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Una agenda progresista en la Casa Blanca

La pandemia y la necesidad de recuperar la economía condicionan el arranque del nuevo mandato en enero

Pablo Guimón
Un local cerrado exhibe carteles de "Se alquila" en el vecindario de Third Ward de Milwaukee, Wisconsin, el 31 de octubre de 2020.
Un local cerrado exhibe carteles de "Se alquila" en el vecindario de Third Ward de Milwaukee, Wisconsin, el 31 de octubre de 2020.BING GUAN (Reuters)

Tras derrotar a Donald Trump, Joe Biden tomará las riendas de un país devastado por una pandemia, metido en una recesión económica y enfrentado a numerosos desafíos urgentes. Cómo aborde el país esos problemas influirá en los primeros compases de la próxima Administración, que tomará posesión en enero de 2021. Lo que sigue es un resumen, elaborado a través de sus documentos programáticos y sus mensajes durante la campaña, de cómo el demócrata manejará algunos de esos retos.

La pandemia

Biden defiende “una respuesta urgente, robusta y profesional a la creciente crisis de salud pública y económica causada por el coronavirus”. Ha prometido centrarse en la “disponibilidad general de pruebas de diagnóstico gratuitas", la “eliminación de barreras de precio al tratamiento preventivo y curativo para la covid”, y el desarrollo de una vacuna. Aumentará dramáticamente, asegura, el número de tests que se realizan mediante, entre otras medidas, la creación de al menos 10 nuevas unidades de diagnóstico móviles en cada Estado. Promete “elevar la voz de los científicos y los expertos en salud pública”. Y defiende que, mientras se responde a esta crisis, “hay que prepararse para la siguiente”, para lo que creará un equipo permanente de salud publica. En una entrevista, el candidato demócrata aseguró que estaría dispuesto a “cerrar la economía si la ciencia lo dice”. “Pero no creo que sea necesario un cierre”, añadió. Su propuesta es establecer “estándares nacionales” para la apertura de escuelas y negocios, y proporcionar los recursos necesarios para hacerlo. Al contrario que el presidente, el demócrata considera que “todos los estadounidenses deberían llevar mascarilla cuando estén en el exterior durante un mínimo de tres meses”. Biden es más cauto respecto a la vacuna y cree que, aunque se consiga antes, “no estará disponible para la mayoría de la población hasta bien entrado el año 2021”.

La crisis económica

Biden apuesta por una alternativa igualmente proteccionista a la política de América Primero de Trump. Propone compras por valor de 400.000 millones de dólares para aumentar la demanda de bienes fabricados en Estados Unidos, así como 300.000 millones en investigación y desarrollo, dirigidos a incentivar empresas en áreas como las energías limpias, la automoción, la medicina, las telecomunicaciones y la inteligencia artificial. Eso, según su campaña, generaría cinco millones de empleos. Apoya un salario mínimo de 15 dólares por hora. Eliminaría el recorte impositivo a las empresas introducido por Trump en 2017, como parte de una ambiciosa reforma fiscal que no afectaría a los contribuyentes con ingresos menores a los 400.000 dólares al año. Biden apoya el segundo paquete de estímulo aprobado por la mayoría demócrata de la Cámara de Representantes, que asciende a 2,2 billones de dólares en ayudas a familias, escuelas, restaurantes, negocios y trabajadores de las aerolíneas.

Un sanitario se dispone a atender a un paciente en el hospital Bellevue de Nueva York, el 28 de octubre.
Un sanitario se dispone a atender a un paciente en el hospital Bellevue de Nueva York, el 28 de octubre.Seth Wenig (AP)
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La sanidad

El demócrata ha defendido durante la campaña la reforma sanitaria de la Administración de la que fue vicepresidente, y propone “construir sobre ella”. Su plan es ampliar los criterios para entrar en la asistencia gratuita, un paso menos que la sanidad universal a la europea que propone la izquierda de su partido. Biden permitiría a todos los ciudadanos acceder a Medicare a partir de los 60 años y crearía un nuevo programa federal, al que llama “opción pública”, una cobertura similar a Medicare que toda la población tendría la opción de elegir alternativamente a una cobertura privada.

El cambio climático

La propuesta de Biden es hacer que Estados Unidos alcance la neutralidad en emisiones de carbono para 2050. Un plan ambicioso pero, según los expertos, posible. Propone volver al Acuerdo de París para el clima, del que Estados Unidos salió al llegar Trump a la presidencia. El plan del demócrata, al que querría destinar dos billones de dólares, incluye la protección de amplias superficies de agua y tierra para la biodiversidad, detener las perforaciones offshore en el Ártico y fuertes inversiones en energías limpias, infraestructuras eólicas y solares, trenes de alta velocidad y en coches eléctricos. La necesidad de ganar en Estados mineros y petroleros ha llevado a Biden a moderar su discurso, alejándolo del Green New Deal, el ambicioso plan de descarbonización que promueve el ala izquierda de los demócratas y defiende una generación de jóvenes muy movilizada.

Política exterior

Biden ha prometido devolver a Estados Unidos al que ha sido su papel tradicional en el escenario global. Fuentes de su campaña aseguran que inmediatamente trataría de volver a los consensos internacionales, abandonados por Trump, respecto a Irán, el cambio climático y la Organización Mundial de Salud. Se propone reconstruir alianzas. Ha anunciado una Cumbre para la Democracia en el primer año de su presidencia. También defiende el multilateralismo en la relación con China, que será uno de los frentes más delicados de la nueva Administración. El demócrata considera que hay terrenos, como el cambio climático y la relación con Corea del Norte, en los que conviene trabajar con China. Pero promete mano dura en temas como la tecnología, el robo de propiedad intelectual o las aspiraciones territoriales del gigante asiático.

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Sobre la firma

Pablo Guimón
Es el redactor jefe de la sección de Sociedad. Ha sido corresponsal en Washington y en Londres, plazas en las que cubrió los últimos años de la presidencia de Trump, así como el referéndum y la sacudida del Brexit. Antes estuvo al frente de la sección de Madrid, de El País Semanal, y fue jefe de sección de Cultura y del suplemento Tentaciones.

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