Y Nevada dejó de ser decisivo: Trump se apunta también el penúltimo Estado clave
Tres días después de las elecciones, el Estado de los casinos da por fin los resultados, que muestran un cambio de tendencia de demócrata a republicano después de 16 años
En Nevada, la noche electoral se ha alargado nada menos que hasta el viernes a última hora. Y eso que empezó el martes 5 al atardecer. Finalmente, con un 96% escrutado, la agencia Associated Press, el canon en la materia, ha adjudicado al candidato republicano Donald Trump los seis votos electorales correspondientes a dicho Estado. Eso sí, ya ni el resultado de Nevada ni el de Arizona (aún pendiente de confirmarse) son decisivos, dado que el expresidente también ha ganado las elecciones en las cinco circunscripciones clave.
Trump ha logrado 724.000 votos (50,7%) en Nevada, por 678.000 de Kamala Harris (47,4%), según los datos provisionales del escrutinio. Es la primera vez que los demócratas salen derrotados desde 2004. Incluso Hillary Clinton ganó a Donald Trump en 2016. Esta vez, sin embargo, el republicano va camino de imponerse en todos los territorios a los que las encuestas señalaban como disputados.
De los siete Estados decisivos para conocer quién se llevaría la Casa Blanca, Nevada era el que, por su horario, votaba más tarde y, por tanto, cerraba las urnas más tarde. De ahí que a partir de las cuatro o cinco de la tarde del martes electoral fueran arrancando las convocatorias. En la sede del Partido Demócrata, en un hotel y casino del centro de Las Vegas, la velada también arrancó temprano, aunque se animó definitivamente cuando se abrieron las barras. Por entonces, el mapa seguía pintándose inexorablemente de rojo, pero todos parecían prestarle más atención al contenido de sus vasos que a las pantallas del inmenso salón.
A primera hora, la sala parecía más una boda que una tensa espera electoral. Sobre las mesas con manteles champán, ellos de traje y corbata, ellas de largo y lentejuelas sorbían sus cócteles y se saludaban educados. Nadie parecía enterarse de cómo Trump se hacía, primero, con North Carolina y, después, Georgia; de cómo los demócratas perdían el Senado, de cómo iban cayendo todas las opciones. “En este momento, hay que esperar”, afirmaba, tranquilo, el senador estatal Fabián Doñate, de 28 años, que hace dos años se convirtió en el más joven en ser elegido en Nevada. De padres zacatecos y que son parte de la poderosa y multitudinaria Culinary Union de Las Vegas, que auna a 300.000 trabajadores de la hostelería, él se sentía esperanzado. “Hay que esperar a Nevada y Arizona, los latinos de aquí vamos a apoyar a nuestra presidenta”, afirmaba a EL PAÍS, todavía tranquilo. El tiempo le quitó la razón. La senadora Catherine Cortez Masto salió al estrado para agradecer su apoyo “a todos los que han ido puerta a puerta, han hecho llamadas, ha animado a su familia a votar”. “Yo no estaría aquí sin todos vosotros. Sabemos que va a ser una carrera electoral larga, y los electores de Nevada están votando, siguen votando. Pero lo más importante es que todos y cada uno de los votos sean contados”, afirmaba en su intervención sobre las nueve y media de la noche.
Bien es cierto que muchos daban por hecho que en la noche del martes no se conocerían los resultados de los comicios del Estado, al menos no los de la Casa Blanca. Nevada empezó su recuento de votos despacio; de hecho, fue el último Estado continental en arrancarse. Además, pese a que alrededor del 53% del censo había votado por correo, muchos de sus ciudadanos hacían filas de dos y tres horas tras el cierre de urnas, lo que hacía que todo se retrasara más si cabe. Quien estuviera en fila a las siete de la tarde tenía derecho a votar, y esperaron para hacerlo. Como explicó el Secretario de Estado de Nevada, Francisco Aguilar, en un comunicado, las colas se alargaron hasta las 21:45, y no fue entonces cuando empezó el conteo.
Inicialmente, la contabilidad fue rápida y en menos de media hora ya se sabía por dónde iban el 70% de los votos, aunque pronto se atrancó en el 80%, creciendo lentamente durante días y días. Pese a todas las expectativas, se decantaban por Trump. Nevada tiene dos caras: la rural, mayoritaria en territorio pero no en población, que suele votar republicano; y la de los casinos, las grandes ciudades y las luces de neón, con una población urbana que tiende a votar demócrata. En este caso, ni siquiera toda la urbana votó azul, puesto que los demócratas perdieron en la segunda ciudad más poblada, Reno, y su condado, por poco más de 600 votos de 235.000. Harris solo ganó en el condado de Clark, donde está Las Vegas, pero por un estrecho margen de dos puntos: 28.000 votos de casi un millón.
Además de por Harris o Trump, los nevadenses decidieron un importante puesto en el Senado (que ratificó la demócrata Jacky Rosen, aunque por apenas 21.000 papeletas de 1,4 millones, un 1,2%, contra el militar retirado Sam Brown) y también a su nueva alcaldesa, Shelley Berkley, que sucede en el puesto a Carolyn Goodman tras 13 años al mando.
Jacky Rosen, senadora en busca de la reelección, salió a las 00:10 de la primera noche electoral para dar las gracias “a todos los presentes, los que apoyaron la campaña, los que han ido puerta a puerta”. Ahí iba ajustadísima en votos, pero mientras le gritaban: “¡Vas a ganar!”, ella decía: “Vamos a ganar, vamos a ganar”. “Somos más fuertes cuando estamos juntos. Sabemos que somos más fuertes cuando protegemos nuestros derechos fundamentales y eso queda fuera de la negociación. Vamos a ganar esta carrera. La democracia lleva tiempo y yo tengo confianza, por vosotros, por lo que habéis hecho”.
Rosen pidió paciencia, explicando que quedaban muchas papeletas por contar y que “merecen ser contadas”, sobre todo en el correo, porque pueden llegar hasta el 9 de noviembre. “No estaremos en la Casa Blanca, pero aquí, en Nevada, me tendréis a mí en vuestras casas. Pongo mi hogar y a mi comunidad lo primero, como todos vosotros. Así que esto tenéis que hacer: id a casa, descansad y poneos los calcetines cómodos, porque luego necesitaremos todas las manos”.
Un sí rotundo al aborto
Además, la papeleta incluía una pregunta sobre el derecho al aborto, en concreto sobre si la constitución de Nevada debe enmendarse para que este sea un derecho fundamental sin interferencia gubernamental siempre que sea realizado por profesionales. Era uno de los 10 Estados del país en tenerla, y uno de los siete que dijo sí: el 63% lo aprobó. “Hemos votado en masa por aprobar la pregunta seis”, afirmaba Lindsay Harmon, directora de Planned Parenthood. “Estamos viendo los devastadores efectos de la prohibición del aborto en todo el país”, aseguró, congratulándose de que a partir de ahora Nevada será un lugar seguro para las mujeres que necesiten pasar por ese procedimiento médico. “No os equivoquéis: esta guerra no ha acabado”, ha afirmado. Una pregunta que demuestra que el voto por Trump se inclinó, muy especialmente, por la cuestión económica. Él fue el instigador de una medida clave en Las Vegas: eliminar los impuestos de las propinas, parte clave del salario de muchos trabajadores; algo tan popular que Harris lo adoptó después.
El martes, el salón de eventos con los manteles de color champán se fue quedando más y más vacío según avanzaba la noche. Pero no hubo que despedir a los vestidos de gala para ver que se había acabado. Para cuando Trump salió a congratularse de su victoria desde Mar-a-Lago, las inmensas pantallas se habían apagado. Un par de horas después, y ya no hizo falta que Nevada decidiera nada, fue proclamado presidente.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.