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Scholz retoma el contacto con Putin y le exige voluntad de “negociar” una paz “justa y duradera”

El canciller y el presidente ruso no hablaban por teléfono desde finales de 2022. Zelenski critica que la llamada “abre la caja de Pandora”

El canciller alemán, Olaf Scholz, en su despacho en Berlín durante su conversación con Vladímir Putin este viernes.Foto: Steffen Kugler (REUTERS) | Vídeo: EPV
Marc Bassets

Olaf Scholz ha retomado este viernes, después de dos años de silencio, el contacto con Vladímir Putin para pedirle que se muestre dispuesto a negociar “una paz justa y duradera” en Ucrania. Scholz ha exigido al mismo tiempo al presidente ruso que ponga fin a la guerra, y ha reiterado que Alemania apoyará “tanto como sea necesario” al país invadido ante la agresión rusa.

Esta ha sido la primera conversación entre el canciller alemán y el presidente ruso desde finales de 2022. Ambos han hablado durante cerca de una hora.

El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, criticó la decisión de Scholz de hablar con Putin. “Su llamada, en mi opinión, abre la caja de Pandora. Ahora podrá haber otras conversaciones y llamadas telefónica. Simplemente, muchas palabras”, dijo. “Es exactamente lo que Putin llevan buscando desde hace tiempo. Es fundamental para él aliviar su aislamiento, así como el aislamiento de Rusia.”

El momento es significativo, unos días después de la elección de Donald Trump a la Casa Blanca y a las puertas de la campaña electoral para las elecciones anticipadas alemanas. Desde las capitales occidentales, se observa con preocupación la “globalización” del conflicto con la participación de tropas norcoreanas junto a las fuerzas rusas.

Tras la conversación, que se desarrolló a iniciativa de Scholz, este declaró: “He pedido [a Putin] que ponga fin a la guerra rusa de agresión contra Ucrania y que retire sus tropas. Rusia debe mostrar su voluntad de negociar con Ucrania, con el objetivo de alcanzar una paz justa y duradera”. Según un comunicado del Kremlin, el presidente ruso condicionó un acuerdo a que se reconozcan “las nuevas realidades territoriales” en Ucrania, así como “las preocupaciones de seguridad de la Federación Rusa”.

En los días anteriores y los meses posteriores a la invasión rusa de febrero de 2022 en Ucrania, tanto Scholz como el presidente francés, Emmanuel Macron, decidieron mantener un canal abierto de diálogo con Putin. Las conversaciones de ambos no dieron ningún fruto. Unos meses después, el diálogo se interrumpió. Macron habló con Putin por última vez en septiembre de 2022. Scholz, en diciembre del mismo año.

Mucho ha cambiado desde entonces. La guerra sigue y las dudas se han instalado en las capitales de la UE y en Washington. La victoria electoral de Trump podría suponer una retirada o reducción de la ayuda estadounidense a Ucrania. No está claro si los europeos pueden o quieren hacerse cargo sin Estados Unidos de la protección del país agredido. La hipótesis de las negociaciones vuelve a estar sobre la mesa.

La Alemania de Scholz es el segundo país, tras EE UU, que más ayuda destina a Ucrania en términos absolutos. Pero el canciller afronta unas difíciles elecciones legislativas el 23 de febrero en un país donde los partidarios de retomar los lazos con Rusia ganan fuerza en las urnas y en el que la guerra podría ser un tema de campaña.

“Ucrania puede confiar en nuestro país y en nuestra solidaridad”, dijo Scholz el miércoles ante el Bundestag, el Parlamento federal. Pero añadió: “No quiero ocultar que, en mi opinión, es importante en los próximos tiempos hagamos todo lo posible para que no haya una escalada en esta guerra y para que no nos convirtamos en parte beligerante”.

Scholz busca un equilibrio. Es consciente del pacifismo y la afinidad con Rusia de una parte de la sociedad alemana, y de su propio partido, el socialdemócrata. Al mismo tiempo, fue él quien decretó, tras la invasión rusa de 2022, un cambio de era en la política alemana para afrontar la amenaza de Rusia a Europa y a su país con mayor gasto militar y el fin de la dependencia energética de Moscú.

El canciller no quiere aparecer como un belicista dispuesto a todo para derrotar a Rusia, pero no es un pacifista ni un equidistante entre Occidente y Rusia, sino un atlantista y europeísta en la tradición de la Alemania moderna. De ahí que exija, de un lado, suavizar el estricto límite al endeudamiento con el fin de aumentar la ayuda a Ucrania: este fue uno de los detonantes de la ruptura de la coalición de Gobierno la semana pasada. Y, del otro, se oponga a que la OTAN invite oficialmente a Ucrania a la adhesión y rechace enviar misiles de crucero alemanes y que se use armamento germano para atacar territorio ruso.

“El país en Europa que más hace para no dejar sola a Ucrania y para que reciba apoyo”, dijo Scholz en alusión a Alemania, “también es un país que debe asegurarse de que no se produzca esta escalada”.

Durante la llamada con Putin, Scholz le advirtió de que el envío de soldados norcoreanos a Rusia implica “una grave escalada y una ampliación del conflicto”, según fuentes gubernamentales alemanas. El canciller insistió en que el apoyo de Alemania a Ucrania es a largo plazo y que el presidente ruso yerra si cree que “el tiempo está de su lado”, según estas fuentes.

Scholz informó de la llamada antes y después a sus socios occidentales y a Zelenski. El canciller quedó con Putin que seguirían en contacto.

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Sobre la firma

Marc Bassets
Es corresponsal de EL PAÍS en París y antes lo fue en Washington. Se incorporó a este diario en 2014 después de haber trabajado para 'La Vanguardia' en Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Es autor del libro 'Otoño americano' (editorial Elba, 2017).
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