La policía registra la oficina del presidente de Corea del Sur por la declaración de la ley marcial
El exministro de Defensa surcoreano, detenido por su presunta responsabilidad, trata de suicidarse en la cárcel
El terremoto de la abortada ley marcial sigue sacudiendo Corea del Sur. Y el cerco se estrecha cada vez más en torno a quien trató de imponerla. La Policía ha acudido este miércoles al complejo presidencial en Seúl con una orden para registrar varias dependencias, incluidos el despacho del jefe del Estado, Yoon Suk-yeol, la sala de reuniones del Gabinete, el Servicio de Seguridad Presidencial y el edificio del Estado Mayor Conjunto, en cuyo sótano se ubicó la sala de situación durante las seis horas que duró la ley marcial. La operación es uno de los primeros zarpazos serios de la investigación en marcha que señala a Yoon como “líder” de una “insurrección”.
Un equipo de 18 investigadores ha llegado al recinto poco antes del mediodía para buscar material relacionado con el decreto de ley marcial, incluidas las actas de una reunión del Gabinete celebrada poco antes de que Yoon anunciara la orden el 3 de diciembre, según la Oficina Nacional de Investigación de la Agencia Nacional de Policía, citada por The Korea Times. Los agentes, sin embargo, no han logrado completar la inspección, después de que el servicio de seguridad presidencial se negara a cooperar.
Para entrar y registrar las instalaciones de seguridad, incluida la oficina presidencial, los investigadores deben obtener el acuerdo de los responsables de la gestión de las instalaciones. El registro por la fuerza está prohibido. A primera hora de la tarde de este miércoles, seguían las negociaciones para garantizar el acceso, ha informado la agencia local Yonhap, sin que quedara claro si los agentes habían logrado entrar ya a alguna de las dependencias objeto de su investigación.
Entre tanto, crece la posibilidad de que Yoon —que sigue siendo el presidente después de que el sábado pasado fracasara una moción de destitución en el Parlamento— sea arrestado. “Estamos trabajando duro en la investigación. Revisaremos los requisitos legales para detener al presidente o solicitar una orden de arresto oficial”, ha dicho Oh Dong-woon, fiscal jefe de la Oficina de Investigación de la Corrupción de Altos Funcionarios, uno de los organismos que tiene abiertas diligencias contra el mandatario. “El principio de la investigación es detener al principal sospechoso”, ha señalado. El Ministerio de Justicia ya prohibió el lunes al jefe del Estado abandonar el país, como medida preventiva. La oposición tiene previsto registrar en la Asamblea una nueva moción de destitución este miércoles, con la intención de votarla el sábado.
Intento de suicidio
Mientras, el exministro de Defensa Kim Yong-hyun, la primera pieza que se cobró la crisis (lleva detenido desde la jornada posterior a la ley marcial), ha tratado de quitarse la vida en prisión en la noche del martes, según los medios surcoreanos. Kim está acusado de ayudar al presidente Yoon a organizar el plan de imponer la medida extrema que ha sumido al país en una de sus peores crisis desde la transición democrática en la década de 1980. La Fiscalía surcoreana sospecha que el entonces ministro de Defensa fue quien propuso a Yoon decretar la ley marcial y ordenó el despliegue de tropas en el recinto de la Asamblea Nacional (el Parlamento) y en la sede de la Comisión Electoral Nacional.
Kim fue hallado a las 23.52 horas del martes (hora local) mientras trataba de ahorcarse con una cuerda hecha de ropa anudada en el interior de un cuarto de baño en el Centro de Detención de Seúl Dongbu, en el este de la capital. Se le inmovilizó de inmediato. Un equipo médico ha certificado que su situación es estable y en estos momentos sigue detenido “en condiciones normales”, según el Ministerio de Justicia.
La investigación prosigue y va sumando nuevas piezas vinculadas a la cúpula de seguridad del Estado. Este miércoles, han sido también detenidos el jefe de la Agencia de Policía Nacional, Cho Ji-ho, y el de la Agencia de Policía Metropolitana de Seúl, Kim Bong-sik, y han sido registradas sus oficinas, así como las de la Guardia de Policía de la Asamblea Nacional.
En toda esta crisis faltaba hasta ahora una voz, la de Corea del Norte, el hermético vecino que fue usado en parte como pretexto para declarar la ley marcial por el presidente surcoreano. El régimen, gobernado con puño de hierro por Kim Jong-un, ha reaccionado este miércoles por primera vez de forma pública con un artículo titulado Protestas en la República de Corea para exigir la destitución del títere Yoon Suk-yeol, publicado en inglés en KCNA Watch, un dominio que enlaza traducciones de los servicios norcoreanos de noticias.
El artículo asegura que el país quedó sumido en un “pandemónium” después de que “el títere Yoon” proclamara abruptamente una ley marcial de emergencia “para la dictadura fascista contra el pueblo”. La noticia habla del despliegue de tropas fuertemente armadas, “incluidos gánsteres bajo el mando de las fuerzas de operaciones especiales del ejército”, para bloquear el edificio del Parlamento. Recoge también con especial énfasis las protestas que se han sucedido en los alrededores de “la Asamblea Nacional títere” con hasta “un millón de personas”, y destaca que la “comunidad internacional vigila seriamente a la República de Corea”, asegurando “que la ley marcial de emergencia y los chanchullos de la destitución revelan su vulnerabilidad”.
El pasado 3 de diciembre, Yoon decretó la ley marcial alegando su necesidad para proteger el orden constitucional de actividades antiestatales, y acusando a la oposición de ser una “fuerza pronorcoreana”, pero sin aportar pruebas o más detalles en este sentido. Este inesperado giro en su alocución puso en alerta a la comunidad internacional en un momento en que las relaciones entre ambos países pasan por horas bastante bajas, a lo que contribuye el reciente envío de tropas y municiones norcoreanas para apoyar a Rusia en la guerra de Ucrania. Los analistas no han dado credibilidad a estas acusaciones con ecos de los tiempos de la Guerra Fría. El sábado, en una breve comparecencia, Yoon pidió disculpas por sus actos y aseguró que adoptó la medida fruto de la “desesperación”.
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