La Eurocámara reelige a Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea

La Eurocámara ha elegido la estabilidad. La conservadora alemana Ursula von der Leyen será la presidenta de la Comisión Europea durante otros cinco años. Una mayoría de los eurodiputados ha dado su respaldo este jueves a la candidata del Partido Popular Europeo (PPE), que ha prometido un gran plan de prosperidad para Europa para la próxima legislatura, y una estrategia de vivienda “asequible” para enfrentar uno de los grandes problemas del club comunitario; una señal de que es consciente de que su mayoría parlamentaria pasará por los socialdemócratas, que habían reclamado la medida. Von der Leyen, que se ha presentado como garante de la continuidad y la experiencia en un momento convulso y crucial para la UE, amenazada desde fuera por actores como Rusia y desde dentro por el auge de la ultraderecha eurófoba, ha logrado 401 apoyos en una votación secreta en urna. La han rechazado 284, de un Parlamento de 720 escaños.

Necesitaba 361 votos y aunque el resultado ha sido mejor que en 2019, cuando salió por solo nueve papeletas de ventaja, Von der Leyen no ha ido demasiado holgada. Los Verdes, hacia los que ha girado en las últimas semanas, han sido cruciales para la mayoría moderada cosechada por la alemana: la han respaldado (con excepciones, como la de Compromís), a diferencia de lo ocurrido hace cinco años. Como se preveía, ha habido deserciones en su tradicional alianza de populares, socialdemócratas y liberales.

Hermanos de Italia, el partido ultra de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha votado en contra de la alemana, según han anunciado sus portavoces tras conocerse el resultado. “Votar a favor de Von der Leyen habría ido en contra de algunos de nuestros principios”, ha dicho el eurodiputado Nicola Procaccini. La formación de Meloni —que se abstuvo cuando los líderes de los Estados miembros respaldaron a la presidenta de la Comisión Europea en el paso previo para su reelección, en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de finales de junio— se escuda en que la han rechazado porque Los Verdes la han apoyado.

El partido ecologista, que cree que es la mejor candidata porque otro habría sido peor para su formación y su agenda, ha sido así un freno de emergencia, un cordón sanitario contra la ultraderecha, que la propia Von der Leyen no había trazado. La política alemana se ha comprometido con ellos a no dar marcha atrás en la agenda verde, aunque la tratará de manera “pragmática”. Presentará durante los primeros 100 días de la próxima legislatura un nuevo plan de “industria limpia” para impulsar a las empresas europeas y a la vez se ha comprometido a que la próxima Comisión prepare el camino para una reducción del 90% de las emisiones para 2040.

La dirigente se ha debatido durante toda la campaña entre mirar hacia parte de esa ultraderecha considerada aceptable, como los Reformistas y Conservadores Europeos (ECR) de Meloni —una opción que prefieren algunos dentro del PPE— o girar hacia Los Verdes. Pero recalibró su mira y en los últimos días intensificó las conversaciones con los ecologistas. La mayoría de la ultraderecha ha votado en contra de Von der Leyen.

“El resultado muestra que el enfoque [de la campaña] fue el correcto”, ha dicho Von der Leyen, en una conferencia de prensa, tras ser reelegida. “Hemos trabajado mucho en unir a las fuerzas democráticas para conseguir una mayoría centrista a favor de una Europa fuerte”, ha dicho la alemana, que ha asegurado que hará lo posible por colaborar por la alianza que la ha apoyado y ha agradecido su ayuda especialmente a los Verdes. “Hemos hablado de muchos temas de manera muy franca, qué bien que les he convencido de que me apoyaran”, ha remarcado Von der Leyen. En los próximos días, la conservadora escribirá a los líderes de la UE para pedirles opciones para nombrar a su equipo de comisarios (solicitará dos nombres por cada país, un hombre y una mujer, para elegir uno), en el que aspira a lograr equilibrio de género.

Von der Leyen, de 65 años, ha sido la primera mujer al frente del Ejecutivo comunitario y se ha convertido en la presidenta de todas las crisis. A los 100 días de iniciar su mandato se declaró la pandemia de covid-19 que sacudió el mundo; más tarde, la guerra de Rusia contra Ucrania, que dinamitó la estructura de seguridad global e inició una crisis energética importante. Después, la guerra de Israel en Gaza, en respuesta a los atentados de Hamás del 7 de octubre, y un conflicto que amenaza con extenderse a la región.

La alemana, una política muy sistemática que ha recibido críticas por controlar demasiado a su equipo, cortarles las alas y atribuirse sus logros y medidas, tendrá que trabajar con un Consejo Europeo en el que ya hay ocho gobiernos (de 27) formados o apoyados por algún tipo de opción ultra —parte de ella, considerada por la dirigente como aceptable, como la de Meloni—. También tendrá que colaborar con un Parlamento Europeo que, tras los comicios del 9 de junio, se ha derechizado y en el que hay tres grandes grupos de extrema derecha; dos de ellos con miembros muy afines al ruso Vladímir Putin; partidos ultranacionalistas que aunque ya no abogan por salir de la UE, quieren cambiarla desde dentro para frenar el proyecto europeo.

“Las elecciones son las bisagras del destino”, ha dicho Von der Leyen este jueves en el discurso en el que ha presentado sus grandes líneas maestras para la legislatura y para pedir la reelección en la Eurocámara. “Y en un mundo lleno de adversidad, el destino de Europa depende de lo que hagamos a continuación”, ha lanzado. “Europa no puede determinar las elecciones en todo el mundo, pero puede optar por invertir en la seguridad y defensa de su propio continente. Europa no puede detener el cambio, pero puede optar por aceptarlo invirtiendo en una nueva era de prosperidad y mejorando nuestra calidad de vida”, ha recalcado.

Von der Leyen fue propuesta para repetir en el cargo a finales de junio por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, en una terna en la que están también el socialista portugués António Costa, que presidirá el Consejo Europeo desde diciembre (no necesita votación parlamentaria), y la liberal estonia Kaja Kallas, como jefa de la diplomacia comunitaria, que sí deberá recibir el visto bueno de la Eurocámara con el resto de comisarios del nuevo equipo de la alemana. La terna respeta el equilibrio de familias políticas, geográfico y de género.

Promesas para su alianza moderada

Von der Leyen ha trabajado duro para asegurar su reelección, con varias reuniones con las delegaciones de los grupos políticos para explicarles sus líneas maestras y escuchar sus propuestas y reclamos. Ha llegado a llamar personalmente a eurodiputados de varios partidos, que consideraba en el espectro de los dudosos a respaldarla. Finalmente, se ha apoyado en su tradicional alianza de populares, socialdemócratas y liberales. “Hoy gana Europa porque gana la alianza de las fuerzas proeuropeas, desde la diferencia y distintas fuerzas políticas que hemos entendido que el desafío y el reto es importante”, ha dicho tras conocerse los resultados Iratxe García, presidenta de los Socialistas y Demócratas, que ha remarcado que han logrado influir en la agenda de Von der Leyen para una Europa más social, con medidas como la estrategia de apoyo a una vivienda asequible. García también ha advertido que estarán vigilantes para que la presidenta de la Comisión cumple sus compromisos.

La política democristiana, que no estaba en ninguna quiniela cuando se puso su nombre sobre la mesa de los líderes en 2019, cuando era ministra de Defensa de Alemania, enfrentará una legislatura clave para el proyecto europeo, en la que se verá cómo calibra Europa su papel respecto a China y a Estados Unidos. En el mandato también se comprobará si logra construir la prometida “Europa de la defensa”. En cartera está el gran reto de la ampliación hacia el Este, en la que prevé absorber, entre otros, a Ucrania, que resiste al invasor ruso desde hace más de dos años. Para afrontar esa ampliación, el club comunitario necesita grandes reformas para las que Von der Leyen quiere ponerse a la cabeza. Además, la alemana ha propuesto este jueves un cambio en los tratados para responder a una larga petición del Parlamento para que la Cámara tenga derecho de propuesta legislativa. Hasta ahora esa capacidad es exclusiva de la Comisión.

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