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Israel bombardea varios pueblos del sur de Líbano

El ejército israelí exige el desplazamiento de civiles tras lanzar en la víspera el peor ataque en un año de tregua con Hezbolá

Israel Líbano

El ejército de Israel ha bombardeado este miércoles un puñado de municipios del sur de Líbano de manera casi simultánea, en varios casos, anunciando poco antes los ataques y exigiendo huir a sus residentes. Apenas horas antes, había matado a 14 personas en un bombardeo en Ein el Helwe, el mayor campo de refugiados palestino del país, en el ataque más mortal que ha lanzado en Líbano en un año de tregua y tras semanas con un creciente runrún en Israel de una segunda ronda bélica contra la debilitada Hezbolá.

El portavoz en árabe de las Fuerzas Armadas israelíes, Avichay Adraee, ha publicado este miércoles por la tarde una sucesión de seis comunicados que han mantenido en vilo a la población de parte de Líbano, al contener avisos de bombardeos inminentes. Algunos iban acompañados de mapas con los objetivos. La mayoría se han concentrado en municipios a menos de 10 kilómetros de Israel, como Deir Kifa o Ainata.

Agencias de noticias libanesas indican que los vecinos de algunos municipios han recibido llamadas en sus teléfonos personales por parte de personas que se identifican como agentes israelíes, que les apresuraban a abandonar los edificios. Un vídeo difundido por las redes sociales y verificado por medios de comunicación regionales muestra poco después de uno de esos avisos la llegada de un misil que convierte en escombros una estructura de varias plantas. Otros bombardeos llegaron sin aviso previo. Las autoridades sanitarias han dado cuenta de un muerto.

Los comunicados castrenses vinculan todos esos ataques con la lucha contra las capacidades de combate de Hezbolá. Las autoridades políticas y militares de Israel vienen subiendo el tono desde hace semanas, acusando a la milicia chií de tratar de rearmarse en secreto y al Gobierno de Beirut de arrastrar los pies con el tema, pese a avanzar a un ritmo inédito.

Los bombardeos se dirigen a menudo contra vehículos en las carreteras o infraestructuras públicas que Israel relaciona con los intereses de Hezbolá. Un doble misil contra un automóvil que circulaba este miércoles por el municipio libanés de Tiri, cerca de Bint Ybeil y al lado de la divisoria entre ambos países, ha matado al conductor -descrito por el Ayuntamiento de la localidad como el tesorero municipal- y ha causado 11 heridos, entre ellos estudiantes a bordo de un autobús que transitaba por la misma carretera.

Israel y Hezbolá firmaron un alto el fuego a finales de 2024, pero Estados Unidos -que medió en el acuerdo- dio luz verde en la práctica al Gobierno de Netanyahu para abrir fuego en Líbano, como ha hecho casi a diario durante la tregua y comienza a suceder en Gaza. Las tropas israelíes se acogen a esa garantía bilateral de Washington (no incluida en el acuerdo) para bombardear activos e integrantes tanto de Hezbolá como del resto de actores armados no estatales, como Hamás.

Este miércoles, el ejército israelí ha asegurado que su objetivo en la aldea de Beit Lif eran “instalaciones de almacenamiento de armas” de Hezbolá, en una zona donde transfirió el control al Ejército libanés, el encargado del cumplimiento del pacto. Y habla de una “violación grave” de los acuerdos con Líbano y de “uno de los numerosos ejemplos de los intentos de Hezbolá de restablecerse a través de Líbano, con énfasis en zonas rurales”. La milicia chií, en una situación de fragilidad inédita en décadas, no ha respondido a uno solo de los ataques israelíes (solo ha lanzado uno, del que se desmarcó su cúpula), ni intervenido en apoyo de su patrón, Irán, durante la guerra que mantuvo con Israel este verano.

Conmoción en Ein el Helwe

El abarrotado campo de refugiados palestino de Ein el Helwe, el mayor de los 12 que existen en Líbano, respira este miércoles un ambiente compungido, según relatan sus residentes. El martes por la noche, un bombardeo israelí en una zona del campamento que Israel segura que era un área de entrenamiento militar de Hamás dejó 14 víctimas mortales -algunas, menores-, según el Ministerio de Sanidad libanés. Los vecinos lo describen como una “masacre”.

Los 80.000 residentes que habitan el kilómetro cuadrado en el que se extiende Ein el Helwe, ubicado a las afueras de Sidón, guardan este miércoles una jornada de luto y de huelga, con las persianas bajadas en comercios y colegios. La agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos, que en los campos palestinos impulsa servicios como el de la educación, ha mantenido las aulas cerradas en todos los campos palestinos del país.

El presidente del país, Joseph Aoun, y el primer ministro de Líbano, Nawaf Salam, suelen publicar tuits para condenar los ataques israelíes que provocan bajas o daños entre la población civil de Líbano. En este caso, ninguno de los dos mandatarios ha realizado publicaciones al respecto.

“La mayoría eran jóvenes que estaban jugando a fútbol en el parque”, explica Mahmoud Abu Hamda, de 43 años, director de la organización palestina Beit Atfal Assumoud, que ofrece servicios sociales y de salud en ese y otros campos palestinos. Abu Hamda, que creció en el barrio, señala que no existen bases militares en el interior de Ein el Helwe, y explica a este diario desde ese campo que el bombardeo se produjo detrás de una mezquita frecuentada por el entorno de Hamás, en una zona recreativa donde los jóvenes juegan a fútbol o practican boxeo.

Este miércoles, horas después de que se conociera el alcance de la agresión, el portavoz militar israelí en árabe ha insistido en que el ataque del día anterior se dirigió contra un centro de entrenamiento de la milicia palestina. En la nota, añade un elemento al que no se refirió el martes cuando reivindicó el ataque, al atribuir al lugar una función de reclutamiento de jóvenes.

También ha definido el campo de refugiados como una “grieta” en la soberanía de Líbano -un acuerdo de 1969 los deja fuera de su jurisdicción, quedando bajo el dominio de las facciones palestinas- y ha invocado el recuerdo del inicio de la guerra civil del país (1975-1990), al vincular la actividad armada palestina en Líbano con el inicio de “sangrientos conflictos”.

Ayman Shana, líder del brazo político de Hamás en Sidón, rechaza las acusaciones del ejército israelí y niega la existencia de una base militar en el interior de Ein el Helwe o de ninguno de los otros 11 campos palestinos. “¿Es concebible que exista una instalación militar en medio de una zona rodeada de tantas casas?”, se pregunta en un mensaje de voz enviado a El País.

El dirigente palestino relaciona el disparo israelí contra Ein el Helwe con una supuesta necesidad de las autoridades israelíes de “desviar la atención ante un momento difícil”, y con una hipotética intención de “desplazar a sus residentes y eliminar la causa palestina”. Asegura, sin embargo, que Hamás y las facciones palestinas presentes en el campo se abstendrán de responder al ataque. “Estamos comprometidos con el alto el fuego. Quien rompe las treguas es Israel. Dejamos la respuesta en manos del Estado de Líbano”.

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