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Rusia lanza más de un centenar de drones contra Ucrania en Año Nuevo

En Kiev mueren dos personas en el barrio de Pecherski, donde se encuentra la oficina del presidente Zelenski y otros edificios gubernamentales

Guerra de Rusia en Ucrania
Los bomberos extinguen un incendio en el barrio de Pechersk, en Kiev, causado por un ataque con drones rusos, este miércoles.YAN DODRONOSOV (EFE)
Lola Hierro (enviada especial)

Ucrania ha comenzado 2025 bajo un ataque masivo de drones rusos lanzados este miércoles a las siete de la mañana hacia varias regiones del país, pero principalmente a Kiev, que ha sufrido los daños más significativos. Han sido alcanzados los distritos de Sviatoshin y de Pecherski, este último en pleno centro de la ciudad, donde se han registrado dos muertos —uno de ellos, una mujer embarazada— y siete heridos de los que tres han sido hospitalizados, además de cuantiosos daños materiales, según el jefe de la Administración Militar de la Región de Kiev, Timur Pkachenko. Los trabajos de rescate continúan. “Hasta en Año Nuevo, a Rusia solo le preocupa cómo herir a Ucrania”, ha condenado el presidente Volodímir Zelenski en sus redes sociales.

Rusia no ha reducido sus ataques contra Ucrania durante la Navidad. El 25 de diciembre, el país invadido fue atacado con 78 misiles y 106 drones hacia el sistema energético del país. Cinco días antes, otro ataque con misiles en Kiev dejó un muerto y 13 heridos.

Hacia las siete de la mañana, las sirenas de Kiev comenzaron a sonar debido a la aproximación de drones de ataque enemigos desde el noreste. En los minutos siguientes, se escucharon numerosas explosiones seguidas; desde el céntrico barrio de Olimpiska, contiguo a Pecherski, al menos se pudieron percibir ocho. Cuatro de los drones iban dirigidos contra este distrito. Según el Ministerio de Defensa, en esas primeras horas de la mañana, 63 de los 111 aparatos lanzados por todo el país pudieron ser interceptados por las defensas aéreas ucranias, mientras que de otros 46 se ha perdido la localización. Los daños personales y materiales fueron causados por el impacto de los restos de los drones interceptados.

El ataque ruso contra Kiev resulta especialmente significativo porque ha alcanzado un distrito que alberga numerosas dependencias gubernamentales, entre ellas, la oficina del presidente y el Parlamento. También se encuentra aquí la sede del Banco Nacional de Ucrania (BNU), cuyo techo y planta superior se han incendiado. “Todos los sistemas operativos y servicios del BNU están en funcionamiento”, ha asegurado el banco en un comunicado posterior.

Dos bomberos trabajan en las tareas de rescate en el barrio de Pechersk, en Kiev, por un ataque ruso con drones, este miércoles.
Dos bomberos trabajan en las tareas de rescate en el barrio de Pechersk, en Kiev, por un ataque ruso con drones, este miércoles.Cuerpo de bomberos de Kiev

También tres plantas de un edificio residencial han quedado parcialmente destruidas por la caída de restos de los drones derribados. Entre los escombros han hallado los servicios de emergencia el cuerpo de la mujer embarazada víctima mortal del ataque. Este inmueble se encuentra a 200 metros de la oficina de Zelenski. Otro edificio no residencial también ha sufrido desperfectos en su tejado.

Los heridos atendidos en Pecherski son hombres y mujeres de entre 29 y 79 años que presentan heridas de metralla, hematomas en el cuerpo y cuadros agudos de ansiedad. Una de ellas también está embarazada. A mediodía, al menos una docena de vehículos de emergencia y rescate, entre ellos seis camiones de bomberos, permanecían en las inmediaciones, así como una fuerte presencia policial. Uno de los agentes ha informado de que el acceso es peligroso porque todavía quedan fuegos en activo y que se siguen buscando posibles víctimas entre los escombros.

Este barrio se encuentra fuertemente protegido desde el inicio de la invasión rusa a gran escala, en febrero de 2022. Rodeada de controles militares, habitualmente solo está permitido el acceso a los residentes y trabajadores de la zona.

A mediodía, muy pocas personas entraban y salían a través del puesto de control militar en Pecherski. Una de ellas es María, empleada en un comercio del barrio incluso en el día de Año Nuevo. Estaba a punto de salir del metro cuando se produjeron las explosiones. “El suelo tembló y escuché el ruido de cristales rotos cayendo”, contaba después. Oksana, psicóloga y propietaria de un apartamento en una de las calles afectadas, se sentía aliviada porque su inmueble no había sufrido daños.

Los equipos de rescate acceden a un edificio dañado en el barrio de Pechersk, en Kiev, por un ataque ruso con drones, este miércoles.
Los equipos de rescate acceden a un edificio dañado en el barrio de Pechersk, en Kiev, por un ataque ruso con drones, este miércoles.Cuerpo de Bomberos de Kiev

También se han registrado daños materiales por la caída de restos de drones derribados en el distrito de Sviatoshin, en el oeste de la capital. En un edificio no residencial se ha declarado un incendio, y las vías del tranvía han resultado parcialmente afectadas. La onda expansiva también ha roto numerosas ventanas. Cuando los residentes de unos de los edificios salieron de su interior, los vidrios cayeron sobre ellos, pero no han causado heridos. “Corrimos hacia la puerta y de repente sonó un golpe”, ha contado a la televisión ucrania una madre que se salvó con su hijo de tres meses.

La nueva andanada de drones ha tenido lugar prácticamente en el mismo día en el que Ucrania ha cortado el suministro de gas ruso a Europa a través de su red de conducciones, tras no renovar el acuerdo que tenía desde hace cinco años con la operadora estatal Gazprom. La noche del 31 de diciembre, además, el presidente Zelenski remarcó en su mensaje de Año Nuevo a la nación que Ucrania será parte de la OTAN, algo que Rusia rechaza de plano. “Ucrania estará en la Unión Europea. Y un día Ucrania estará en la OTAN y reforzará la Alianza”, remarcó.

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Sobre la firma

Lola Hierro (enviada especial)
Periodista de la sección de Internacional, está especializada en migraciones, derechos humanos y desarrollo. Trabaja en EL PAÍS desde 2013 y ha desempeñado la mayor parte de su trabajo en África subsahariana. Sus reportajes han recibido diversos galardones y es autora del libro ‘El tiempo detenido y otras historias de África’.
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