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Trump presiona a Turquía para que deje de comprar petróleo a Rusia

El presidente de Estados Unidos estudia autorizar la venta de aviones F-35 a Ankara tras el regreso del líder turco a la Casa Blanca tras la etapa de la Administración de Biden

Macarena Vidal Liy

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, continúa la campaña de presión contra la compra de petróleo ruso, la herramienta que considera clave para ablandar las posiciones de Moscú en la guerra en Ucrania. Tras imponer aranceles punitivos a India por sus adquisiciones y reclamar a Europa que ponga fin a las suyas, este jueves las reclamaciones le han tocado al jefe de Estado turco, Recep Tayyip Erdogan, con quien se reunía en la Casa Blanca para sellar la reconciliación de ambos gobiernos tras el distanciamiento de la era de Joe Biden.

“Me gustaría verle detener la compra de cualquier tipo de petróleo de Rusia en tanto Rusia continúe su ofensiva contra Ucrania”, ha sostenido el presidente estadounidense en comentarios ante la prensa al comienzo del encuentro en el Despacho Oval. “Putin tiene que parar”, ha insistido, en referencia a la resistencia del presidente ruso a aceptar un alto el fuego y mantener sus ataques contra objetivos ucranios. Y reiteraba: “Lo mejor que (Erdogan) puede hacer es no comprar gas ni petróleo de Rusia”.

La guerra en Ucrania, el futuro de Gaza, Siria, y la estabilidad en Oriente Próximo eran algunos de los asuntos principales en la charla. Pero también estaban encima de la mesa posibles acuerdos militares y de comercio para sellar el nuevo acercamiento entre dos líderes que comparten un historial político similar de ascenso pese al rechazo de las élites intelectuales de sus países, que desprecian el sistema liberal y que están convencidos de que la Historia les guarda un sitio privilegiado.

“Cuando yo estaba en el exilio, seguimos siendo amigos”, dijo Trump en el Despacho Oval, en referencia a los años entre su primera y su segunda presidencia. “Tengo un gran respeto por este hombre”. “Mantenemos un gran comercio con Turquía y continuaremos con el comercio de municiones. Quieren comprar F-16, F-35 y otras armas. Hablaremos con ellos sobre eso”, añadió Trump, que insistió en que Turquía tiene que dejar de comprar petróleo a Rusia como arma de presión para poner fin a la guerra de Ucrania. A la pregunta de un periodista, el presidente de Estados Unidos afirmó: “Vamos a hablar sobre Patriot, y sobre F-35. Y creo que [Erdogan] va a tener éxito comprando esas cosas que tiene interés en comprar”.

Cuando fue el turno de Erdogan, este insistió en la prioridad de discutir sobre “la venta de esos cazas”. En una entrevista con Fox News esta semana, el líder turco se quejó de que Biden lo excluyera del programa F-35 tras la compra por parte de Ankara de baterías de defensa antiaérea a Rusia. “No creo que sea propio de una asociación estratégica [con Estados Unidos], y no creo que sea el camino correcto”, declaró Erdogan.

La visita del turco, que fue recibido en la Casa Blanca a eso de las 11:30 (hora de Washington), es la primera a Washington en más de cuatro años. Y llega apenas cuatro días antes de que el estadounidense reciba también en la Casa Blanca al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el próximo lunes. Y dos días después de que los dos líderes que hoy se ven frente a frente en el Despacho Oval participaran en un encuentro entre el presidente de EE UU y líderes de países árabes y musulmanes en los márgenes de la Asamblea General de Naciones Unidas, el martes pasado. Una reunión que estaba programada para tratar sobre Gaza y de cuyo contenido los pocos detalles que se conocen se han administrado con cuentagotas.

Fin a la guerra

Erdogan ha descrito aquella reunión como “fructífera” para poner fin a la guerra. Trump no quiso hacer declaraciones a los medios tras su conclusión, aunque a su llegada había descrito esa cita como “la más importante” de sus conversaciones en Naciones Unidas. Su enviado para Oriente Próximo, Steve Witkoff, ha sido un poco más locuaz: este miércoles, en un foro en Nueva York, indicaba que durante el encuentro la delegación estadounidense presentó su plan de 21 puntos para Gaza.

“Creo que resuelve las preocupaciones israelíes y, también, las del resto de los vecinos de la región”, sostenía el representante personal de Trump. Witkoff esquivaba, en cambio, confirmar si, como ha publicado el digital Politico, el presidente estadounidense prometió en el encuentro que no permitirá que Israel se anexione Cisjordania, uno de los temores del resto de países de la zona. Pero sí puntualizaba que espera avances en el futuro inmediato: “tenemos esperanza y, me atrevo a decir, incluso confianza en que en los próximos días podremos anunciar algún tipo de progreso”.

Los gobiernos árabes de la región se encuentran frustrados por lo que consideran la falta de apoyo de la Administración Trump a los palestinos en Gaza, mientras concede carta blanca a Israel en una guerra que ya ha costado la vida a cerca de 70.000 palestinos. En su feroz discurso del martes ante la Asamblea General de la ONU, apenas unas horas antes de su encuentro con los líderes árabes, el estadounidense descartaba por completo cualquier reconocimiento de un Estado palestino, aunque otros países aliados acababan de dar exactamente ese paso. Según apuntaba, reconocer el Estado palestino solo serviría para dar a Hamás una “recompensa” por sus “horribles atrocidades”. El secretario general de la ONU, António Guterres, apuntaba de su parte que ese paso “es un derecho, no una recompensa” para los palestinos.

Los dos líderes también tenían previsto abordar la situación en Siria, donde la visión de Ankara y de Washington ha ido en alineamiento creciente en favor del nuevo líder Ahmed al Sharaa, una de las estrellas en esta semana de líderes en la Asamblea General de la ONU y que ha participado en toda una serie de seminarios y conferencias en algunos de los foros neoyorquinos más exclusivos. Turquía aspira a aumentar su influencia y su huella militar en Siria, al mismo tiempo que Estados Unidos desea la retirada de las fuerzas que ha mantenido allí para luchar contra el regreso del Ejército Islámico.

En la agenda de la reunión también figuraba la guerra de Ucrania y el papel que Turquía, como miembro de la OTAN, podría desempeñar en la paz.

Pero, sobre todo, el encuentro en el Despacho Oval representa una reconciliación y una victoria para un Erdogan ninguneado en los pasillos del poder en Washington durante la Administración Biden. El líder turco tenía como prioridades relanzar los lazos económicos y comerciales. Y arrancar acuerdos de colaboración militar, algo que Trump ya había apuntado que estaba dispuesto a conceder al anunciar la visita la semana pasada.

También se esperaba que Turquía anunciara la compra de aviones Boeing para su flota, y que Washington confirme que se reanude la venta de F-35 estadounidenses.

Como un gesto para confirmar el deshielo, el lunes Turquía anunciaba el fin de los aranceles que había impuesto como represalia contra Estados Unidos en 2018 para bienes que abarcan desde los automóviles hasta la fruta.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.
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