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Italia envía una fragata a auxiliar a la flotilla de Gaza, pero Meloni acusa de “irresponsables” a sus integrantes

“No soy estúpida: no tienen como objetivo ayudar a la población, sino atacar al Gobierno”, dice a la oposición la primera ministra, que propone una entrega de la ayuda en Chipre con mediación de la Iglesia católica

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, escucha la intervención de Donald Trump en la asamblea general de la ONU, el martes.Foto: Alexander Drago (REUTERS) | Vídeo: EPV
Íñigo Domínguez

El Gobierno italiano ha enviado este miércoles una fragata militar para prestar asistencia a la flotilla humanitaria Global Sumud, una iniciativa organizada por la sociedad civil de varios países con más de 40 naves, que viaja rumbo a Gaza y que la madrugada del miércoles, cerca de la isla griega de Creta, ha sufrido el tercer ataque con drones en apenas dos semanas. Así lo ha anunciado el ministro de Defensa, Guido Crosetto, que ha sido muy claro al reprobar la agresión. “No se puede no expresar la más dura condena. En democracia también las manifestaciones y las formas de protesta deben ser tuteladas”, ha dicho.

Italia ha autorizado a las 3.50 de la madrugada, poco después del ataque, el envío de la fragata militar Fasan “para garantizar asistencia a los ciudadanos italianos presentes en la flotilla” y para “posibles acciones de socorro”. El ministro ha precisado que previamente lo había hablado con la primera ministra, Giorgia Meloni, que está en Nueva York en la Asamblea General de la ONU, y ha informado a Israel, el país al que los integrantes de la flotilla culpan de los ataques sufridos.

Sin embargo, pasadas las 19.00 de este miércoles, Meloni ha hecho desde Estados Unidos unas duras declaraciones contra la flotilla humanitaria: “Todo esto es gratuito, peligroso e irresponsable. No hay necesidad de arriesgar la propia seguridad entrando en una zona de guerra para entregar ayuda a Gaza que el Gobierno italiano podría haber entregado en unas pocas horas”. Y fue a más, en respuesta a la pelea política desatada en su país y las peticiones de explicaciones de la oposición: “No soy estúpida: lo que ocurre en Italia no pretende aliviar el sufrimiento de la población de Gaza, sino atacar al Gobierno italiano. Considero objetivamente irresponsable utilizar el sufrimiento de Gaza para atacar al Gobierno”.

Meloni ha añadido, siguiendo su razonamiento, que está trabajando en una propuesta de mediación para hacer llegar a Gaza la ayuda de la expedición de forma segura. Propone dejar el cargamento en Chipre en manos del patriarcado latino de Jerusalén, guiado por el cardenal italiano Pierbattista Pizzaballa, que se comprometería a entregarlo en territorio palestino. Ha afirmado que la idea cuenta con el consenso de Israel y el Gobierno chipriota. “Estamos esperando una respuesta de la flotilla”, ha concluido.

La líder ultraderechista italiana reaccionaba así a la pelea política que había dominado el Parlamento de Roma por la mañana. El ataque a la flotilla humanitaria —que cuenta con varias naves que zarparon hace tres semanas desde el puerto de Génova y en las que viajan cuatro diputados italianos de la oposición— había irrumpido en la Cámara de Diputados italiana nada más abrirse la sesión. La oposición ha reclamado explicaciones al Gobierno y ha exigido que defienda a los parlamentarios y ciudadanos italianos que navegan en barcos con bandera italiana. Los ánimos estaban tan caldeados que los diputados presentes han bajado al centro del hemiciclo y lo han ocupado durante unos minutos.

La secretaria del Partido Democrático (PD), Elly Schlein, ha hablado de “un ataque deliberado” contra Italia “por parte del Gobierno israelí”. “La presidenta Meloni no puede permanecer en silencio. Debe decir qué piensa hacer para garantizar la seguridad de estos italianos que operan en pleno cumplimiento del derecho internacional humanitario (...) Debe explicarnos el origen de estos drones, de dónde provienen y qué iniciativas piensa tomar para garantizar la seguridad de toda la tripulación”, ha subrayado. El jefe del grupo del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), Stefano Patuanelli, ha insistido en esa línea: “Atacando una nave con bandera italiana se ataca a Italia, y la cuestión se convierte en interés de la defensa nacional”.

Tras varias intervenciones, los diputados del PD, M5S y Alianza Verdes e Izquierda (AVS), medio centenar, han bajado desde sus escaños al centro de la sala y algunos también se han colocado en la bancada del Ejecutivo. Han anunciado que interrumpirían la sesión hasta que el Gobierno garantizara una comparecencia. La protesta ha terminado cuando se ha anunciado que el ministro de Defensa, Guido Crosetto, acudirá el jueves a la Cámara. Poco después, el propio ministro ha anunciado que la fragata de auxilio había sido enviada durante la noche.

El Gobierno italiano ya había hablado de madrugada, poco después del ataque a la flotilla, a través del ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, que también se encontraba en Nueva York. Tajani afirmó que había solicitado a la embajada israelí en Italia que le informase de lo sucedido, y reiteró la petición del Gobierno italiano de que se garantice la tutela de las personas que viajan en la flotilla.

El ministerio de Exteriores italiano tambien había reclamado a Israel en los días pasados que cualquier operación de su ejército se realizara respetando las reglas del derecho internacional. Por su parte, el líder ultraderechista de la Liga, Matteo Salvini, se limitó a comentar: “Está claro que, cuando te acercas a una zona de guerra, algún riesgo corres”.

El ataque a la flotilla ha tenido lugar en aguas internacionales. Varios drones han lanzado una sustancia ácida sobre dos de los barcos: el Ohwayla y el Yulara. Además, una docena de explosiones han alcanzado a nueve embarcaciones. Una de ellas es la Otaria, en la que viajan los parlamentarios italianos Benedetta Scuderi, de AVS, y Marco Croatti, de M5S. Otro artefacto ha caído cerca de la Karma, la barca de la asociación Arci que lleva a bordo a los diputados del PD Annalisa Corrado y Arturo Scotto.

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Sobre la firma

Íñigo Domínguez
Corresponsal en Roma desde 2024. Antes lo fue de 2001 a 2015, año en que se trasladó a Madrid y comenzó a trabajar en EL PAÍS. Es autor de cuatro libros sobre la mafia, viajes y reportajes.
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