Sara Noguera, educadora infantil: “Un bofetón no es correcto porque el autoritarismo solo hace que los niños obedezcan sin criterio”
La también especialista en inteligencias múltiples, musicoterapia y cuentoterapia ha creado un método para transmitir las bases de la crianza respetuosa: “Los padres quieren desahogarse sin ser juzgados”
Sara Noguera (Madrid, 1990), experta en crianza respetuosa, educadora infantil y madre de cuatro hijos, entendió hace unos años, gracias a su maternidad y a su profesión, que en demasiadas ocasiones los niños son tratados como ciudadanos de segunda. Esta desagradable sensación y un momento de crisis laboral al estar en paro fueron las dos circunstancias que la impulsaron a crear en octubre de 2019 Kimudi, un método de crianza basado en educar sin autoritarismo, con amor, respeto y empatía: “Y sabiendo que no se les puede dar a todos los menores lo mismo, sino que hay que observar para saber ofrecer a cada niño lo que necesita”.
La también especialista en inteligencias múltiples, musicoterapia y cuentoterapia transmite su mensaje a través de las redes sociales —su perfil de Instagram tiene 65.000 seguidores— y con sus libros. Noguera es autora de Enciclopedia para criar y disfrutar del proceso y A jugar también se aprende. Además, es la conductora del podcast Crianza con Flow (Podimo), en el que ofrece herramientas, trucos y recursos para disfrutar de la maternidad y la paternidad. Estrenado el pasado mes de septiembre, cuenta ya con cerca de 4.000 suscriptores.
PREGUNTA. ¿Cree usted que sabemos cómo criar a nuestros hijos?
RESPUESTA. Creo que, sobre todo, somos conscientes de lo que implica criar a nuestros hijos. Y de ahí, saber que la crianza se aprende practicando todos los días. Pero sí, creo que los padres, en términos generales, ponemos mucho de nuestra parte, al menos en España.
P. ¿Los padres y madres se suelen preparar (lectura, podcast…) para tener hijos y criarlos o suele pillarles con el pie cambiado?
R. Recibimos tantos inputs de historias a favor y en contra de cada asunto que en el momento en que nos enfrentamos a la crianza pensamos que no estamos preparados. Pero no es porque no lo estemos, sino porque lo que le ha funcionado a unos no tiene por qué funcionarnos a nosotros. Nos pilla por sorpresa la naturalidad de la crianza, que las cosas nunca son blancas o negras, sino que están llena de matices.
P. Cuando los progenitores se dan cuenta de que determinadas situaciones les superan… ¿Qué es lo primero que suelen hacer?
R. Sin duda, buscar desahogo. Pero quieren desahogarse sin ser juzgados. Eso es muy importante para ellos. Y después de eso ya piden ayuda: lecturas, consejos, profesionales de distintos ámbitos relacionados con la crianza. El orden sería: consuelo, apoyo, validación y ayuda.
P. ¿Cuáles son los principales fallos que a su juicio suelen tener los padres a la hora de criar?
R. El primer fallo y más habitual es que se pretenden soluciones mágicas e instantáneas, sin darse cuenta de que la persona a la que se pretende criar es un ser humano totalmente independiente y merece respeto y atención a sus ritmos. El otro fallo es la impaciencia, algo que se corresponde con el hecho de que vivimos en el mundo de la inmediatez.
P. ¿Cuáles suelen ser los asuntos que más preocupan a los progenitores, según su experiencia?
R. Los relacionados con la gestión emocional: rabietas, acompañamiento de la frustración, aprender a poner límites correctamente… Pero hay otra preocupación que creo que es positiva: ¿cómo afrontar los cambios relacionados con la edad de los niños para que sea beneficioso y respetuoso y no solo eficiente? Me refiero a temas como la retirada del pañal o del chupete. Y creo que eso supone un avance social.
P. ¿Cuál es la edad que suscita más preocupaciones a los padres?
R. Creo que los dos años, porque es una edad con muchos cambios madurativos y evolutivos. Pero suelen volver sobre los tres y medio o cuatro. Para mí, de hecho, esta es la edad del gran cambio: cuando se vuelven más independientes, cuando de verdad muestran su carácter y su personalidad y cómo lidian con sus propias emociones y aprenden a conocerse. Es un momento en el que hay que acompañarles en sus avances emocionales más que físicos. Y es cierto que es un momento que, a veces, se hace bola.
P. ¿Cómo rebate el argumento de padres y abuelos que definen estos métodos de crianza como “moderneces” o que aseguran que “un buen bofetón a tiempo” es lo que necesitan los niños de ahora?
R. Por un lado, respondo que un avance que respeta al individuo no puede ser una moda. Por otro, que un bofetón sea efectivo no significa que sea correcto, porque el autoritarismo solo ayuda a que obedezcan sin criterio, no educa ni hace libres a los niños. Y la baza real de la crianza respetuosa es hacer libres a nuestros hijos, que no dependan de nosotros ni de nadie, que si quieren estar con nosotros o con quien sea, sea porque quieran. La disciplina respetuosa tiene como objetivo que aprendan a entenderse y quererse a sí mismos y a los demás.
P. Y a todo esto, ¿de dónde saca usted tiempo para tantas cosas como hace? ¿Logra conciliar?
R. Concilio, porque las tardes son sagradas para mí. Las dedico a mis hijos y de cuatro a nueve no trabajo nada. Ni siquiera miro el móvil. Me considero una privilegiada por poder permitirme esto. Eso sí, por las mañanas soy muy productiva y por las noches trabajo lo que no está escrito.
Consejos para criar con respeto
La educadora infantil Sara Noguera recomienda cuatro pautas para criar con respeto:
- Comunicarse con los hijos a su altura y con una muestra de afecto, para que el mensaje les llegue de verdad.
- Validar sus emociones, sin etiquetarlas ni juzgarlas, enseñar que sentir nunca es malo.
- Reducir expectativas, no esperar cosas del niño, sino ir día a día atendiendo a sus habilidades y evolución, tanto física como cognitiva.
- No tomarse nada muy en serio.
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