Israel bombardea Irán en represalia por el ataque con misiles
El ejército da por concluida la operación tras lanzar de madrugada tres oleadas de ataques “precisos” contra “objetivos militares”. Teherán anuncia la muerte de cuatro militares y promete una “reacción proporcional” que no altere la “paz y seguridad regional”
El ejército israelí ha bombardeado Irán en tres oleadas en la madrugada de este sábado. La primera comenzó con al menos cinco potentes explosiones en Teherán y en una localidad cercana, Karaj, según la televisión estatal y testigos. Luego se registraron otras dos oleadas. Sobre las 06.00 (05.00 en la España peninsular), el portavoz militar israelí, Daniel Hagari, anunció el fin de los ataques, que definió como “precisos” y dirigidos “contra objetivos militares en respuesta a meses de continuos ataques”. El Gobierno de Benjamín Netanyahu, que siguió la operación desde un búnker en un cuartel, prometió el pasado día 1 vengar la agresión de Teherán con 200 misiles contra su territorio y señaló que lo haría en el momento y la forma que estimase conveniente, jugando con el factor sorpresa. Irán, opaco sobre las consecuencias, ha reconocido cuatro soldados muertos, “daños menores” en algunas instalaciones y ha tratado de restarle importancia.
La agencia de noticias estatal siria también ha dado cuenta de ataques, poco antes, contra instalaciones militares en el sur y centro del país. Irán ―y la vecina Irak― ha cerrado su espacio aéreo hasta las 9.00 (7.30, hora peninsular española), según anunció la Organización de la Aviación Civil del país. Israel lo hizo durante la madrugada. Las autoridades de Teherán afirman que sus defensas antiaéreas han funcionado y anuncian una “reacción proporcional”, según una agencia semioficial. Israel ha advertido de que se verá “obligado a responder” si “comete el error de iniciar una nueva ronda de escalada”.
Aunque se desconoce el alcance de los ataques, no han ido dirigidos contra instalaciones nucleares ni petrolíferas, como había pedido Estados Unidos a Israel para evitar que desemboquen en una guerra regional abierta. La agencia oficial Fars, de la Guardia Revolucionaria, ha confirmado ataques sobre bases militares y radares en las provincias de Ilam, Juzestán y Teherán. En general, las autoridades iraníes se han apresurado a quitarle hierro, asegurando que sus sistemas antiaéreos han “operado con éxito” y que algunas de las explosiones escuchadas correspondían a las intercepciones. También trataron de proyectar una sensación de normalidad, con la difusión de imágenes de una refinería intacta o de la llegada de pasajeros al aeropuerto internacional de la capital, poco antes de cerrar el espacio aéreo.
“El régimen de Irán y sus representantes en la región han estado atacando implacablemente a Israel desde el 7 de octubre, en siete frentes, incluidos ataques directos desde suelo iraní”, ha dicho Hagari en referencia a Gaza, Cisjordania, Líbano, Yemen, Irak, Siria e Irán, por los que Israel culpa al régimen de los ayatolás en tanto que líder del autodenominado “eje de la resistencia”. “Como cualquier otro país soberano del mundo, el Estado de Israel tiene el derecho y el deber de responder” y “nuestras capacidades defensivas y ofensivas están plenamente movilizadas”, ha agregado el portavoz, incidiendo en que harán “todo lo que sea necesario para defender al Estado de Israel y al pueblo de Israel”.
Netanyahu siguió la evolución de los bombardeos de la aviación israelí junto al núcleo duro de sus colaboradores, entre los que se encontraba el ministro de Defensa, Yoav Gallant, y el jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi. Gallant dijo hace unos días que la respuesta sería “letal” y “sorprendente”.
“Autodefensa”
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Sean Savett, confirmó que Israel estaba efectuando “ataques localizados contra objetivos militares en Irán” en lo que definió como un “ejercicio de autodefensa”. Israel llevaba días preparando la represalia, tanto a nivel interno como con ayuda de Washington. De hecho, esta misma semana el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, comenzó en Tel Aviv y Jerusalén su undécima gira regional durante la contienda, en la que abordó el asunto.
Días antes, el Pentágono había enviado a Israel una batería antiaérea capaz de reforzar su ya sofisticado sistema de defensa. Lo hizo en previsión de que Teherán planee responder al ataque de este sábado y ante una creciente escasez de defensas antimisiles en el ejército israelí, según el diario británico Financial Times. Está gestionado por cerca de un centenar de militares estadounidenses, según el diario Yediot Ahronot. Los primeros que, de manera oficial, se implicarán directamente sobre el terreno en la actual guerra. Ese contingente estará al mando de una batería de defensa antiaérea THAAD (Terminal High Altitude Area Defense, Defensa Terminal en Área de Gran Altitud), modelo que EE UU ya tiene desplegado en otras zonas de Oriente Próximo.
Es la segunda ocasión este año en que Israel e Irán intercambian ataques en sus territorios, algo inédito en su historia y que ha generado el temor a que la progresiva extensión del conflicto en Oriente Próximo (actualmente con la invasión de Líbano) acabe degenerando en una guerra abierta y directa entre ellos, tras años de enfrentamiento soterrado. La primera, en abril, se originó en el bombardeo israelí a un edificio diplomático iraní en Damasco, la capital siria, que mató a 13 personas, entre ellas tres altos mandos de la Guardia Revolucionaria. El régimen de los ayatolás respondió con 300 misiles y drones. El ataque fue casi coreografiado, para mostrar músculo sin dar pie a una violenta represalia, e Israel interceptó casi todos los misiles y drones con ayuda de sus aliados y optó por una respuesta limitada, más centrada en mostrar la capacidad de golpear el programa nuclear iraní que en causar daños.
Ambas partes pasaron entonces página en falso. Hasta tres meses más tarde, cuando Israel mató en Teherán al líder de Hamás, Ismail Haniye, (que había acudido como invitado a la toma de posesión del nuevo presidente, Masud Pezeshkian), y en Líbano a la cúpula de Hezbolá, incluido su máximo líder, Hasán Nasralá. Irán prometió una venganza que tomó el 1 de octubre la forma de 200 misiles balísticos que no causaron muertos israelíes (solo un palestino, en Cisjordania, por la caída de un proyectil interceptado).
Israel prometió entonces la nueva represalia que ha llevado a cabo este sábado. Este miércoles, tras semanas de espera, su ministro de Defensa señaló a los pilotos de la Fuerza Aérea que “todo el mundo” entendería, cuando se produjese el ataque, en qué consistía su “proceso de preparación y entrenamiento”.
Tras el bombardeo, el secretario de Defensa de EE UU, Lloyd Austin, reiteró en un breve comunicado su apoyo a la “seguridad y el derecho de autodefensa” de Israel, tras haber mantenido una conversación con su homólogo Yoav Gallant. Washington considera que el ataque ha sido “proporcional” y enfocado “solamente en objetivos militares”, lo que debería evitar una escalada y un contrataque iraní. Por su parte, Arabia Saudí condenó el ataque como una “violación” de la soberanía iraní y de las leyes internacionales, instó a las partes a que actúen con la máxima moderación y pidió a la comunidad internacional que busque desescalar los conflictos en la región. El primer ministro británico, Keir Starmer, declaró a primera hora de este sábado que Irán no debe responder al ataque e instó a la moderación a todas las partes.
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