es tajante: “El posparto no dura solo la cuarentena”. Para ella, la base del problema es la incomprensión. “La gente se olvida de que es contraproducente juzgar y presionar a la madre con consejos no solicitados. La soledad es el concepto que más refieren las mujeres que atiendo en mis asesorías. Sin ese acompañamiento ni control sanitario, los síntomas se identifican tarde, y en estadios avanzados pueden derivar en patologías como la depresión posparto o problemas a nivel físico”, sostiene la profesional.
En cuanto a la lactancia materna, explica que, si la mujer decide amamantar a su bebé, suele existir una alta prevalencia en grietas y mastitis que propician el abandono precoz de la misma. Según la experta, “dar el pecho es de los factores que más preocupa a la mujer y suele resultar el primer motivo de consulta y condicionante en el caso de las depresiones posparto”.
El papel de las asesoras, como es el caso de García, se basa en ser una figura de escucha y resolución de dudas muy valiosa porque significa también que en muchas ocasiones es el primer filtro para identificar alguna complicación en la salud de la mujer y que recomienda, si es necesario, derivar a la madre reciente al facultativo o especialista oportuno.
“Para sobrellevar mejor el posparto, lo ideal es formarse con anterioridad acudiendo a talleres, charlas de preparación al parto, asesorías específicas y grupos de crianza para poder así identificar las señales de alarma que puedan surgir en torno a nuestro bienestar en esta etapa”, enumera García. Estar en contacto con otras familias que viven la misma situación también ayuda mucho y representa un aprendizaje muy valioso: “El bienestar del bebé depende directamente del de la madre”.
La depresión posparto
En España, se carece de protocolos preventivos frente a la depresión postparto, por lo que no hay un registro real ni estadísticas fiables del número de mujeres que la padecen. Ibone Olza, médica psiquiatra y directora del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal comparte el último estudio hallado, con fecha 2008, sobre la prevalencia y co-ocurrencia de trastornos psiquiátricos en madres españolas en el posparto: “En el contexto de una visita posnatal de seis semanas, un 18.1% de las nuevas madres presentó uno o más trastornos psiquiátricos no psicóticos”.
La asesora de familia Verónica Fernández López asevera que la depresión posparto puede manifestarse en forma de tristeza o anhedonia (incapacidad para sentir placer); también son comunes la ansiedad, la irritabilidad y la baja autoestima, así como sufrir alteraciones del sueño, del peso, cambios de apetito o baja energía.
Las alteraciones biológicas, la predisposición genética o las circunstancias que rodean la maternidad (embarazo no deseado o no esperado, o haber sufrido episodios depresivos previos) pueden contribuir a su aparición.
La experta en puerperio especifica que, en los casos más graves, esto puede afectar al cuidado en la madre y dificultar las funciones maternas como la conexión entre la madre y el bebé. Asimismo, remata que la información para la prevención es vital, sin dejar de lado el apoyo del entorno y de profesionales.
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