Scholz activa el calendario electoral en Alemania con una moción de confianza que busca perder
La derrota del canciller socialdemócrata, en minoría y con los sondeos en contra, permitirá convocar las elecciones anticipadas para el 23 de febrero
Olaf Scholz se someterá la próxima semana a una moción de confianza con el objetivo de perderla. Puede sonar incongruente. Pero es la única manera que el canciller alemán tiene para adelantar las elecciones legislativas, su propósito desde que el 6 de noviembre rompió la coalición tripartita que gobernaba Alemania desde 2021. Y, pese a los sondeos adversos que pronostican una victoria de su rival democristiano, Friedrich Merz, el socialdemócrata Scholz parece dispuesto a pelear por cada voto.
“En una democracia son los y las votantes quienes deciden el curso de la política futura”, dijo Scholz este miércoles después de formalizar con una carta a la presidenta del Bundestag, Bärbel Bas, la petición para que, el 16 de diciembre, los parlamentarios decidan si quieren o no que siga en el poder. Sin mayoría desde que destituyó a los liberales de la coalición de Gobierno que integran también Los Verdes, con toda probabilidad perderá el voto.
Así se activará el calendario para que el 23 de febrero puedan celebrarse las elecciones anticipadas. Después de enumerar los temas de la campaña, desde la preservación de los empleos en la industria en crisis hasta la guerra en Ucrania, en la que él hace bandera de la “prudencia”, el canciller instó a la oposición democristiana a adoptar medidas sociales antes de la disolución parlamentaria. Y afirmó: “De todo esto se tratará cuando los ciudadanos pongan su cruz en la papeleta”.
Scholz es el quinto canciller que se somete a una moción de confianza desde la fundación en 1949 de la República Federal. Como otros antecesores, la usará no con el fin de ganarla —sabe que no le llegan los números—, sino con fines tácticos.
El primer canciller en recurrir a la moción de confianza fue el socialdemócrata Willy Brandt en septiembre de 1972. Brandt, que gobernaba con los liberales, buscaba adelantar las elecciones para reforzar su mayoría en pleno debate por su política de acercamiento a los países del bloque soviético. Perdió la moción, se adelantaron las elecciones y las ganó con claridad.
Para el también socialdemócrata Helmut Schmidt, 10 años después, la moción de confianza debía servir para cerrar filas en torno a una política discutida en sus propias filas, como era el rearme de OTAN ante el desafío soviético. Schmidt ganó la moción, pero unos meses después sus socios de coalición, los liberales, abandonaron el Gobierno, unieron sus votos a la oposición democristiana y derrotaron al canciller en una moción de censura. El sustituto fue el democristiano Helmut Kohl, que llegó a la Cancillería sin pasar por elecciones. Para legitimarse, se sometió a una moción de confianza con el objetivo de perderla y convocar elecciones anticipadas. Las ganó y así empezó la era Kohl, que se prolongaría hasta 1998.
El sucesor de Kohl, el socialdemócrata Gerhard Schröder, planteó dos mociones de confianza. La primera, en el otoño de 2001, después de los atentados del 11-S contra Estados Unidos. Ante las resistencias en una parte de la coalición de socialdemócratas y verdes a implicar a Alemania en la guerra de Afganistán, Schröder consideraba necesario el aval del Parlamento. Se trataba, como escribió en sus memorias, de “forzar a los disidentes en la coalición” a aceptar su posición. Lo consiguió.
Cuatro años después, en plena crisis económica y con una rebelión en el Partido Socialdemócrata contra las reformas sociales de Schröder, este decidió, como Scholz ahora, adelantar las elecciones. Pero, como Scholz ahora —y como Kohl en 1982—, topaba con una Constitución que, como antídoto a la inestabilidad parlamentaria de la República de Weimar y los años previos al nazismo, limita las posibilidades de disolver el Parlamento. La vía disponible era, de nuevo, convocar una moción de confianza, y perderla. Las elecciones anticipadas de 2005 llevaron a la derrota de Schröder y la victoria de la democristiana Angela Merkel, que gobernaría durante 16 años.
La moción de Scholz se debatirá y votará el lunes en el Bundestag. Entonces, según la Constitución, el canciller deberá pedirle al presidente de la República, Frank-Walter Steinmeier, que disuelva el Parlamento en un plazo de 21 días. La campaña podrá empezar.
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