El ejército de Israel ha realizado cientos de bombardeos en Líbano en los últimos tres días con el objetivo de destruir la infraestructura de Hezbolá y ha provocado al menos 558 fallecidos hasta el martes, más que en todo lo que va de año. En el siguiente mapa se aprecia cómo los misiles israelíes han llegado más allá de las zonas fronterizas entre los dos países, donde habían sido más comunes los lanzamientos recíprocos de cohetes. Mostramos los bombardeos verificados por el Instituto de Estudios sobre la Guerra (ISW) y los puntos de calor inusual detectados por los satélites, que son buenos indicadores de las explosiones causadas por los ataques.

En lo que parece la misma estrategia utilizada para invadir la franja de Gaza, este bombardeo por vía aérea se produce mientras se acumulan efectivos militares a las puertas de la frontera sur de Líbano. Se trata además de un salto a un nuevo estado de los enfrentamientos, mucho más intenso y de mayor alcance. Israel asegura haber golpeado 1.200 objetivos, sobre todo lanzacohetes utilizados por Hezbolá para alcanzar su territorio. Las bombas han llegado hasta Beirut, la capital, con una operación selectiva sobre el barrio de Dahiye, bastión de Hezbolá, que tenía como objetivo al alto dirigente de la milicia Ali Karaki, jefe del frente sur (que sigue vivo, según los milicianos).

La milicia libanesa ha respondido al ataque con unos 200 cohetes, algunos de los cuales han alcanzado el norte de Israel: en este país las alarmas antiaéreas se han escuchado sobre todo en la zona de Haifa, según medios locales.

El ejército israelí ha emitido miles de mensajes en árabe (por radio, con octavillas, a través de los móviles y la redes) instando a los civiles de Líbano a que abandonen sus casas. En uno reciente se ve el mapa de las gobernaciones de Becá y Baalbek, en el este del país, y puede leerse: “Si estás dentro o cerca de una casa que contiene armas para Hezbolá, debes salir y alejarte en un plazo de dos horas, a una distancia de no menos de 1.000 metros fuera del pueblo”. Las localidades de la zona han sido las más afectadas por los bombardeos en la madrugada del martes, según las agencias de noticias libanesas.

El Ministerio de Sanidad libanés asegura que decenas de miles de personas han escapado de sus hogares en una sola jornada, sin tener claro ni su destino ni si podrán volver.

Hezbolá, aliado de Hamás en el Eje de la Resistencia liderado por Irán, lleva atacando zonas del norte de Israel desde que este invadió Gaza tras los ataques del 7 de octubre de hace un año. El ejército de Tel Aviv respondía con cohetes y misiles. Además, había desalojado gran parte de la población que vive cerca de la frontera, donde hasta ahora se habían concentrado los ataques, como se ve en el siguiente mapa.

En los bombardeos de los últimos días ya habrían muerto más personas que en los ataques en la frontera entres los dos países en lo que va de año, según datos del Ministerio de Sanidad y de ACLED, organización internacional especializada en datos de conflictos bélicos. Los 558 muertos hasta este martes representan el número más elevado de fallecidos en un solo día desde el fin de la guerra civil libanesa en 1990.

Aunque el conflicto entre los dos países viene de lejos, el comienzo de esta nueva escalada puede fecharse a finales de julio, cuando Israel responsabilizó a Hezbolá por un misil que alcanzó un campo de fútbol en los Altos de Golán y mató a 12 niños. El ejército israelí bombardeó el suburbio pro-Hezbolá de Beirut matando a un alto cargo de la milicia y, el día después, mató a uno de sus máximos representantes, Ismail Haniye, mientras se encontraba en Teherán junto a miembros de Hamás (Gaza) y de los hutíes de Yemen, los otros dos grupos árabes enemigos de Israel que cuentan con el respaldo de Irán y que habían acudido a la inauguración de la nueva presidencia iraní.

La pasada semana, la explosión de cientos de buscas y walkie-talkies en varias ciudades de Líbano suponía un paso más en los ataques israelíes dentro de territorio árabe. Hasta los últimos bombardeos que, a su vez, representan el comienzo de una nueva fase del conflicto.

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