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J. D. Vance culpa a Biden de los problemas de su infancia con un mensaje nacionalista y antiglobalización

El candidato republicano a vicepresidente recurre a sus raíces para buscar del voto de los trabajadores blancos del Medio Oeste mientras se entrega al trumpismo

El senator J. D. Vance y su mujer, Usha Vance, este miércoles en la convención republicana de Milwaukee.
El senator J. D. Vance y su mujer, Usha Vance, este miércoles en la convención republicana de Milwaukee.JUSTIN LANE (EFE)
Miguel Jiménez

El candidato republicano a vicepresidente, J. D. Vance, tiene una historia de superación conmovedora, desde su problemática infancia de niño pobre, con una madre adicta a las drogas y un padre ausente. Cuando nació, en 1984, el presidente era Ronald Reagan, a quien sucedió George H. W Bush. De sus primeros 25 años de vida, 17 los vivió bajo presidentes republicanos. Aun así, el candidato entregado al trumpismo ha responsabilizado al actual presidente, Joe Biden, por entonces senador, de los problemas de su infancia en el discurso de aceptación de la nominación. Ante la convención republicana de Milwaukee, Vance ha pronunciado un discurso populista, nacionalista y antiglobalización en el que ha suscrito el lema de Trump de América Primero.

Pese a apelar a su historia personal, ha sido un discurso frío, de bajo perfil y falto de ritmo, con interrupciones frecuentes, sin pasión, que no ha conectado demasiado con la audiencia. La primera gran aparición de Vance ante el público nacional no deja una noche para el recuerdo.

“Nací en Middletown, Ohio, un pequeño pueblo donde la gente amaba a su Dios, a su familia, a su comunidad y a su país con todo su corazón. Pero también era un lugar que había sido dejado de lado y olvidado por la clase dirigente de Estados Unidos en Washington”, ha dicho el candidato a vicepresidente. “Cuando yo estaba en cuarto grado, un político de carrera llamado Joe Biden apoyó el Tratado de Libre Comercio, un mal acuerdo comercial que se llevó un sinnúmero de buenos puestos de trabajo a México. Cuando yo era un estudiante de segundo año en la escuela secundaria, ese mismo político de carrera llamado Joe Biden dio a China un acuerdo comercial favorable y destruyó aún más buenos puestos de trabajo industriales de la clase media estadounidense. Cuando yo estaba en el último año de secundaria, ese mismo Joe Biden apoyó la desastrosa invasión de Irak y en cada paso del camino, en pequeñas ciudades como la mía en Ohio, o al lado en Pensilvania y Míchigan y en Estados de todo el país, los empleos se enviaban al extranjero y los hijos se enviaban a la guerra”, ha dicho en su discurso.

Lo que Vance no ha dicho es que el presidente que firmó el Tratado de Libre Comercio fue George H. W. Bush. Fue ratificado en el Senado con mayoría de votos republicanos, al igual que el acuerdo con China. Bush fue también el presidente que envió las tropas a Irak en la Guerra del Golfo. Por entonces, Biden era un senador y su papel no fue clave en ninguna de esas decisiones.

Aun así, distorsionando también la posición de original de Trump al respecto, ha dicho: “De alguna manera, un promotor inmobiliario de Nueva York, de nombre Donald J. Trump tenía razón en todas estas cuestiones mientras que Biden estaba equivocado. Joe Biden metió la pata y mi comunidad pagó el precio”.

Esa tesis es la contraria de la que sostenía en su libro de memorias Hilbilly. Una elegía rural, publicado en 2016, que le lanzó a la fama y fue considerado clave para comprender la ira de la clase trabajadora blanca que se sintió perdedora de la globalización y vio en Trump una oportunidad de desquitarse. En ese libro decía que culpar de los problemas propios a explicaciones como que Barack Obama cerró las minas o que China roba los empleos eran mentiras con las que se engañaban a sí mismos.

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Vance juega la carta del resentimiento que tan buenos resultados dio a Donald Trump en las elecciones de 2016 en ese segmento del electorado blanco sin formación, los trabajadores de cuello azul, también llamados hillbillies o, despectivamente, rednecks. El candidato a vicepresidente quiere ayudar a Trump a lograr el voto de los Estados decisivos de Wisconsin, Pensilvania y Míchigan, en el Medio Oeste. Es el llamado Cinturón del Óxido, donde el republicano se impuso a Hillary Clinton, pero perdió con Joe Biden, y que los demócratas llaman ahora el Muro Azul, pues es donde más esperanzas tienen de parar la ofensiva trumpista.

Con sus incentivos fiscales y sus planes de infraestructuras, el Gobierno de Joe Biden ha logrado impulsar inversiones multimillonarias en esos Estados. El presidente no ha dudado en aplicar también medidas proteccionistas. En la etapa de Biden se han batido récords de creación de empleo y muchos de ellos han sido empleos industriales. Además, su apoyo cerrado a los sindicatos ha ayudado a que mejoren las condiciones laborales en sectores como el del automóvil.

“No sacrificaremos nuestras cadenas de suministro al comercio mundial ilimitado. Estamparemos en cada producto el sello ‘Made in the U.S.A.’”, dijo. “Construiremos fábricas de nuevo, pondremos a la gente a trabajar fabricando productos reales para las familias estadounidenses, hechos con las manos de trabajadores estadounidenses”, añadió. Es, en realidad, lo que está consiguiendo Biden.

Vance no ha dudado tampoco en atacar a Wall Street, aliado tradicional de los republicanos. “Los barones de Wall Street hundieron la economía”, aseguró. “No atenderemos a Wall Street. Nos comprometeremos con el trabajador”. Es también otra política que parece más bien del actual presidente.

El senador, de 39 años, la mitad que Trump, ha jugado también la carta de su juventud: “Biden [de 81 años] ha sido político en Washington durante más tiempo del que yo he vivido”, ha dicho. Vance añadió que la vicepresidenta Harris, de 59, “no le va mucho a la zaga”.

Converso al trumpismo

Vance fue un duro crítico de Trump en el momento en que fue elegido por primera vez, refiriéndose a él en entrevistas como “nocivo” y alguien que “está llevando a la clase trabajadora blanca a un lugar muy oscuro”. Incluso una vez se refirió a él como “el Hitler de Estados Unidos”. Este miércoles, sin embargo, se ha entregado al trumpismo.

Ha vuelto a insinuar que el intento de asesinato de Trump tuvo que ver con las críticas demócratas al expresidente y ha elogiado su respuesta. “Dijeron que era un tirano. Dijeron que había que detenerlo a toda costa. ¿Pero cómo respondió él? Llamó a la unidad nacional justo después de que un asesino casi acaba con su vida”, ha dicho. “Y entonces el presidente Trump voló a Milwaukee y volvió al trabajo. Ese es el hombre que he llegado a conocer personalmente en los últimos años. Es duro, y lo es, pero se preocupa por la gente. Puede mostrarse desafiante contra un asesino en un momento y llamar a la sanación nacional al siguiente”, ha añadido.

En su discurso ha apelado a sus raíces, avivando la rivalidad deportiva entre Ohio y Míchigan, ha evocado la figura de su abuela, a quien atribuye su éxito en la vida, y ha presentado al público a su madre, que lleva 10 años limpia y libre de drogas, según ha dicho.

Ha vuelto a insinuar que el intento de asesinato de Trump tuvo que ver con las críticas demócratas al expresidente y ha elogiado su respuesta. “Dijeron que era un tirano. Dijeron que había que detenerlo a toda costa. ¿Pero cómo respondió él? Llamó a la unidad nacional justo después de que un asesino casi acaba con su vida”, ha dicho. “Y entonces el presidente Trump voló a Milwaukee y volvió al trabajo. Ese es el hombre que he llegado a conocer personalmente en los últimos años. Es duro, y lo es, pero se preocupa por la gente. Puede mostrarse desafiante contra un asesino en un momento y llamar a la sanación nacional al siguiente”, ha añadido.

El candidato a vicepresidente, que ha aceptado formalmente la nominación, ha sido presentado por su mujer, la abogada Usha Chilukuri Vance, y por el hijo de Trump, Donald Trump Jr. “No importa quién seas tú, puedes formar parte de este movimiento para Hacer América Grande de Nuevo. Míranos a mí y a mi amigo JD Vance, un chico de los Apalaches y un chico de la torre Trump en Manhattan. Crecimos en mundos separados, y sin embargo ahora ambos luchamos codo con codo para salvar el país que amamos”, ha dicho el hijo del expresidente. “Y por cierto, JD Vance va a ser un vicepresidente increíble”, ha añadido.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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