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Netanyahu afirma que Israel actuará en Líbano “según sea necesario” y acusa a Hezbolá de “rearmarse”

Los bombardeos israelíes mataron el sábado a cuatro supuestos miembros de la milicia, en una nueva escalada de los ataques a pesar del alto el fuego

Un grupo de hombres porta el ataúd de uno de los cinco combatientes de Hezbolá muertos en los ataques israelíes de los últimos días, durante el cortejo fúnebre este domingo en la ciudad llibanesa de Nabatieh. Foto: Mohammad Zaatari (AP) | Vídeo: EPV

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha advertido este domingo de que su ejército actuará en Líbano “según sea necesario” en la lucha contra la milicia libanesa Hezbolá, a la que acusa de estar “intentando rearmarse”. Poco antes, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, había emitido un comunicado en la misma línea en el que anticipa que las tropas “intensificarán” las operaciones en Líbano y denuncia a los dirigentes de ese país por “demorarse” en su compromiso de desarmar a la organización chií, con la que el Gobierno israelí alcanzó un acuerdo de alto el fuego en noviembre de 2024.

Netanyahu ha puesto el foco en Líbano durante una reunión con su gabinete en la que ha asegurado que Israel utilizará “su derecho a la legítima defensa” si el frente libanés supone una amenaza de nuevo. Katz, que comparte formación política con el primer ministro, ha señalado que “Hezbolá está jugando con fuego” y que el presidente libanés “se está demorando”. El titular de Defensa ha exigido que el Gobierno de Líbano cumpla con la expulsión de la milicia del sur libanés, tal y como exige la tregua, y que lleve a cabo el desarme del grupo en el conjunto del país, un objetivo con el que Beirut se comprometió el pasado agosto.

Netanyahu Líbano

Las declaraciones de ambos dirigentes israelíes llegan semanas después de que comenzara una nueva escalada militar sobre Líbano, a pesar del alto el fuego. Un misil israelí lanzado contra un vehículo que circulaba por los alrededores de Nabatieh, ciudad a más de 10 kilómetros de la frontera con Israel, mató en la noche del sábado a sus cuatro pasajeros. El Ejército israelí los ha vinculado este domingo con la Fuerza Radwan, la unidad de élite del brazo armado de Hezbolá, y ha justificado el ataque mediante un comunicado alegando que uno de ellos impulsaba la “transferencia de armas y el restablecimiento de la infraestructura” de la organización en la zona fronteriza.

Las hostilidades diarias sobre territorio libanés han matado a 16 personas solo durante la última semana de octubre. La cifra se suma a los centenares de muertes que Israel ha provocado en Líbano desde la firma de la tregua el año pasado, de las cuales al menos 111 eran civiles, según informó la ONU el martes.

La mayoría de esas muertes han tenido lugar durante bombardeos contra vehículos que transitan por las carreteras públicas del país. El Gobierno israelí vincula los ataques a la lucha contra Hezbolá, pero nunca aporta pruebas que demuestren el interés militar de sus objetivos, y EE UU, que tolera esos ataques, tampoco se las pide. Morris Tid­ball-Binz, relator especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, ha calificado algunas de las acciones israelíes en Líbano desde finales de 2023 como “crímenes de guerra”.

Presión política

La insistencia militar israelí se percibe en Líbano como un método de presión sobre las autoridades libanesas, a las que coloca en una encrucijada entre asumir una nueva ofensiva israelí a gran escala —como la que mató a más de 4.000 personas entre octubre de 2023 y la firma de la tregua en noviembre de 2024, de las cuales el relator indica que más de 1100 eran mujeres y niños— o un pulso con el mayor actor armado del país que pueda derivar en un conflicto civil.

El presidente de Líbano, Joseph Aoun, intenta evitar ambos escenarios. El viernes, reunido en Beirut con el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Johann Wadephul, denunció a Israel por incrementar los ataques sobre Líbano “como respuesta” a su petición el mes pasado para establecer negociaciones que terminen con la ocupación de territorio y con los bombardeos. La queja del presidente llegaba horas después de que las tropas israelíes invadieran durante una madrugada el municipio de Blida, donde ejecutaron a un trabajador municipal. El incidente disparó el temor entre los libaneses al estallido inminente de una nueva ronda del conflicto.

Las autoridades libanesas abogan por avanzar hacia el monopolio estatal de las armas de manera negociada, algo incompatible con los ritmos deseados por Israel y Estados Unidos. En mayo, Líbano cifró el desmantelamiento de las capacidades de Hezbolá en el sur del país en un 80%. Pero Israel, cuyo Ejército mantiene presencia en cinco áreas libanesas en un incumplimiento de la tregua que le permite controlar la frontera, asegura que la milicia se está rearmando, y amenaza mediante filtraciones en periódicos árabes con nuevos bombardeos en los suburbios de Beirut.

La Casa Blanca, que medió en el alto el fuego en Líbano, abandona la postura paciente y comprensiva que había mostrado hacia los dirigentes beirutíes. Su enviado especial en la región, Tom Barrack, sugirió el sábado durante una conferencia en Bahrain que Líbano será incapaz de desarmar a Hezbolá, y lo describió como un “Estado fallido”.. La semana pasada, Barrack advirtió en un comunicado que, “si Beirut sigue dudando” con el desarme del grupo, “Israel podría actuar de manera unilateral”.

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