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Finlandia detiene un barco vinculado a Rusia sospechoso de dañar varios cables submarinos en el Báltico

Las autoridades finlandesas investigan el ‘Eagle S’, que transportaba ilegalmente crudo ruso, por la rotura de un cable energético y otros cuatro de fibra óptica

Eagle S barco Finlandia
Un buque patrullero finlandés, este jueves frente al 'Eagle S', el barco sospechoso de cortar varios cables submarinos, en una imagen de la policía finlandesa compartida en X.
Carlos Torralba

Guardias fronterizos y policías finlandeses han abordado y tomado el control este jueves en el mar Báltico de un barco vinculado a Rusia sospechoso de dañar un cable submarino de electricidad y otros cuatro de fibra óptica para la transmisión de datos. El navío interceptado es el Eagle S, un petrolero registrado en las Islas Cook que, según las autoridades finlandesas, forma parte de la flota clandestina rusa con la que el Kremlin trata de esquivar las sanciones occidentales por la invasión de Ucrania. Los cables dañados, que conectan Finlandia con Estonia y Alemania, dejaron de funcionar en torno al mediodía del miércoles. El incidente del Eagle S, que permanece anclado frente a la costa y escoltado por un buque patrullero finlandés, se suma a otros recientes en el Báltico que han sido descritos por altos cargos europeos como actos de sabotaje y enmarcados en “la guerra en la sombra” que Rusia libra con Occidente en el norte de Europa.

“Estamos investigando un sabotaje grave”, ha declarado Robin Lardot, director de la Oficina Nacional de Investigación finlandesa en una rueda de prensa en Helsinki. “Según tenemos entendido, un ancla del buque que se está investigando ha causado los daños”, ha añadido el agente de policía. Sami Rahskit, director general de Aduanas, ha agregado en la comparecencia ante los medios que todo apunta a que el Eagle S forma parte de “la flota en la sombra de Rusia”, compuesta por cientos de buques envejecidos, con o sin bandera del país euroasiático, con la que Moscú exporta ilegalmente millones de barriles de petróleo.

Tras reunirse con Lardot y otros altos cargos de la policía y la guardia fronteriza, Alexander Stubb, el presidente de Finlandia, publicó en la red social X: “Debemos ser capaces de prevenir los riesgos que suponen los buques pertenecientes a la flota fantasma rusa”. Petteri Orpo, el primer ministro finlandés, ha afirmado en una intervención pública: “Las flotas en la sombra suponen un gran riesgo para otros Estados del mar Báltico y del resto de la Unión Europea”. El político conservador ha subrayado que Finlandia “quiere atajar este problema cuanto antes y el Gobierno está haciendo todo lo posible para solucionarlo.”

Por su parte, el primer ministro estonio, Kristen Michal, ha instado este jueves por la tarde a aumentar el nivel de monitoreo y protección de la infraestructura crítica europea, aunque ha agregado que “los servicios de comunicación están garantizados: el uso de internet no se verá afectado”. Michal, que, tras una reunión de emergencia del Gobierno estonio, ha comparecido en una rueda de prensa junto al ministro del Interior, Lauri Läänemets, ha destacado que ha mantenido conversaciones telefónicas con Orpo, su homólogo finlandés, y con Mark Rutte, el secretario general de la Alianza Atlántica. Poco después, Rutte ha publicado en X: “La OTAN se solidariza con sus aliados y condena cualquier ataque contra infraestructuras críticas. Estamos siguiendo las investigaciones de Estonia y Finlandia y estamos dispuestos a prestar más apoyo”.

Además del Estlink2, un cable de electricidad submarino que se extiende por unos 170 kilómetros y conecta Finlandia con Estonia, otros cuatro de transmisión de datos sufrieron daños en la misma zona durante el día de Navidad. Tres de los cables de fibra óptica afectados conectan también ambos países; dos son propiedad de la operadora finlandesa Elisa y uno de ellos de la compañía china Citic, mientras que el cuarto cable de internet que ha dejado de funcionar recorre el lecho marino desde la costa de Finlandia hasta la de Alemania, según ha informado la agencia finlandesa de transporte y comunicaciones.

La tripulación del Eagle S —actualmente anclado frente a la costa de Porkkala, a unos 30 kilómetros de Helsinki— está siendo interrogada por las autoridades finlandesas. Por el momento no ha trascendido información sobre las nacionalidades de los marineros. Los movimientos del petrolero, que se dirigía de Rusia a Egipto cargado de crudo, coinciden en el tiempo y el espacio con la rotura de los cinco cables en el golfo de Finlandia, según el diario británico Financial Times.

Sanciones contra la flota rusa en la sombra

En un comunicado conjunto con la Comisión Europea, la alta representante para Política Exterior de la UE, Kaja Kallas, ha condenado cualquier “destrucción deliberada” de la infraestructura crítica europea y ha adelantado que trabaja con las autoridades finlandesas en la investigación y que propondrá sanciones contra la flota rusa en la sombra, informa Silvia Ayuso desde Bruselas. “El barco sospechoso forma parte de la flota fantasma rusa que amenaza la seguridad y el medio ambiente, a la par que le sirve a Rusia para financiar su presupuesto de guerra”, señala el comunicado. “Propondremos más medidas, incluidas sanciones, contra esta flota”, adelanta Bruselas, que saluda en este sentido la “rápida acción” de las autoridades finlandesas al abordar el barco sospechoso de haber provocado los daños y manifiesta su “solidaridad” con los países afectados —Finlandia, Estonia y Alemania—, si bien subraya que, por el momento, “el suministro eléctrico de la región no corre peligro”.

El episodio del Eagle S llega en un momento en el que los Estados ribereños del Báltico se encuentran en alerta máxima ante lo que consideran “acciones de guerra híbrida” orquestadas por el Kremlin. Hace poco más de un mes, el buque chino Yi Peng 3 rompió con su ancla en menos de 24 horas dos cables de fibra óptica, uno que conecta Suecia y Lituania y otro que vincula Finlandia con Alemania. Tras pasar casi 30 días anclado y escoltado en el estrecho de Kattegat, entre las costas de Suecia y Dinamarca, el Yi Peng 3 partió el pasado sábado hacia el puerto egipcio de Port Said sin que las autoridades chinas permitieran acceder al buque al fiscal sueco encargado de la investigación. En octubre del año pasado, otro navío chino, el portacontenedores Polar Bear, dañó con su ancla el Balticonnector, un gasoducto submarino que también conecta Finlandia y Estonia.

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Sobre la firma

Carlos Torralba
Es redactor de la sección de Internacional desde 2016. Se ocupa de la cobertura de los países nórdicos y bálticos y también escribe sobre asuntos de defensa. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.
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